CAPITULO 5- Tiempo de pensar.

24 5 0
                                    

Los demás se preocupaban por no hallar una manera de pedir ayuda. Los celulares no funcionaban, no había señal. Todo era callado y solitario.
Poco a poco los chicos se separaban para buscar ayuda.
Nao regreso a donde estábamos nosotros.
Juanpa feliz comía los dulces que había tomado, Nao, Monse y yo nos dirigimos hacia la cafetería en donde todo estaba desordenado. Por fortuna encontramos algunas cosas en buen estado para prepararnos algo. Comenzamos a tomar algunas cosas algo temerosas, con la esperanza de que saliera alguien Y quitarnos de ahí. Pero no.
Nos preparamos un café y por fin, pudimos descansar un momento de aquellos malos ratos.
Tomamos asiento en una pequeña mesa aún en buen estado y solté un enorme suspiro.

- Dios, por fin un minuto de tranquilidad- Dije sorbiendo de mi taza.
Nao asintió con la cabeza en silencio, tenía la mirada bastante perdida.
Yo con la mirada cuidaba al pequeño. Pendiente a que no fuera a lastimarse.

- Si, fue demasiada presión y pérdidas por hoy.- dijo Monse.

-Lo bueno es que al menos estamos a salvo aquí, no estamos expuestos como antes.- dijo nao tomando nuestras manos.

-Claro, tienes razón en eso- respondimos en coro Monse y yo.

Las tres reímos y charlamos sobre algunas cosas fuera del tema que estábamos pasando. Además del hecho de tomar las cosas por las cuales estábamos acostumbradas a pagar.
Fue un lindo momento ya que era un momento de tranquilidad ante tanto caos.
Después de terminar tres tazas de café cada quien, decidimos llevarles una a los chicos, era obvio que debían estar hambrientos.
Buscamos más alimentos y entre las tres nos ayudamos.
Preparamos más y le llevamos comida a los chicos, Nao le preparó una pequeña malteada al pequeño juanpa, ya que hacia un buen rato que no comía. Tomamos los alimentos en pequeñas charolas y fuimos con los demás.
Llegamos a la tienda donde estábamos y repartimos lo que preparamos a cada uno. Todos bebían algo distraída su casa de café. Fue un largo rato de silencio entre todos, mirándonos y procesando lo que nos acababa de suceder. Tan sólo éramos adolescentes en medio de un caos del cual no teníamos idea, no sabíamos que hacer.
Las horas pasaron hasta que dieron las 9:00 de la noche y todos tomaban su café deliciosa y tranquilamente. Conversábamos sobre si algún día encontraríamos a algún familiar, algún conocido nuestro que pudiera ayudarnos y mantenernos a salvo.
Todos nos preguntábamos ", ¿Si no los encuentro, que me pasará?, ¿Moriré?" esas preguntas atormentaban a todos de muchas formas.
Llego la hora de dormir, por suerte habían camas de exhibición en aquella tienda, eran suficientes para cada uno de nosotros., sólo nos dividían pequeñas paredes. Cada uno encontró una y decidimos acurrucarnos. Nao le pidió a Manuel que durmieran juntos ya que estaba algo asustada; Gabriel decidió dormir con el pequeño juanpa, que al pegar la cabeza en las suaves almohadas se quedo profundamente dormido, parecía un ángel, antes Monse y yo lo arropamos y le dimos un cálido beso en sus mejillas de buenas noches.
Natsu, Hiroshi, Arturo y Eduardo se acomodaron en una cama cada quien Y durmieron.
Antes de cada a quien acomodarse sellamos la puerta de la tienda por miedo a que alguien pudiera entrar en la madrugada.
Monse y yo dormimos juntas.
Mire hacia un lado de nuestra zona para dormir y mire a Gabriel, parecía león enjaulado, caminaba de un lado a otro.
Monse se arropaba para dormir, me levanté de la cama y dije

-Ahora vuelvo-
Asintió con la cabeza y me acerqué a Gabriel. Lo tome del hombro y volteó para mirarme de frente

-Gabriel.. Todo bien?- Dije temerosa

- Como quieres que este? si mi hermana vio morir a mis padres, no los pude salvar, mis hermanos corren preligo, no se que hacer!- dijo desesperado mientras comenzaba a llorar.

-Pero nos tienes a nosotros para apoyarte en todo. Sabes que nos puedes pedir ayuda y no vamos a dejarlos solos, no ahora con todo esto, sé que es dificil de procesar todo esto, sin embargo estamos bien, los encontraste y están aquí ahora. No dejaremos que nada les pase - dije tomándolo del rostro con un tono suave para tratar de calmarlo.
Le di un pequeño abrazo diciéndole que todo estaría bien. Le di las buenas noches y se fue a dormir, regresé y me acosté en la cama, Monse estaba tan exhausta que se quedo profundamente dormida en ese tiempo que me fui.
Tarde un poco en dormirme, pero por fin logre conciliar el sueño.
Amanecía y la luz apenas entraba a la tienda, abrí los ojos lentamente y noté el amanecer, por lo visto todos dormían aún ya que no había ruido alguno.
Monse aún estaba a mi lado, tenia un brazo rodeandome el tronco, la mire y no podía imaginar el dolor que paso al ver lo terrible que fue ver lo que le había sucedido a sus padres, pero admiraba lo fuerte que fue para proteger a su pequeño hermano.
Me levante lentamente y eche un vistazo a los demás. Aún dormían muy profundamente. Sin hacer tanto ruido abrí un poco la puerta, salí y me dirigí a la sección de ropa, para probarme alguna prenda más cómoda. Me probé una y otra prenda hasta que encontré la indicada. Vi muchas prendas cómodas que podrían gustarle a los demás, así que lleve una muda a todos.

The after life...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora