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Skylar creyó que un beso podría hacerla olvidar a Elijah, pero no funcionó. Los labios de Klaus eran suaves y atrevidos, pero no encajaban como los de Elijah, por más que intentaba sus labios no se lograban mover en sincronía.

Los de Elijah se movían de forma perfecta sin pensarlo.

Klaus tenía un aroma increíble y sofisticado, pero no era Elijah; su olor era masculino y elegante, pero también salvaje en una combinación que no solo estimulaba el olfato. Tal vez si llegaba un poco más lejos lograra olvidar ese aroma y esos labios... Tal vez cambiar un hermano por otro durante una noche podría ser la solución.

Él pareció seguirle el juego sin problema, la sujetó de la cintura sin separar el beso.

De un momento a otro sintió como los labios desconocidos de Klaus se separaron de los suyos de una forma brusca, sus manos también se apartaron y de seguro había dejado rasguños en la piel bajo la blusa.

—¡Esto no lo perdono, Niklaus! —Gritó Elijah cuando su hermano chocó con la pared. Skylar creyó que el muro se rompería debido al fuerte impacto.

—¡Tú fuiste quien la engañó! —Esa oración lastimó tanto a Elijah como a Skylar, pero era la pura verdad.

—¡Eso no te da derecho a quitarme lo que es mío, no esta vez! —Skylar casi suelta una carcajada por lo que dijo Elijah ¿La engañaba con otra y se atrevía a reclamarla como propiedad? Una de las cosas que amaba de Elijah era lo posesivo que era con ella, pero, en ese momento, se sentía como un juguete por el qué dos niños pequeños pelean.

La puerta seguía abierta, lo que significaba que toda la casa oía el escándalo que se llevaba a cabo en la gigantesca habitación. Skylar odiaba ser tratada como objeto y cuando los golpes entre ambos hermanos comenzaron a llover hizo lo que debía: rompió una silla obteniendo dos estacas de la madera mientras los originales se empujaban el uno al otro gritando ridiculeces.

Skylar se puso junto a ellos y con fuerza clavó una estaba en el estómago de Klaus y otra en el de Elijah. Del dolor se soltaron haciendo que sus manos golpearan el rostro de Skylar, debido a la adrenalina no le dio importancia, estaba furiosa. Tomó gran parte de su control resistirse a clavar la estaca en sus corazones, más de diez años de instintos no se podían borrar fácilmente en segundos.

Klaus la veía sorprendido, pero Elijah estaba avergonzado. Se había dejado llevar por la ira de ver a su gran amor en brazos de su hermano. Ninguno de los dos podía dejar de ver el rostro de la chica, más específicamente su ojo izquierdo, un gran moratón se establecería ahí, eso era seguro.

—Vamos a dejar algo claro... —Dijo con un tono paciente que asustó a ambos originales. Se acercó a Elijah e ignorando su corazón suplicante le clavó la estaca aún más en el estómago haciendo que este soltara un grito ahogado, la ira pudo más que el amor en ese momento. —Yo no soy tu propiedad privada. —Se separó con la mano cubierta de sangre y dio la vuelta para ver a Klaus. —Y tú... —Él no podía quitar la expresión sorprendida del rostro, Skylar procesó todo lo que había pasado en cuestión de segundos. —En realidad no hiciste nada...

Ambos se sacaron las estacas improvisadas del abdomen sin dejar de verla y cada segundo que pasaba se confirmaba lo que ya sabían: tendría una buena marca en el rostro por culpa de ese par de niños de mil años.

Cuando los tres vieron hacia la puerta descubrieron que Rebekah, Hayley, Kol y Jesse estaban viéndolos con los ojos abiertos, pero Hayley y Kol veían a Skylar como si fuera un bicho raro y fascinante. 

—¿Qué pasó? —Preguntó Kol con una sonrisa creciente en su rostro, una mujer así era lo que le faltaba a la familia y que suerte que fuera su amiga.

Come Back {Elijah Mikaelson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora