Una Steven en Apuros.

Capitulo Uno.

— ¿Alexandra Steven?—Me levante de la silla en la que por poco me derrito. Afuera hace un frío de miércoles y aquí, parece un horno.

—Sí, soy yo. —La vista de los demás aspirantes cae sobre mí, como si fuera mi culpa que este instituto nos pida a los de intercambio una semana más que a los demás alumnos. Está claro que se tiene que asignar dormitorio y que tengo que instalarme, pero eso lo hago en dos horas.

—Sígame por aquí. —La señorita de cabello rubio continúo su camino hasta su escritorio, tome asiento frente a ella. —Viene de Chicago, transferida de Morrison y con beca completa para deportes y filosofía. ¿Correcto?

—Así es. —La filosofía no me llama tanto la atención, la verdad es que ya quiero ir a ese diamante. ¿Les comente que tienen su propio estadio?

—Bien, aquí están sus horarios, es vital que se los aprenda, no puede llegar tarde a ninguna clase, sus horarios de entrenamiento y horas de estudio. Debido a las políticas del instituto debe tomar una clase extra para créditos universitarios o ser voluntaria en alguna de las actividades de esta lista. —Me entrego una hoja donde están miles de actividades, según Kendall son algo así como mi pago a la escuela por recibirme y darme el mejor estudio que el que tenía. Interesados.

—Vigilante de pasillo. —Una excusa para poder estar fuera del dormitorio en horas indebidas. Ok yo siempre viendo la forma de meterme en problemas.

—Muy bien, su dormitorio es el 728 del edificio Thomas, es Mixto señorita pero confiamos en que tiene un excelente criterio como para saber lo que está bien y no lo está. Tenga en cuenta que si está aquí fue con mucho sacrificio y no dejara que una falta la lleve de regreso a casa. —Bueno, la cosa esta libre pero estricta. —Su compañera ya está instalada. Cualquier problema deberá reportarlo de inmediato. Que pase excelente día señorita Steven.

—Gracias. —Tome las miles de hojas que me dio y mi juego de llaves. Espero no olvidarlas como se me acostumbra.

Al salir siguen los 108 estudiantes en espera de su turno, mire mi lugar y ya está ocupado por una chica de lentes enormes.

Pase a recepción por mis maletas y para entregar el vale de uniformes el cual odio y ni siquiera he visto. En Morrison era libre la ropa, aquí no.

Una señora mayor que ni me pregunto mis tallas solo miro de arriba a abajo y trajo con sigo todo en una caja.

—En caso de que se rompa alguno de sus uniformes se le cambiara inmediatamente.

—Gracias. — ¿Cómo demonios voy a poder con la caja de los uniformes, mis cuatro maletas, mochila y día cajas?

—Debiste tomar un carrito de la entrada. —Me dice un peli negro que lleva uno con sus cosas. — ¿A qué edificio vas?

—Thomas.

—Igual, sube tus cosas. —Por fin uno que no solo me ve y se pregunta qué tipo de piojos he de tener. Un caballero sin duda. — ¿Es tu primer año de intercambio?—Asentí. —Se te nota. El mío es el 3. — ¿Tercero?—Primer año en Londres, Segundo en Argentina y Tercero en la gran manzana.

—Será difícil para ti quedarte en una sola universidad.

—Para nada, ya viaje demasiado. Quiero estabilidad. —El subió mi última maleta y yo tome la caja del uniforme y mi mochila para que no pesara tanto el carrito.

—Ok ¿porque se mueve solo el carrito?

—Es eléctrico, sigue a la persona con la pulsera. —Interesante, soy una completa pobre en un mundo de Juniors. —Por cierto, me llamo Cesar.

—Alex.

— ¿Y de dónde vienes Alex?

—De Chicago ¿y tú?

—Soy de Uruguay pero mis padres son franceses así que tengo doble nacionalidad. —Valla, sí que aceptan de todo el mundo. Llegamos al ascensor. ¿Cómo sabía que ese era? Esta pintado del mismo color de la pared. ¿O como sabía que este es el edificio Thomas?

— ¿Desde cuándo llegaste?

—Hace un mes, el programa de robótica es mi vida y quería prepararme para las clases. —Señale sus cosas. —Son piezas que solo se consiguen en Japón, Papa me las mando.

— ¿Vienen desde Japón?

—Si, son todos unos genios en robótica. —Si algo había escuchado, el ascensor se detuvo en el piso 6, el solo bajo sus dos maletas del carrito. —Dame tu mano. —Lo hice y solo la puso la suya a la altura de mi mano y el golpeo un poco, la pulsera que estaba en su mano ahora está en la mía. —Ahora el carrito te sigue a ti. Y como yo te ayude ahora te toca ayudarme tú a mí. — ¡Ya decía que era mucha amabilidad!—Tomo de su maleta un papel que coloco mi muñeca. Genial ahora si puedo cortarme las venas y un papel absorberá mi sangre. Lo retiro y es una especie de tatuaje dorado, es lindo. —Esto simplificar a tu vida. Solo dime si sientes mareos o cosas extrañas en tu cuerpo.

— ¿Como que cosas extrañas?

—Eses con sangre, vomito con sangre, sangrado por la nariz o que se te salga el cerebro por los oídos. —Creo que mi cara lo divierte ya que esta que se muere de la risa el desgraciado. —Es broma, solo si sientes ansiedad o comezón en el área del implante, hambre excesiva, sueño todo el tiempo.

—Creo que estoy llena de estos, sufro de todo eso, menos la comezón.

—Adiós Alex.

—Adiós Cesar. —Haber, según esto simplificar a mi vida. ¿Pero qué mierda es?

Llegue al piso 7 y dos pasillos de cada lado me reciben. Tome el de la derecha y están 742 según la primer puerta. Por eso decía que era a la izquierda.

—Encontrado y no me agrada lo que veo.

—Hola, tú debes ser Alex ¿Cierto?—Sonríe, no seas mal educada.

—Si ¿Tu eres?—La loca de Mi Little Pony.

—Alison, pero dime Alis. —Ok, mátame de una vez antes de que me hagas sufrí con esto.

Obviamente tomo el lado mejor de la habitación, el lado de la ventana.

—No me aseguraron que llegaras hoy así que decidí tomar mi lado de la habitación, espero y no te moleste. —Es un completo pastelito. Lleva una diadema con unos unicornios de peluche, un suéter que dice yo amo los caballos y sin contar sus malditas de peluche. ¿Cómo no se está cociendo en esa pijama?—Pero creó que ya me arrepentí, suelo ser muy friolenta y escogí la ventana. ¿Te molesta si cambiamos?

—Por supuesto que no. Si gustas en lo que cambias tus cosas yo me doy una ducha. —Solo tome mi mochila donde tengo mis objetos personales y mi toalla, necesito quitarme este calor excesivo que traigo. Espero y no se borre esto.

¡Díganme que esto es una broma!

Hasta el baño se adueñó. ¡Es una pesadilla!

Enserio mátame señor.

Yo no abrí la regadera, subí mi mano y el agua se intensificó, la baje y se cerró el grifo. Subí, sale agua, baje se acaba el agua.

—Cesar eres un puto genio.-Amo a ese peli negro.