Jay

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Tranquilidad, debía estar tranquilo. Louis le pidió confianza, tiene que soportar la cercanía de ese chico.

No puedo deshacerse de Peter, el chico se aferró a ir con ellos y Louis no puedo negarse. Irían a ver a su madre y bebé, las lápidas que juntas están tenían flores marchitas.

Dejó de escuchar las oraciones y palabras de Louis para sumergirse en sus pensamientos, quería recordad a Jay. El dulce aroma que desprendía cuando la abrazaba, la deliciosa comida que le ofrecía y los cariños que en su casa faltaban.

Johanna no sólo fue la madre de su mejor amigo, de su novio, fue su madre adoptiva. La mujer siempre lo trataba con cariño, se preocupaba por él y hacia lo que su madre no, darle la protección y seguridad que una madre debe darle a sus hijos.

Quería saber qué había pasado, recuerda vagamente que Louis le contó sobre cómo Anne los amenazó. Tendría que hablar con ese mujer para saber lo ocurrido.

Si tan sólo él hubiera tenido más agallas, otro rumbo tendría la historia. Pero sólo era un chiquillo, no sabía que había más allá de los muros que su madre le construyó. Tenía miedo, miedo de irse con Jay y Louis, miedo de ser rechazado por ellos cuando se cansarán de su presencia.

"El muerto y arrimado, a los tres días apesta."

Un dicho que conoció de un cliente mexicano. Un poco vago pero con una buena lógica. Tenía miedo de ser una carga.

[...]

-Mi amor.- sonrió la mujer.- ¿A qué se debe tú visita?- extendió los brazos hacia su hijo.

-No seas hipócrita Anne.- habló Harry.- Vine porque tengo muchas cosas que preguntar.- pasó por el lado de su madre, tomando asiento en la sala principal.

-Te escuchó cariño.- la mujer apretó más su bata y tomó asiento frente a su hijo.

-¿Qué les hiciste a Jay y Louis para que se fueran?-

-Sabia que vendrías por eso.- sonrió.- La madre de ese maricón se vendió, vendió la felicidad de su bastardo.-

-Mentira.-

-Piensa lo que quieras Harry, Jay no era la blanca palomita que todo creían, no era un amor de persona. Tú sabes perfectamente como soy yo, las medidas que tomó para conseguir lo que quiero, le ofrecí dinero y ella gustosa aceptó.- del mueble más cercano tomó un folder.- Compruébalo tú mismo.- cedió dicho papel.

Las manos de Harry sostenían fotografías de ambas mujeres.

Tenía que ser una jodida broma.

Cuando seas mioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora