32: « No, solo es el calor »

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32: « No, solo es el calor »

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32: « No, solo es el calor »

Abrí la puerta del baño casi de un golpe y la cerré con fuerza mientras soltaba un suspiro. Había logrado liberarme de Justin diciéndole que tenía que hacer pipí y solo por eso, me soltó, no hace falta decir que me vine corriendo. Dios mío, ese chico no había bromeado cuando dijo que estaría pegado a mí, era tan molestoso, me sofocaba.

Me apoye contra la pared, apenas se podía escuchar la música del club, por fin podía sentir tranquilidad después de horas. Aproveche para revisar mi celular, les envié un mensaje a mis amigas, contándoles lo sucedido y las muy desgraciadas se rieron.

—Kyrae, ¿estás bien? —pegue un pequeño salto al escuchar la voz de Justin—. ¿Kyrae?

No sé si lo hacía por molestar o simplemente era su estúpida naturaleza.

—¡Sí! —abrí el caño para mojar mis manos—. Ya voy, ya voy.

Salí del baño a paso lento, demorando para no volver a sentir los brazos de Justin a mi alrededor, pero cuando salí, el me tomo de la cintura y me atrajo hacia él, besando mi mejilla de manera tierna. Después me guió hacia la mesa, él se encontraba emocionado porque pronto comenzaría el show de Capoeira. Tomamos asiento y llame al mozo para que trajera las bebidas, por suerte, nos dio nuestro pedido en un minuto.

—Hola —dije con una sonrisa al ver a mis padres sentarse en nuestra mesa—. ¿Dónde estaban?

—Haciéndote un nuevo hermanito —contesto papá alzando la mano al mesero, después de hablarle, giro su mirada hacia nosotros—. ¿Y ustedes para cuándo?

Rodé los ojos al escucharlo, ¿es qué siempre me torturaría con esto?

—Para nunca —hice una mueca de desagrado.

—Tú tranquilo, suegro —Justin palmeo la espalda de mi padre quien río contento—. Te haremos muchos nietos, yo me encargo de convencerla. Y prometo, que el primero sera niño.

—Amén —escuche decir a mamá.

Patee a Justin por debajo de la mesa, soltó un pequeño quejido, pero no me importo, es más, ni lo mire. Todos nos distrajimos cuando las luces bajaron su intensidad, el show comenzó mientras en el pequeño escenario. Me encontraba tranquila, pero Justin como siempre, me molesto, colocando su brazo en mi cintura, hizo que me apoyara contra su cuerpo y aunque intente alejarme, no me lo permitió.

—Justin...

—Shh, mira el show.

No intente quitarlo, sabía que sería imposible y lo deje ahí, me concentre en mirar el show durante unos minutos, pero entonces sentí su mano deslizarse por mi pierna, sus dedos se paseaban lentamente como si fuera un caminito. Levante mi mirada hacia Justin, en su rostro tenia una sonrisa pícara y mis ganas de lanzarle un golpe aumentaban.

—Solo mira el show —repitió.

Alce mi codo y golpe su abdomen, pero ni eso lo detuvo, creo que lo motivo más. Su mano se metió por debajo de mi vestido y me apresure a cruzar mis piernas en caso que su mano traviesa se metiera por otro lado. Durante la media hora del show, Justin no paro de acariciarme y cuando pudimos levantarnos, yo casi salte de mi lugar.

—¿Qué te ocurre? —escuche decir a mi mamá—. Estas toda roja, corazón, ¿tienes fiebre? —toco mi frente.

—No, solo es el calor —me encogí de hombros—. Creo que nosotros ya nos vamos.

—Sí, ya nos vamos.

Nos despedimos de mis padres y nos marchamos, ignore a Justin por completo aunque este me hablaba sobre lo bonito que era Mónaco, también ignore sus halagos cómicos, me sentía nerviosa por lo ocurrido. Cuando el ascensor abrió sus puertas, camine apresuradamente hacia mi habitación y la abrí con la tarjeta.

—¡Kyrae, espera! —detuvo la puerta cuando la iba a cerrar—. ¿Te encuentras bien?

—Uh, sí —asentí—. Buenas noches.

—No, espera.

Empujo la puerta, logrando entrar y a mí no me quedo más que cerrarla. Ambos estuvimos callados, pero decidió hablar:

—Lo siento, ¿te hice sentir incomoda?

—Mm, no —mentí—. Solo me hiciste cosquillas, intentaba no reírme a carcajadas.

—Oh.

—Sí, bueno, ¿eso es todo? —negó—. Entonces, ¿qué?

Justin resoplo, entonces vino hacia mí y me abrazo, no de una forma molesta, esta era una forma sincera que muy pocas veces solía conocer de él. Y fue tan adorable, que yo también termine regresándole el abrazo.

—Gracias por traerme contigo —murmuro en mi oído—. Y soportarme.

—Estas muy cariñoso, he —me reí—. De nada, es divertido tenerte aquí.

—Lo sé —me abrazo más, no lo suficiente para matarme todavía—. Prometí que sería bueno, lo seré. ¿Te gustaría salir mañana por la noche a pasear?

Lo pensé durante unos minutos, no sonaba mal, Montecarlo era precioso en la noche.

—Claro, ¿a las siete? —asintió como un niño—. Bien, entonces saldremos.

—Entonces buenas noches —me soltó del abrazo—. Nos vemos, tal vez vengan temprano a despertarte.

—Por favor, que sea después de las doce.

—Eres muy dormilona.

—Lo sé, pero hay que aprovechar que no nos encargamos del bebé.

—Hablando de él, ¿dónde está?

—La niñera lo trae a dormir tarde y se lo lleva temprano —me encogí de hombros—. Mientras no lo rompa, todo bien.

—Diablos, pero que suerte tenemos —canturreo contento—. Pero ya, buenas noches, Kyrae.

—Buenas noches, Justin.

Se acercó nuevamente a mí y dejo un corto beso en mi mejilla, se retiró agitando su mano en una forma graciosa, eso me hizo reír. Él era un idiota muy divertido, ¿con qué otras cosas me molestara cuando volvamos a Berea?

 Él era un idiota muy divertido, ¿con qué otras cosas me molestara cuando volvamos a Berea?

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Pronto viene la acción. 😈

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