Camellia, veinte años , tan hermosa y única como el capullo apenas vivo en primavera, pero oculta entre toda la variedad de tantos brotes exuberantes.
Entre toda esa multitud, hay un pequeño brote, en dónde Camellia se siente atraída de una manera...
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S E I S
[NECESITO TIEMPO]
Los partidos de fútbol americano me apasionan; cuando veo que el equipo de nuestra universidad esta a punto de anotar un touchdown, saltó o grito como loca, sin embargo, cuando el otro equipo está a punto de anotar un touchdown me pongo muy furiosa.
"Me apasionó mucho"
—¡Vamos Alex!—exclamé entusiasmada—¡Patéales el trasero!—
—Wow, Tranquilo viejo—Jane comentó mientras me miraba divertida—Van ganando, no tienes por qué preocuparte—Liam la miro con ojos de amor.
"Me va a dar diabetes, ayuda por favor"
—Dejen de verse así o vomitare arcoiris—musité.
Escuche como todos se levantaban y empezaban a gritar entusiasmados, aventando todo tipo de alimentos; desde palomitas hasta refrescos.
"Y decían que la loca era yo"
—Parece que hoy tendremos fiesta—Comentó Marlee alegre.
—Eso por que Alex es el mejor—afirme.
Las dos voltearon a verme con esa mirada de <<¿Acaso estás hablando en serio Camellia?>>
"Claro que lo hago"
El silbato sonó, indicando que el equipo de nuestra universidad, los lobos de Nueva York habían obtenido la Victoria.
—Voy a felicitar a Alex—dije entusiasmada.
Baje las gradas entre tanta multitud, algunos molestos y otros felices, llegue a los vestidores, no había nadie. La razón por la que estaba aquí era por qué después de algún partido, Alex y yo nos reuníamos aquí.
Comencé a buscarlo dando pequeños pasos hasta que escuche una voz hablar, no era de el, era una voz femenina.
—Lo hiciste muy bien—escuche decir.
—Gracias—respondió el.
—Tal ves quieres ir a alguna parte—murmuró coqueta.
"Contrólate; Inhala exhala"
—Claro—respondió.
"¿Pero qué...?"
No me controle y me acerqué más, cuando me fijé en la chica, era la porrista con la que lo había visto ese día que discutimos.
—Emm—dije aclarándome la garganta—¿Interrumpo algo?—pregunté.
—Si—ella alzó la voz.
—¿Disculpa?—pregunte impactada.
—Basta, Kelsey vete por favor—Alex pidió.
Ella lo miró y después a mi, se fue dando largas zancadas.