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23: « ¿Esa es tu venganza? »
Justin.
Son las seis de la mañana, y la puerta del apartamento se cierra, ¿Kyrae me ha abandonado? Me levanto de inmediato para ver su habitación y ella no esta, igual que el bebé robot tampoco, pero si su ropa, así que no me ha abandonado después de lo de anoche. Con más calma, me preparo un café y un pan tostado, corro a la ducha, para finalizar y estar listo. Me apresuro porqué debo alcanzarla.
Se que está en el parque, le gusta ir a correr ahí algunos días.
Conduzco hasta llegar al parque y me estaciono. Bajo y comienzo a caminar, buscándola... ¡oh, ahí está! Está corriendo con la carriola, trae una remera corta y pantalones deportivos. Luce hermosa y graciosa porqué jamás la he visto correr con un bebé, ¿así se verá cuando tengamos nuestros hijos? Debo admitir que esa rutina le va bien.
No puedo dejar que me vea hasta regresar al apartamento.
—Tan, tan tan, tannn, tannn—empecé a tararear la música de espía—. Tan, tan, tann, tannn, taraaaa, taraaaa, taraaa.
Sentí una mirada encima mío y gire mis ojos para encontrarme con una anciana, ella me mira asustada y yo coloque un dedo sobre mis labios, indicándole que no haga ruido.
—¡Policía, policía! —salte de inmediato cuando la anciana comenzó a gritar—. ¡Ese hombre quiere robarle a la señora con su bebé! ¡Policía, policía, ayuda, ayuda!
Vieja de... ¡Oh, joder!
Caí al suelo de un abrir y cerrar de ojos, siento como mi rostro besa la tierra.
—¡Esperen! —intente hablar al sentir como aprietan mis brazos—. ¡Ayuda!
Un policía me levanta con brusquedad del suelo, intento limpiar la tierra de mis labios, mientras observo a la anciana hablar con otro policía, ella me mira cada segundo, esperando que me vuelva peligroso, ¡cielos, ni tengo un arma!
—¡Yo no quiero robar nada! —grite de inmediato y los policías se pusieron alerta, así que baje un poco la voz para hablar nuevamente—. La chica que está ahí es mi novia y ese es mi hijo.
—¿Por qué la sigue de esa forma tan sospechosa?
—Porqué hemos peleado y quería sorprenderla, hacerla reír.
Se miran, claramente no me creían, ¡este es mi fin! No puedo ir de nuevo al calabozo, la última vez que estuve ahí fue cuando cumplí dieciséis años por ir a una fiesta y sí, termine ahí con mis amigos, eso incluye a Kyrae con sus amigas, fue una noche loca, genial. ¡Pero no puedo volver ahí! Mis padres me mataran.
—¿Qué sucede?
Al escuchar esa voz, me giró de inmediato mi rostro para encontrar a Kyrae, tiene el ceño fruncido, ¡ella es mi única esperanza!
