Capitulo 43

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— ¡Amor —gritaba Casey feliz—, está hermoso este lugar!

— Nos lo merecíamos, mi vida —Niall sonrió.

Niall y Casey se encontraban en las Costas del Mar, disfrutando de la multitud, de ese oleaje azul cristalino del lindo mar, con esos rayos del sol bronceando el cuerpo de aquellas personas pálidas y haciendo que su piel se tornara a un bronceado sexy.

— Vamos al agua —suplicaba Casey.

— Pero, ¿y las cosas?

— Déjalas ahí, no creo que nadie se las robe.

— Esta bien, vamos —fueron al agua.

Se estaban divirtiendo, en esa playa, tomando un descanso tan merecido que se lo tenían los dos, después de haberse esforzado al máximo, poder llevar las responsabilidades de tener un hogar, estudiar, y ser pareja fue un verdadero reto, ya que en todo ese tiempo se le vinieron muchos obstáculos que afortunadamente los dos los pudieron superar, y ahora están felizmente juntos.

Pasaron el día en la playa, yendo a caminar por el muelle, entraron a una tienda de recuerdos, y curioseando se encontraron con unos dijes, donde cada uno traía la mitad del corazón, en eso se les acerca una gitana que atendía el lugar.

— ¿Bonitos dijes, no? —dijo la mujer, tomando la mano de Casey.

— Así es —dijo Niall mirándola.

— Ustedes no necesitan dijes de estos para sellar su amor, mucho menos un casamiento de la iglesia, su amor ya esta sellado y por mas peleas que tengan o que el destino los quiera separar, no podrá, porque a ustedes ya los une algo mucho más importante —sonrió la gitana.

— ¿A qué se refiere? —preguntó confundido el rubio.

— A que nos amamos Niall, a eso —dijo Casey.

La gitana solo sonrió y miro la mano de Casey mientras la sostenía.

— Esta noche será inolvidable para ustedes dos, su destino ya está escrito —dijo.

— Vez, amor, te dije que los horóscopos no decían siempre la verdad —comentó Niall.

— Claro que dicen la verdad, pero ustedes dos son tan diferentes, que eso los hace ser compatibles —aseguró la mujer—, son de los signos más raros y si ponen de su parte vivirán felices eternamente.

Niall en muestra de agradecimiento metió la mano a su bolsillo para sacar un dólar y dárselo a aquella gitana tan amable, pero ella solo negó con la cabeza cuando Niall estiro la mano.

— Es de mala suerte aceptar ayuda de los necesitados —y se marchó.

— ¿A qué se refería con aceptar ayuda de los necesitados?

— No lo sé amor, no lo sé.

Detras De Mi Ventana©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora