Capítulo 11

13 4 0
                                    


Nota de la autora:

¡Buenas! Como cada viernes os traigo un capítulo. ¡Espero que os guste! Estamos cerca del final

 ¡Espero que os guste! Estamos cerca del final

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Me marché de casa de Ella después de romper nuestra relación y acabar discutiendo.

Me tumbé en el sofá de casa y no paré de llorar en toda la noche.

Intenté calmarme tomándome una tila, pero la devolví. Mi estómago no soportaba nada en ese momento.

Ella, voy a darte el espacio y el tiempo que necesites, pero prometo que volveremos a estar juntos. Haré todo lo posible por recuperarte, quiero que volvamos a ser lo que éramos, quiero que volvamos a ser felices juntos.

Narra Ella:

Pensé que terminando con Marcus todo estaría algo mejor, pero me equivoqué.

Había pensado que alejando a las personas que más quiero no las haría daño, pero en el fondo sabía que alejarles les hacía más daño.

Marcus... Quizás tú y yo podamos mantener esa relación que deseamos más adelante.

Cuando todo esté bien, cuando yo pueda estar bien.

Narra Marcus:

Llegaron las Olimpiadas, estaba muy nervioso, tenía ganas de competir, ganas de ganar y de volver a España para enseñarle a Ella que era campeón olímpico.

Durante estos meses que estuvimos separados, estuvimos hablando, como amigos y ella me dijo que estaría apoyándome para que ganase.

-Marcus, tienes visita.

Me sorprendió que mi entrenador Matías me dijera eso.

-Hola...-Sonrió tímidamente Ella.

No me lo podía creer.

Jamás pensé que viniera a apoyarme a los juegos.

-Ella...-Susurré.

-¿Qué tal?- Preguntó.

-Bien, ¿qué haces aquí?

-He venido a verte. Como amigos que somos tenía que estar aquí contigo.

-El viaje te debe de haber salido carísimo.

-Tranquilo, papá nos dejó un dinero que tenía ahorrado y mamá y yo lo utilizamos para nuestros viajes. Por cierto, ella ha venido y quería saludarte.

La madre de Ella entró a la habitación y la di dos besos.

-Suerte, Marcus.- Dijo ella.

-Gracias, señora.

-No me digas así, llámame Elena.

-Está bien, Elena.

Su madre se marchó dejándonos intimidad.

-¿Estás mejor?

Ella sabía a lo que me refería.

-Sí, nunca sabremos quién fue el asesino de papá.

-¿Y eso? Si quieres contármelo, por supuesto.

-No te preocupes, lo estoy superando, por fin lo estoy haciendo y puedo hablar de ello sin llorar.

Acaricié su mejilla lentamente.

-Fue alguien de la mafia... Papá estaba investigando sobre otra muerte y le mataron porque no querían que se metiera en sus asuntos.

-Lo siento, Ella.

Besé su mejilla dulcemente y ella respiró fuertemente inhalando mi aroma.

-Manzana, como siempre.- Rio.

-Sí, las buenas costumbres no se pierden.

Ella sonrió y apoyó su mano en mi hombro.

Nuestras miradas estaban fijas sobre el otro.

-Suerte, Marcus. Mañana estaré en las gradas apoyándote.

-Gracias, pequeña.

Le di un fuerte abrazo y me despedí de ella.

Tenía la suerte de tenerla al menos como amiga.

Eras túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora