Capítulo 6

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Nota de la autora:

¡Buenaaaas! Ya tengo ordenador así que os traigo nuevo capítulo, espero que os guste. ¡Mañana más y mejor!



-¿Qué tal lo has pasado?- Preguntó mi madre justo cuando me vio entrar.

-Bien, Marcus es muy amable.- Sonreí.

-Ten cuidado, ¿sí?

-No me pasará nada, mamá.

-Bueno, la cena ya está preparada.

-¿Has cenado?

-No, te estaba esperando.

-Gracias, mamá.

Cenamos juntas y estuve hablándole de Marcus. Mi madre se quedó mucho más tranquila cuando le conté todas las cosas que sabía de él, me dijo que se le veía buen chico y que más adelante le gustaría conocerle.

Llegué pronto al pantano, pero allí ya estaba Marcus estirando y calentando como siempre hacía antes de iniciar el entrenamiento en su canoa.

Le saludé desde lejos con la mano y le sonreí, él me sonrió y se dispuso a entrar en su canoa para entrenar.

Mientras que él entrenaba, yo leía un libro. De vez en cuando levantaba mi vista hacia él. Desde lejos podía ver su cara de concentración.

-¿Te has divertido viéndome entrenar?- Rio él.

-Oh, sí.- Sonreí.

-Veo que también has estado leyendo.

Una sonrisita se dibujó en el rostro de Marcus.

-Sí, me encanta.

-A mí también.

Marcus peinó su pelo hacia atrás y yo me quedé como una tonta mirándole.

Decidimos que hoy nuestra cita sería caminando por el bosque, nos perdimos por él hasta que Marcus me agarró de la mano y me hizo pararme en seco.

-¿Pasa algo?- Pregunté frunciendo el ceño.

-Solo quiero decirte algo.

-Bien, adelante.- Sonreí para calmarle.

-Tengo una competición en Francia y tengo que viajar en dos días, voy a volver pronto.

-No te preocupes, es tu trabajo y seguro que ganas.

-Y espero que estés orgullosa de mí cuando me veas alzarme con la victoria.

Me sonrojé y aparté el pelo que caía sobre mi cara.

El resto de la semana pasó un poco lento ya que Marcus no estaba conmigo debido a ese viaje que tuvo que realizar para competir.

Le extrañaba. Aun no somos nada, pero se nota que ambos sentimos algo. Quizás cuando vuelva podamos tener algo.

Aunque él no estuviera estas semanas, yo seguí acudiendo al lago.

Intentaba no pensar demasiado en él, pero era inevitable.

-Te he extrañado tanto.- Me dice él.

Le he invitado a casa ya que mamá hoy no iba a estar. Ha decidido viajar. Por fin hace algo que le permite descansar y olvidarse de todo.

-Yo también te he extrañado.- Me sonrojo.

Aunque no soy demasiado buena cocinando, he intentado preparar la comida y parece que a Marcus le gusta el arroz.

-Espero no intoxicarte.- Río.

-Para nada, está muy bueno.

Y esboza una sonrisa, que espero que sea sincera.

Nos sentamos junto a la chimenea, estos días está haciendo frío, y temo que Marcus puede resfriarse al entrenar al aire libre y al estar en contacto con el agua.

-Me contaste una vez que perdiste a alguien importante...

-Sí, lo hice.

-Y quieres... Ya sabes, hablar de ello.

-Bueno...

-Solo si tú quieres.

-No, está bien, puedo contártelo así me despejaré.




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