-Lo siento Peter, no quise traicionarte pero... Sabes que amo a Harry.- el chico sonrió, tomando las manos del ojiazul.
-Yo sabía eso desde que te conocí.- miró sus zafiros.- Ambos sabíamos que muestra relación sólo se basaba en no estar solo.-
-Lo lamentó. Fuistes una persona muy importante para y-
-No Louis.- interrumpió.- Está no es una despedida, yo aún quiero verte. Eres mejor amigo, sé que las cosas cambiarán pero... Aún quiero tenerte en mi vida.-
-Peter...-
-Siempre supimos lo que eramos.- besos sus nudillos.- Te quiero Louis, y quiero conservarte en mi vida.- el castaño asintió y abrazo el cuerpo del chico con gafas.
Era increíble como ambos se despedían como amantes pero daban la bienvenida a su amistad.
Cuando Louis conocí a Peter, ambos estaban solos. Él fue quien lo saco de la depresión por su madre y Harry, Peter fue el único que dio su mano a un extraño.
-Suficiente de abrazos.- la mano de Harry quitó a Peter del cuerpo de su Louis.
Había ido con el ojiazul para recoger sus cosas, lo había convencido de vivir con él. Obviamente Louis parecía colegiala enamora, y acepto. Siendo que sólo pasaron el fin de semana unidos.
Estabas soportado como aquel chico tocaba, acariciaba y besaba la piel que era suya.
-Adiós, Peter.- sonrió.
-Adiós, Lou.- besó su mejilla.
Peter era una excelente persona y... Su soledad encajó perfecto con la del castaño.
[...]
-¿Cuánto más falta para terminar?-
-Sólo una persona y ya.- respondió el castaño.- Iré por ella.- justo en el momento que iba pasando por el lado del cómodo y rizado Harry, éste lo jaló y cayó sentado en sus piernas.
-Puede esperar un momento.- habló, hundiéndose en el cuello de Louis.- Eres tan cálido.- las manos del ojiverde comenzaban a deslizarse sobre la ropa del castaño.
-Afuera esta un cliente, señor Styles.- comentó con gracia.
-Que se espere. Ahora estoy con mi hermoso castaño.-
Sus besos se iban intensificando, si seguían de ese modo terminarían en el escritorio, con todo tirado y Louis gimiendo.
Los minutos pasaban, sus caricias, besos y palabras indecentes eran los que se veía en la escena. Se habían olvidado por completo de que una persona estaba afuera.
-Harry te-
Los besos dejaron de fluir, la imagen de la persona menos indicada apareció.
-¿Qué haces aquí, Francis?- preguntó molesto. Bajó a Louis del escritorio y le ordenó que saliera.
[...]
Había pasado más de una hora que Harry estaba encerrado con ese hombre. No podía escuchar nada de lo que hablaban.
La puerta fue abierta, y el hombre salió de aquel despacho.
Su mirada era una muy sería, pero también burlona.
-No puedo creer que mi bebé tenga a esta cosa como su puta personal. Pensaba que Harry tenía buenos gustos.- rió.
-No le voy a permitir que me falte al respeto.- Louis se levantó de du asiento.-
-Así que la puntita tiene carácter.- sonrió.- También muerdes.- tomó la barbilla del castaño.
-Sera mejor que sueltes a mi novio.- habló Harry.
El hombre soltó a Louis y miró al ojiverde.
-Lárgate, ya tienes lo que querías.-
-Ay hijito, se supone que un abogado como tú, fuerte, imponente y "mujeriego" no debe tener este tipo de... Gustos.-
-Eso no te importa, lárgate y no quiero que toques lo que me pertenece.- la mirada de Harry era muy distinta, fría y amenazante.
-Sólo te diré que la prensa te comerá vivo y... Ese maricon saldrá mal.- rió, marchandose del establecimiento.
¿A qué se refería con eso?