Siempre pensó que su vida era buena, tenía trabajo, un hogar y un matrimonio feliz o eso fue hasta que lo conoció a él, entonces todo en lo que creía comenzó a desmoronarse.
•Advertencias:
Alusión a situaciones de ámbito sexual.
Publicado del: 17/0...
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"Algunas veces cuando cierro mis ojos finjo estar bien, pero nunca es suficiente" –J.W.
-¿Cuántas veces te he dicho que te cuides?- lo regañó mientras secaba sus cabellos con una pequeña toalla y pese a que en cualquier otro momento sus palabras sonarían duras, en esa ocasión eran tan suaves como la tela porque lo había notado en su rostro, estaba mal.
-Lo siento-
Kyuhyun no solía ser de las personas que se disculpan con facilidad, especialmente cuando pensaban que no se han equivocado, así que escucharlo decir eso le conmovió porque en ese momento no parecía su mejor amigo de siempre, sino solo un pequeño que no sabe qué se supone debe de hacer.
Su piel estaba pálida al igual que sus labios, las ojeras comenzaban a hacerse más notorias y pudo apreciar que su piel comenzaba a hundirse en algunas partes de su rostro, lo que le indicaba o que estaba muy enfermo o no se había estado alimentando bien en esos días; tal vez ambas. Lucía apagado y descolorido como si se hubiera abandonado así mismo hace mucho.
-Te prepararé un poco de té, ¿por qué no me esperas en la sala y termino de preparar la cena para que me acompañes?- probablemente enfermaría, lo había visto tiritar un poco y el té le ayudaría a entrar en calor más rápido.
-Gracias, pero...-
-No nos hemos visto hace días- rebatió porque había adivinado a dónde iba con aquella frase y no creía conveniente dejar que se fuera cuando había llegado empapado a su casa luego de caminar quién sabe cuánto tiempo bajo la lluvia.
Le había sorprendido escuchar a alguien llamando a la puerta cuando estaba lloviendo y le sorprendió aun más el hecho de que se tratara de Kyuhyun, que su auto no estuviera ahí y que luciera tan desahuciado en un día como aquel cuando ambos compartían el gusto por el aroma a tierra mojada y hacer tonterías de adolescentes bajo la lluvia.
El castaño era un poco más alto que él así que uno de sus pantalones deportivos apenas le quedaba a medida al igual que una de sus sudaderas y aunque bromeó sobre el hecho de ponerle una de color rosa que sabía odiaba por los dibujos tiernos que tenía, este ni siquiera se quejó cuando fingió que tendría que ponérsela. Le preocupaba, así no era él.
-Con el té me basta, en realidad no tengo apetito- dijo cuando el mayor le obligó a tomar asiento en la mesa de la cocina y comenzó a colocar un par de platos con acompañamientos distintos –solo lo tomaré y dormiré un poco mientras se detiene la lluvia-
-No me esforcé tanto como para que no comas Cho, ahora toma unos palillos y come tu parte- se quejó Sungmin mientras terminaba de servir -¿sabes?, hice panceta de cerdo y tengo unas botellas de soju en la nevera- le sonrió mientras movía las cejas de forma insinuante y pudo notar un pequeño asentimiento de su parte.
