Camellia, veinte años , tan hermosa y única como el capullo apenas vivo en primavera, pero oculta entre toda la variedad de tantos brotes exuberantes.
Entre toda esa multitud, hay un pequeño brote, en dónde Camellia se siente atraída de una manera...
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N U E V E
[ R E C U E R D O S ]
Después de una semana desconectada de todo y unos niveles de estrés bastante altos me encontraba recostada en mi cama con mis pensamientos sin un rumbo fijo. Eso era malo por qué si pasaba mucho tiempo con ese tipo de pensamientos, siempre caía en el mismo hoyo que me atormentaba en mis épocas de preparatoria.
Tome mi diario que me ocupe de llenar durante todo ese tiempo; tenía las pastas desgastadas y miles de frases que se me ocurrían, me dispuse a llenarme de todos esos recuerdos.
Era la época de invierno y con esta el término de las vacaciones, no me emocionaba el hecho de regresar a un lugar en donde no era feliz; me aterraba y me estresaba.
—Hola —Cyclamen estaba recargada en el umbral de mi puerta—Es hora de ir a la escuela —canturreo.
Solté un suspiro frustrado, haría cualquier cosa por no tener que regresar a esa preparatoria. Me di la vuelta, los rayos del sol que iluminaban mi cuarto me ayudaron a ponerme de mejor humor.
Entre al baño, vi el espejo que estaba ahí y un nudo en la garganta se empezó a formar en mi, me angustiaba mucho, A pesar de tener a mis dos amigas ahí y tener notas excelentes—y mi esfuerzo por no sentirme una completa nerd—no me sentía feliz.
Y me derrumbé, a tan solo treinta minutos de comenzar mi nuevo martirio...la escuela.
—¡Ten un lindo día! —Cyclamen exclamó antes de salir por la puerta.
—Como sea —me dije a mi misma.
Llegue en menos de diez minutos, Alisson y Teressa estaban sacando sus libros de los casilleros, que estaban juntos, en cambio yo tenía el mío a tres metros de su sección.
—Ahí viene —escuche como Teressa susurraba a a Allison, sentía como el corazón se me partía en dos, las consideraba mis mejores amigas y a pesar de todo siempre estaba con ellas como su perrito faldero y lo peor de todo...siempre las perdonaba.
—Si escuche —comente molesta, ellas no dijeron nada solo se quedaron observándome.
Y así pasó todo el día, escuchando como ellas hablaban entre si y mis intentos fallidos de involucrarme en su platica.
—¿Puedo pedirles un favor? —pregunté, como era de costumbre ninguna se inmutó a hablar ante mi propuesta—El señor Montgomery me pidió que fuera a verlo a su oficina, podrían ir al salón de literatura y decirme cómo me fue en mi examen, ¿Por favor? —pedí, más bien suplique.
—¿Para qué? —intervino Allison—Si ya sabemos que tendrás una nota excelente, no hace falta Camellia —dijo molesta.
Wow, nunca se había confesado de ese modo, al fin sabía que era lo que ocurría con mis supuestas mejores amigas; no les agradaba la idea de que sacara buenas notas.