CAPITULO 4- Nuevos cambios

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Esperamos unos 50 min. Para que Manuel despertara e irnos de ese lugar.
Después de un buen rato y de que dijéramos aquello que habíamos visto, todos se asustaron y preocuparon. Sabíamos que no estábamos seguros ahí afuera. Manuel comenzó a reaccionar poco a poco tomándose la nuca e incorporándose.
Al vernos a todos comenzó a llorar y mirar su casa mientras se quejaba de dolor y golpeaba el suelo desesperadamente. Su mirada nos decía que estaba devastado por lo sucedido. Tratábamos de calvario pero no entraba en razón.
Lloraba demasiado,jamas lo había visto tan mal.
Nao lo abrazaba y trataba de calmarlo junto con eduardo y Arturo.

Todos empezamos a escuchar cada vez más y más explosiones a lo lejos, prestabamos más atención y se escuchaban los gritos devastados de gente.
Me asusté y les rogue que me acompañaran a mi hogar para ver a mi familia, ver si se encontraban bien y poder ayudar a mis  amigos ahí.
Arturo y Natsu se ofrecieron a llevarme mientras los demás se acompañaban mutuamente para ver si sus familiares se encontraban bien. 
Todos acordamos de vernos en el centro comercial, ya que era un punto medio para todos.
Pasamos a la casa de Natsu primeramente. Sin encontrar nada más que manchas de lo que parecía ser sangre. El pobre parecía loco, gritó fuertemente y avento un mueble que tenía en su sala. Arturo lo controló y decidimos ir ahora a su casa, ya que quedaba a unas casas a lado.
Llegando notamos todo de igual manera, cristales rotos, la puerta forzada y sin señal de nadie ahí. Mantuvo la calma y se limitó a decirnos

-Tal vez huyeron para encontrar un refugio-
Su mirada se notaba algo perdida, sin dar ningún sentimiento o emoción.

- Lo más probable es que si, tranquilo, estarán bien en algún lugar aquí cerca- Dije mientras lo abrazaba.

Tomo una mochila y guardo un par de cosas ahí. Me tomo de la mano y decidimos irnos hacia mi casa.
Tardamos unos minutos para llegar. Note que estabamos cerca de la calle principal de mi casa, solo teniamos que dar la vuelta Así que me solté de la mano de Arturo y corrí gritándole a mi madre. De repente me detuve ya que no había calle, solo un enorme agujero de escombros y humo procediendo de él.
Me quede atónita al mirar lo que quedaba de ahí, no pude respirar, sentí un enorme vacio dentro de todo mi ser, no escuché nada en ese momento. Mi cuerpo no respondía, de mis ojos comenzaron a caer lágrimas. Al llegar al frente de esa calle, la encontré desecha, mejor dicho, no encontré nada, absolutamente nada de mi casa ni de los vecinos, era un hueco enorme con escombros, al parecer una explosión de las que escuchamos a lo lejos surgió aquí.
Me deje caer de rodillas, Arturo y Natsu corrieron a levantarme, no podían creerlo también.
Arturo me tomo del rostro sacudiendolo y pronunciando mi nombre una y otra vez.
Natsu hacia lo mismo mientras tomaba su cabello desesperadamente.
Seguía yo sin poder decir algo o reaccionar, había entrado en un estado de shock.
Sólo miraba los labios de Arturo, miraba su rostro asustado y preocupado por mi en esos momentos, algo decía pero no podía entender nada. Me levantó y llevo en sus brazos hasta que el sonido llegó a mi de golpe. Pude escucharlo decirme

-Vámonos, no soportaras seguir aquí, Leah por favor, reacciona, pequeña. No nos dejes ahora.-

- Mi... Mi... Pe.. pero están ... No...-  apenas pude decir eso por el enorme nudo que tenía en la garganta mientras me levantaba.

Natsu seco mis lágrimas y tomo su mochila y nos fuimos de ahí.
Mientras Arturo me llevaba en sus brazos miraba hacia atrás, hacia donde era mi hogar o lo que quedaba de él ahora.
Natsu lloraba en silencio y me miraba destrozado. Todos teníamos roto el corazón.
Arturo me tomo fuertemente y me dijo

-Tranquila, todo estará bien, estaremos bien, lo prometo, no dejaré que nos pase nada-

Sólo podía mirarlo con una enorme tristeza, me quedé recargada en su regazo hasta llegar a nuestro punto de reunión.
Le dije que me bajará, que me sentía bien para ya poder caminar sola. Me tomo de la mano y caminamos hacia aquel centro comercial que se encontraba frente a nosotros.
Paso a paso nos acercabamos a una pequeña fuente que estaba frente a la entrada principal. Notamos que no había nadie en las calles, estaba solo todo, autos estacionados a mitad de calle, sonidos de sirenas de patrullas a lo lejos y helicópteros pasando de un lado a otro.
Vimos a los demás esperando en aquella fuente.
Corrimos rápidamente con nuestro grupo de amigos.
Al llegar vi a Gabriel abrazando a su hermana y a su pequeño hermano, Monse y Juanpa, un pequeño de apenas 5 años. Ambos llorando inconsolablemente.

Su hermana me vio y corrió a brazarme. Sentí un alivio al verla junto a sus dos hermanos.

-Le... Leah!!- Dijo llorando y corriendo hacia mi.

- Monse!.. Estás aquí!- dije abrazándola fuerte y llorando.

Gabriel me miro, vi su mirada desecha. No queria imaginar que encontró al llegar a su casa.
Todos lloraban, golpeaban todo a su paso y gritaban.
Mire a Nao, a Eduardo, a Hiroshi.. Los tres estaban desechos por lo que habían encontrado. Mire a Manuel y levante mis cejas a manera de decirle "¿Encontraron algo?" Y sólo se limitó a mover su cabeza en signo de negación. Apreté los ojos y abracé más fuerte a Monse.
Arturo hablaba con Gabriel, Hiroshi, Manuel y Eduardo. Pude notar como relataba lo que habíamos encontrado cada uno.
Su mirada de todos hacia mi fue de lastima y tristeza. Jamás me habían mirado así.
Escuchamos varios tiros a lo lejos, nos cubrimos y Eduardo gritó

-No estamos a salvo aquí, debemos entrar! Rápido!-

Todos entramos forzando la puerta principal ya que estaba atascada. Pasamos uno por uno y volvimos a sellarla con cosas que estaban cerca de ahí, mesas, tablas, sillas.
Ya adentro estábamos temerosos, buscamos a alguna persona que nos pudiera ayudar, gritamos pidiendo ayuda pero no recibíamos respuesta.
Fuimos hacia una tienda donde vendían cosas domésticas (muebles, baños, recámaras).
Cada uno se sentó y tratamos de calmarnos un poco.
Los chicos decidieron buscar ayuda por el resto del lugar.
Nosotras decidimos buscar algo para comer y para los demás.

Tome a  Monse de la mano y el pequeño juanpa corrió hacia nosotras. Lo tomamos de la mano ambas y nos fuimos a sentar a una banca cercana de aquella tienda donde nos encontrábamos.
Juanpa miraba los exhibidores y tome la oportunidad para charlar con Monse:

- Monse, que pasó? Que sucedió?- Dije secandome las lágrimas y cuidando al pequeño con la mirada.

- Todo sucedió tan rápido, todo se descontroló...- Dijo tapandose la cara con ambas manos.- Estaba ayudando a juanpa con su tarea en en estudio de la primer planta de nuestra casa. De repente se escucho un estallido enorme afuera de la privada donde vivimos los cuadros comenzaron a temblar, la mesa, los lápices, todo! Juanpa se asusto y corrió a abrazarme, lo cargue y lo volví a sentar en su silla, le dije que se quedara ahí, que no se levantara, abrí la puerta de la habitación y mis padres estaban asomados por la ventana, ambos preocupados preguntándose por Gabriel, si se encontraría bien. Cuando les pregunte que pasaba voltearon a verme y... Y....- sollozó y enseguida se puso a llorar horriblemente.

- Tranquila, esta bien- dije acariciando su cabello y consolándola.

- La... La maldita ventana exploto enfrente de ellos! yo cerré la puerta y quedamos encerrados en aquel estudio, nos quedamos un buen rato así juanpa y yo, hasta que llego gritando Gabriel como loco, escuchamos que alguien decía "No no no", reconocidos de inmediato su voz, gritamos mucho juanpa y yo, pedíamos ayuda a nuestro hermano, nos escucho y poco a poco nos saco de la habitación casi hecha ruinas. En cuanto salimos lo abrazamos. Juanpa lloraba como si lo fuesen a matar. No sabia lo que les ocurrió a nuestros padres en ese momento- Dijo abrazando sus rodillas y llorando incontrolablemente.

- Me paso lo mismo, encontré mi casa hecha un desastre, no... No encontré nada de mi hogar, ni mi mamá, mi papá o hermana.- dije llorando y llevando una de mis manos a mi cabeza.

Juanpa nos miró confundido por notar los llantos.

- Hermana... Quiero a mi mamá- dijo connuna mirada confundida y mirando a Monse.

- E... Ellos...- tartamudeo con los ojos llorosos.

- Ellos vendrán luego. Tuvieron trabajo ahora.  Por el momento estarás con nosotros ¿si? ¿Quieres un dulce?- dije con un tono algo dulce, sonriendo y secando mis lágrimas.

- Si! Una paleta de ahí, mamá me compra cosas de ahí!- dijo juanpa tomandome de la mano y tirando de ella.

-Vamos, acompañame.- Le dije a Monse estirándole la mano, la tomo y le hice señas a Gabriel desde lejos diciéndole que llevaría a juanpa por un caramelo, asintió y caminamos por la plaza, todo el centro comercial estaba vacío, llegamos a una pequeña cafetería. Todo estaba desordenado y solitario.
Juanpa corría feliz por todos lados, la dulceria estaba a un lado y le dije que tomará el dulce que quisiera, no lo dudó dos veces y comenzó a comer cualquier dulce que tuviera de frente.
Miraba hacia atrás para ver a los demás pero notaba que no encontraba nada. Buscaban pedir ayuda pero no había señal de vida ni rastro de nada.

The after life...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora