12. Me vuelvo estrella (y no de las de Hollywood)

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Derek

En serio, algún día encontraría al ángel de los sueños y lo ahorcaria.

Cuando fui mordido, mi cuerpo se quedó allí, muriéndose, pero mi alma tenía otros planes.

Volé en medio de la sede del Ángel, más allá, dos adolescentes se postraban ante un trono dorado, y allí estaba mi fantasma menos favorito.

-Han escapado, mi señor -con extrañeza, me di cuenta que eran nuestros perseguidores, pero parecían haber rejuvenecido 10 años en minutos.

-No me digan -dijo Deshirdans, usaba esta vez una diadema, su forma parecía menos borrosa y mas sólida, lo que no me dio buena espina.

-Lo lamentamos mucho -dijeron ambos -no contábamos con...

-¡Silencio! -espetó Deshirdans -ustedes fueron escogidos por su poder y astucia, y son vencidos por unos niños sin experiencia?

-Yo... -uno de ellos gimoteo -... Mi señor... Ellos... Son diferentes.

-Aún con el poder de... -Deshirdans se atragantó con las palabras -... Han fallado. No se aceptan errores aquí.

-¡Por favor! -gritó uno de ellos, juntó sus manos -no... No volveremos a fallar.

-Es muy tarde -le respondió Casper Moderno -no puedo estar monitoreandolos todo el rato, ya casi es martes, debo estar listo para el domingo.

-Por qué? -preguntó el otro, admiraba su valor.

Deshirdans lo miró.

-Ese es EL día. Debo prepararme, por algo es el domingo de resurrección.

-Mi señor...

-Solo tendrán una última oportunidad -dijo Deshirdans -no les daré más.

-Si, mi señor.

-Ahora, vayan.

Ambos se fueron por la salida, mientras el fantasma se dejaba caer.

-Debo hacerlo -dijo como si se dirigiera a alguien con quien hablará ahora -no tengo opción.

Fui transportado a otro sitio.

Me encontraba en medio de un jardín, el mas hermoso jardín que había visto jamás. Los animales jugaban y corrían, las flores estaban brillantes y llenas de colores, los árboles crecían y llenaban el aire con oxígeno puro, más allá en medio de un espacio llano estaba el árbol mas impotente, no era grande, pero tenía mas frutos que todo árbol en el jardín.

Un par de personas jugaban, aunque he de mencionar que estaban totalmente desnudas, pero no les importaba, solo platicaban de algo sin importancia, como el queso y su nuevo tatuaje de hace años.

Un hombre iba caminando a un lado, inmediatamente supe quien era, Gabriel, nuestra estatua protectora.

-Hola, tío -dijo uno de los nudistas -Cómo te encuentras? Viste el partido de anoche? Perú contra...

-Si, lo vi -dijo Gabriel -Jugaron genial. Me disculpan?

Me di cuenta que traía una mochila, me pregunté si iría hacer camping en ese jardín o algo así.

Se acercó al árbol y lo tocó, mientras fruncia el ceño.

-Debo saber -dijo -No hay otra forma.

Tomó una de las manzanas mas bajas, la miró un momento y luego la mordió.

Se tambaleó y se agarró la cabeza, mientras intentaba sostenerse en pie.

El Báculo De LuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora