Siempre pensó que su vida era buena, tenía trabajo, un hogar y un matrimonio feliz o eso fue hasta que lo conoció a él, entonces todo en lo que creía comenzó a desmoronarse.
•Advertencias:
Alusión a situaciones de ámbito sexual.
Publicado del: 17/0...
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-¿Por qué contrataste a esa persona?- preguntó un pelinegro apenas le vio.
Esa mañana cuando había llegado al trabajo y pasaba a los elevadores se sorprendió al encontrar ahí a aquella persona que resaltara en las entrevistas y no precisamente por buenas razones, lo cual le había parecido extraño porque dudaba que hubieran rechazado a personas más capacitadas para hacer lugar para él en la compañía.
-Parecía necesitar el trabajo- respondió sin mirarle mientras caminaban.
-Eres demasiado blando- dijo –todos los solicitantes necesitan el trabajo y se debe buscar a los mejores para incrementar el nivel de la compañía; estoy seguro de que no pasará mucho hasta que cause problemas- conocía a los de su tipo y siempre resultaba contraproducente darles una oportunidad porque provocaban más pérdidas que ganancias y al final había tantos destrozos que el resto debía compensar sus errores.
-Ya que pareces tan preocupado por él, lo pondré bajo tu mando- habló luego de detenerse y entonces le miró, dándole una pequeña sonrisa que mostró su hoyuelo antes de volver a adquirir una expresión seria.
-No puedes hablar en serio- se quejó, sus intenciones era que reconsiderara su decisión de darle el trabajo no que delegara la responsabilidad a su equipo.
-Es una orden de tu superior, enséñale cómo se deben de hacer las cosas y si para final del mes no da resultados, entonces se irá, pero será hasta entonces, no antes. Considéralo un período de prueba- dijo –aunque recuerda que también está en juego tu reputación, no creo que quieras que los superiores vean que no puedes con un simple hombre o ¿si?- palmeó su hombro dándole una sonrisa y se alejó.
Maldijo, ¿por qué de todas las áreas tenía que ser designado precisamente a la suya y a su departamento?
Jungsoo casi pudo escuchar al menor maldecirlo entre dientes cuando se apartó de él para seguir con sus ocupaciones, pero creía que él sería un buen maestro para aquel hombre y es que a pesar de que había dudado siendo que había jóvenes que reunían incluso más puntos a consideración para obtener un puesto, la mirada del castaño le había rogado en silencio una oportunidad y quizás lo que decía el pelinegro era cierto, tal vez era demasiado blando, pero también reconocía la decisión del extraño porque ni siquiera se había dejado amedrentar por los currículos sobresalientes del resto; estaba seguro que sería un buen trabajador si aprendía a llevar a cabo lo que se esperaba de él.
***
Miró su credencial una vez más, esa que le habían dado más temprano ese día y sonrió de forma boba porque realmente había creído que no obtendría el puesto; Sungmin se había alegrado por él y esperaba poder conservar el trabajo porque dudaba que la siguiente vez encontrara a algún solicitante que requiriera alguna de sus habilidades.
