Lee
Bien, David ya te ha contado todo lo que pasó con ellos, que no se compara con lo que nos pasó a nosotros.
Nos lanzamos por el portal, pero la cosa es que nos desviamos un poco de nuestro destino.
Caí encima de algo blando, y luego di vueltas y caí en medio del piso.
Pero la cosa es que era arena, estábamos en una playa.
El portal seguía girando, salieron April y Gabriel antes de que se cerrará, dejando un rastro de pelo dorado impregnado en el aire.
- Y Derek? -preguntó April.
-Y también David? -agregó Marissa.
Gabriel se levantó, su tez estaba tan pálida como el mármol, y no hacía movimientos muy fluidos.
-No lo sé, se suponía que...
Sus ojos se pusieron en blanco y cayó.
Me lancé y a duras penas lo salvé de estrellarse contra la arena, lo pusimos suavemente en el piso.
-Qué pasa? -le pregunté.
Él me vió.
-Gasté mucha energía, necesito volver al Génesis a recuperar poder. Pero no estamos en Belén, estamos en...
-San Francisco -terminó Liz.
La miré, no entendía porque reconocía San Francisco.
-Si, no tenía tanta magia y el portal se desvió... Deben de esconderse, aquí también hay una sede del Ángel. Volveré en unas horas... Y April, ten cuidado con el collar.
April abrió muchos los ojos, sacó un collar con un dige en forma de burbuja al final.
-De acuerdo.
Asintió, cerró los ojos y al instante el color desapareció de él, su piel se endureció y me encontré sosteniendo una estatua de casi dos metros, que ya no se movía.
-Y ahora, qué hacemos con él?
Marissa se acercó, desplegó su báculo y dijo unas palabras:
-Saghir
<<Pequeño>>
La estatua brilló y empezó a encogerse, hasta quedar como una estatuilla de no mas de 30 centímetros. Me la guardé en la mochila.
Unos surfistas nos vieron, gritaron y empezaron a huir, diciendo algo sobre unos camarones en mal estado...
Nos levantamos.
-Y ahora qué? Dónde están los otros? -pregunté.
-Ni idea -Liz se adelantó, su pelo parecía fuego ante la luz intensa del sol, tenía el arco al hombro y su pose me recordó a una cazadora, ágil y lista para atrapar algún animal indefenso.
-Deberíamos seguir su consejo, escondamonos, después veremos que hacer. -dijo Marissa.
Nos sumergimos en la jungla de San Francisco, que era un Nueva York pero un poco más lúgubre, no tan grande y con menos pantallas gigantes.
Decidimos ir a comer algo, a mí me ordenaron ir por sodas mientras ellos pedían mesas, salí y fui un momento al mercado por ellas.
Busqué hasta que encontré un six-pack de Mountain Dew, lo tomé y fui a la caja a pagar.
A medio camino un chico salió de la nada y choqué con él.
Ambos caímos de culo, pero se levantó de repente, una espada romana apareció en su mano y me puso la punta en el cuello.
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El Báculo De Lucifer
FantasyPRIMERA PARTE DE LA TRILOGÍA LAS CRÓNICAS DEL ÁNGEL Crees en Dios? Alguna vez has oído acerca de los ángeles? Crees que las almas que aún tienen asuntos se quedan en la tierra? Derek nunca lo ha hecho, hasta que su vida y la de sus amigos cambia...