29: « Lindo atuendo »

6.2K 563 44
                                    

29: « Lindo atuendo »

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

29: « Lindo atuendo »

Cuando la azafata aviso que nos abrocháramos los cinturones, grite emocionada porque al fin bajaríamos del jet, habíamos estado como diez horas aquí, solo se hizo una escala para el combustible, pero fue algo rápido. Quince minutos después, se abrió la puerta, tome mis cosas de inmediato, hice que Justin cargara al bebé mientras yo le lanzaba por las escaleras.

—¡Gracias, Dios, gracias! —grite cuando estuve en el piso.

Justin llego a mi lado saltando, feliz mientras giraba sobre sus talones, mirando su alrededor.

—¡Estamos en Mónaco! —su sonrisa se extendió por su rostro—. ¿Estoy soñando? ¡No! Estamos en Mónaco.

Por suerte, ahí se encontraba una camioneta con el chofer, mis padres siempre pensaban en todo. Se hicieron las presentaciones, nos subimos, esperamos a que acomodaran las maletas y después nos marchamos al hotel. Justin bajo la ventana cuando salimos del aeropuerto, viendo la maravillosa ciudad, no pude evitarme reír, se veía adorable.

—¡Kyrae! —me llamo emocionado—. Mira ese yate, ¡míralos todos! Se geniales. No me lo creo todavía.

—Sí, es un lugar muy bonito —conteste—. Y en la noche se ve mejor.

Podía jurar que casi le da un infarto cuando el auto condujo por el circuito donde se solían hacer las carreras anuales, entonces Justin empezó a hablar sobre su piloto favorito, Lewis Hamilton, pero después guardo silencio cuando el auto se estaciono frente al hotel Hermitage.

—¿De verdad nos quedaremos aquí? —volvió a preguntar, me reí y salude a la mujer que nos estaba esperando, Justin me miro y susurro—. ¿También tenemos asistente personal?

—No, tonto —negué y tome a bebé—. Es niñera, cuidara a Sévak mientras nosotros disfrutamos de Montecarlo.

—¿No debemos hacerlo nosotros?

—El debes es solo cuidarlo, nadie se dará cuenta.

Después de darle unas indicaciones a la mujer y que se fuera, Justin y yo entramos al hotel, mientras él no dejaba de girar su cabeza por todos lados, yo mensajeaba a mis padres, seguro se encontraban disfrutando de la comida. Nos acercamos hacia la recepción y les informe sobre la reservación a nombre de mi papá, nos dieran las tarjetas a los minutos y pudimos marcharnos.

—¿Dormiremos separados?

—Claro, aunque le agradas a mi papá, no dejara que te metas a mi cama.

—Me dueles, Kyrae, pensé que le habías dicho de nuestra relación —bromeo y le pegue un golpe en el brazo—. Que horrible que quieras mantener lo nuestro en secreto.

—Ya, silencio —me reí, presione el botón del ascensor y ambos entramos—. ¿Quieres descansar? Así les digo que no iremos a comer.

—¿Crees que quisiera dormir estando en Montecarlo? —negué—. Vamos a verlos.

Proyecto BebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora