Nota de la autora:
¡Buenas! Como cada viernes os traigo un capítulo. ¡Espero que os guste! Estamos cerca del final
Me marché de casa de Ella después de romper nuestra relación y acabar discutiendo.
Me tumbé en el sofá de casa y no paré de llorar en toda la noche.
Intenté calmarme tomándome una tila, pero la devolví. Mi estómago no soportaba nada en ese momento.
Ella, voy a darte el espacio y el tiempo que necesites, pero prometo que volveremos a estar juntos. Haré todo lo posible por recuperarte, quiero que volvamos a ser lo que éramos, quiero que volvamos a ser felices juntos.
Narra Ella:
Pensé que terminando con Marcus todo estaría algo mejor, pero me equivoqué.
Había pensado que alejando a las personas que más quiero no las haría daño, pero en el fondo sabía que alejarles les hacía más daño.
Marcus... Quizás tú y yo podamos mantener esa relación que deseamos más adelante.
Cuando todo esté bien, cuando yo pueda estar bien.
Narra Marcus:
Llegaron las Olimpiadas, estaba muy nervioso, tenía ganas de competir, ganas de ganar y de volver a España para enseñarle a Ella que era campeón olímpico.
Durante estos meses que estuvimos separados, estuvimos hablando, como amigos y ella me dijo que estaría apoyándome para que ganase.
-Marcus, tienes visita.
Me sorprendió que mi entrenador Matías me dijera eso.
-Hola...-Sonrió tímidamente Ella.
No me lo podía creer.
Jamás pensé que viniera a apoyarme a los juegos.
-Ella...-Susurré.
-¿Qué tal?- Preguntó.
-Bien, ¿qué haces aquí?
-He venido a verte. Como amigos que somos tenía que estar aquí contigo.
-El viaje te debe de haber salido carísimo.
-Tranquilo, papá nos dejó un dinero que tenía ahorrado y mamá y yo lo utilizamos para nuestros viajes. Por cierto, ella ha venido y quería saludarte.
La madre de Ella entró a la habitación y la di dos besos.
-Suerte, Marcus.- Dijo ella.
-Gracias, señora.
-No me digas así, llámame Elena.
-Está bien, Elena.
Su madre se marchó dejándonos intimidad.
-¿Estás mejor?
Ella sabía a lo que me refería.
-Sí, nunca sabremos quién fue el asesino de papá.
-¿Y eso? Si quieres contármelo, por supuesto.
-No te preocupes, lo estoy superando, por fin lo estoy haciendo y puedo hablar de ello sin llorar.
Acaricié su mejilla lentamente.
-Fue alguien de la mafia... Papá estaba investigando sobre otra muerte y le mataron porque no querían que se metiera en sus asuntos.
-Lo siento, Ella.
Besé su mejilla dulcemente y ella respiró fuertemente inhalando mi aroma.
-Manzana, como siempre.- Rio.
-Sí, las buenas costumbres no se pierden.
Ella sonrió y apoyó su mano en mi hombro.
Nuestras miradas estaban fijas sobre el otro.
-Suerte, Marcus. Mañana estaré en las gradas apoyándote.
-Gracias, pequeña.
Le di un fuerte abrazo y me despedí de ella.
Tenía la suerte de tenerla al menos como amiga.
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Eras tú
RomanceHistoria sobre Marcus y Ella. Era necesario escribir una historia así.