Siempre pensó que su vida era buena, tenía trabajo, un hogar y un matrimonio feliz o eso fue hasta que lo conoció a él, entonces todo en lo que creía comenzó a desmoronarse.
•Advertencias:
Alusión a situaciones de ámbito sexual.
Publicado del: 17/0...
Los detalles no eran su fuerte, normalmente Sungmin era el que sabía sobre ese tipo de cosas, quizás por el hecho de tener una dongsaeng o simplemente porque tenía facilidad para ello y aunque no estaba seguro de hacerle un presente a su jefe, creía que sería grosero de su parte no hacerlo cuando él mismo se lo había dicho así que optó por un detalle.
No conocía bien al mánager, así que no estaba muy seguro de si le gustaría, pero creía recordar haberlo visto en algún momento usar una cuando no llevaba sus chaquetas de cuero o un saco combinado con unos jeans.
-¿Es para mí?- preguntó al ver al castaño poner una pequeña caja sobre su escritorio atada con un listón ese día.
Asintió –dijo que era su cumpleaños así que...- decía mientras lo veía tomarlo –no sabía qué modelo prefería así que pregunté a la dependienta- murmuró sin estar seguro de si le gustaría o no, quizás debió haber comprado un reloj o algo parecido se dijo.
-Me gusta, gracias- y no supo por qué repentinamente la sonrisa del pelinegro le hizo sentir un poco cohibido –creo que se vería bien con lo que llevo- comentó poniéndose de pie para intentar atarla frente al reflejo de una de las decoraciones de la oficina.
-No tiene que usarla en este momento-
Negó –Hyejin me avisó esta mañana que reprogramaron una reunión, así que debo verme un poco más formal- explicó -¿la até bien?-
-Está un poco chueca- respondió.
-¿Podrías ayudarme?- y aunque Kyuhyun titubeó, al final se acercó para ayudarle –normalmente mi dongsaeng es la que me ayuda con este tipo de cosas y como usualmente solo uso corbata para ocasiones especiales o juntas, no he mejorado mucho en estos años- dijo, mientras detallaba los rasgos del más alto, especialmente sus labios apenas rosados que se encontraban a una distancia corta de los suyos.
-Debería aprender a hacerlo por su cuenta o casarse con alguien que pueda ayudarle con eso- comentó sin pensar con detenimiento, recordando que había visto a su madre ayudarle con ese tipo de cosas a su padre muchas veces.
-¿Debería?- cuestionó con una pequeña sonrisa al notar que si ese fuera el caso el castaño podría ser el indicado.
-Ya está- dijo cuando terminó de ajustarla y carraspeó al momento de elevar la mirada notando que los ojos del pelinegro estaban observándolo –debería regresar, todavía no he terminado uno de los informes- el mayor asintió en silencio y sonrió cuando vio al menor salir de su oficina.
"¿Quién diría que podría ser un poco tímido?"
*
-Hoy pareces de buen humor, ¿y esa corbata?, nunca te había visto usar una a menos que fuera obligatorio, ya sabes, para verte con el vicepresidente o algún sujeto con el que vamos a colaborar para vender las cosas de la compañía- dijo Youngwoon y es que si en algo destacaba el mayor además de ser uno de los hombres que tenían la plena confianza de los dueños del lugar, era que su forma de vestir no era precisamente formal como la de la mayoría de los empleados porque los trajes parecían ahogarle de alguna forma.
