Fuiste un ángel que voló a la cueva del demonio.
Tu belleza me enamoró, fue fugaz y mágico.
Desee trazar lienzos en tu piel y pintar con caricias el anochecer.
Pero la maldad que teñía mi alma ensuciaba la pureza que emanabas.
No era fuerte, solo un blandengue dominado por sus más egoístas deseos.
Te atrapé, puse grilletes en tus pies, sin notar como día los cristales se empañaban y tus lágrimas se deslizaban por la ventana.
Como tu aura se secaba.
Y tu espíritu moría.
Creía poderte salvar, pero no estaba dispuesto a dejarte marchar.
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Poesía momentánea
PoetryEl silencio es enfermizo, las dudas enloquecedoras. Callé por miedo a ser visto, a perder lo que jamas podría obtener. Lloré ahogado en un mar de ilusiones, de sueños desesperanzadores. Repetías mentiras obsoletas, mientras obtenías caricias indis...