EPISODIO 7: COMPASIÓN

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Puedo escuchar el océano, puedo recordar ese momento tan claramente; el sonido de las olas descender lentamente hacia el suelo hasta hacer un tacto ruidoso pero suave a la vez con la arena de la orilla, el olor débil de Bobby, y el calor de su mano recorriendo con suavidad en medio de caricias mi pequeña frente.

—Dicen que si sujetas una caracola cerca de tu oído, podrás escuchar el océano llamándote —murmuró con suavidad aquel pelinegro de voz rasposa, acercando a mi oído una caracola que fuimos capaces de encontrar a la orilla del mar—. Entonces, ¿qué te está diciendo? ¿Hay alguien ahí?

—Pfft —solté una pequeña risa juguetona—. Me está diciendo que probablemente deberíamos regresar, ¿no se suponía que tenías que ayudar a Hanbin a cuidar a Hanbyul el día de hoy?

Aquella tarde de verano Jiwon se disponía a dejarme en mi casa después del colegio, como era costumbre. Sin embargo, el clima y el paisaje tan buenos que se hacían presentes en la ciudad nos arrojaron hacia la playa.

—Siempre estoy ayudando después de la escuela, estoy seguro de que no estaré en problemas por llegar algo tarde sólo por esta vez —añadió con una despreocupada risa en tanto rascaba su cabeza levemente, haciéndolo lucir encantador—. Es saludable alejarse de la rutina de vez en cuando, ¿no crees, Jinhwan?

Yo sólo asentí pues, en realidad, opinaba lo mismo al juzgar por lo rectos que ambos éramos en seguir al pie de la letra lo que a rutina nos dictaba día con día.

—Y además, hace un tiempo genial, sería un desperdicio —añadió—. Es un día perfecto para simplemente pasar el tiempo en la playa mirando los barcos pasar.

—Hmmm, suena productivo.

—Está bien, puede que no suene muy excitante, pero en realidad es muy relajante si lo intentas.

Tan sólo éramos él y yo, alejados del ruido de la ciudad sentados al borde del mar contemplando con sutileza y tranquilidad el pasar de los barcos marineros debajo de la tarde contrastante con el sol y destellos del mismo. Ambos de nosotros sintiendo el recorrer del viento que hacía tacto con nuestras pieles níveas, aquellas que empezaban a ser doradas a causa del sol que intimaba con ellas.

BARCO DE PAPEL || Junhwan, BobhwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora