-¿Qué demonios estás haciendo tan temprano? –Le decía de mala gana. Era sábado por la mañana y eso, el cuerpo de Sasuke lo sabía. El viernes por la tarde-noche se encargó de tres clientes diferentes, y a pesar de que no tuvo mucha acción a diferencia de otras veces, igual estaba cansado; además, naturalmente los sábados por la noche era cuando más trabajo tenía. Y sin importarle eso, Orochimaru entró de lleno a su habitación, prendiendo las luces y haciendo un escándalo que le causaría un dolor de cabeza insoportable al chico.
En cuanto se sentó en la cama, el hombre lo jaló del brazo con mucha fuerza sin interesarle el lastimarlo en el acto. Sasuke se sobresaltó por las acciones del mayor, pero estaba seguro de que conocía la razón del enojo de Orochimaru-
-¡¿Qué crees que estás haciendo?¡ -Orochimaru estaba dispuesto a desatar el caos. Su voz iracunda producía en el chico un efecto paralizante, hace años que no lo escuchaba hablar de ese modo y actuar de esa manera. La última vez fue cuando estuvo a punto de matarlo, hace alrededor de cuatro años. Sin querer queriendo le trajo más recuerdos que pensaba ya estaban sumergidos en el fondo de lo que quedaba de su corazón.
No le dio tiempo de contestar, enseguida con la mano que tenía libre se fue directo a su cuello azotándolo contra la cama. Para el mayor, debajo de esa máscara de bestia, también le sorprendía la mirada de Sasuke. Hace tanto que su rostro no se desfiguraba por el miedo que le producía. Ya tenía años sin verlo asustado; sin embargo eso no cambiaba mucho la situación- ¡¿Por qué me haces esto?¡ ¿Por qué haces esto? –no podía evitarlo, cada vez apretaba con más fuerza el cuello del menor, mientras éste, trataba de liberarse con brazos y piernas que tenía disponibles cuando el otro soltó su brazo al tirarlo en la cama; la respiración de Sasuke se escuchaba entrecortada. Intentaba pronunciar el nombre del moreno mayor, pero no podía, su cara se estaba poniendo roja y el efecto de la tos se hacía cada vez más presente.
Al escuchar el escándalo, Neji y Shikamaru entraron de inmediato a la habitación; el ruido los despertó a ambos que dormían en la habitación que daba a la salida del departamento; en cuanto los vieron, trataron de calmar a Orochimaru y separarlo de Sasuke. En el momento en el que se lo quitaron de encima, el menor intentó levantarse, no sin antes escuchar toda la vulgaridad que hace tanto no oía, y cuando Neji soltó levemente al mayor por la situación tan confusa, éste aprovechó para lanzarle una bofetada a Sasuke haciéndolo caer al suelo. Sujetando su mejilla, le dedicó una mirada de odio; esta vez no estaba vacío y sin embargo, necesitaba controlarse, de cualquier modo, ya esperaba esa reacción- ¡maldita golfa sin clase¡ ¿cómo te atreviste a permitir semejante estupidez? Esta vez juro que voy a matarte, ¡Sasuke¡ ¡maldita puta¡ ¿por qué no lo hice antes? Y todavía que por un momento pensé que las cosas podrían ser diferentes, tú...
-Tu mayor error como siempre... -murmuraba lo suficiente alto para que todos ahí lo escucharan. Tenía el rostro gacho y mirando hacia el suelo; una parte de él se sentía tranquila porque tenía razón cuando se repetía que no podía fiarse nunca de ese mundo, pero el otro... decepción; tal vez en algún momento pensó en el irónico sueño de que podría ser, que en verdad Orochimaru... No.- es no querer escuchar la historia completa –esta ocasión le dedicaba el mismo tipo de mirada que utilizó la primera vez que Orochimaru lo violó- ¿con qué cuento santurrón Minato logró engatusarte? A pesar de todo, me sorprende que todavía te dejes engañar por tus propias emociones; me impacta que te dejes llevar así de fácil y que no puedas pensar con la cabeza fría...
-Maldito mocoso –el mayor comenzaba a calmarse; y con algunas señas, le pidió a Neji y Shikamaru que lo soltaran- ¿cómo te atreves?
-Si eres capaz de creerle a un tipo como ese, ¿no eres capaz de creerle a un tipo como yo? –el chico se reincorporaba- o es que acaso, ¿hay algo más con él? Déjame adivinar... son amigos de la infancia –hablaba en un tono sarcásticamente socarrón- ¿cómo podría mentirte no? –Se pausaba un momento mientras observaba todos los movimientos del otro, sabía que cualquier paso en falso significaría incluso la muerte- pero si es así... ¿a dónde se fue el amor que según tú me tienes? ¿A caso de verdad no tengo ni el más mínimo voto de confianza? Después de todo lo que me han hecho –extendía los brazos para darle más dramatismo al asunto- sigo sin ser más que mercancía para ti, ¿cierto? A pesar de ser el hijo de tu mejor amigo –su voz se escuchaba apagada- no te importa, ¿verdad? Porque seguramente no te dio la verdadera versión de cómo perdí el antifaz, me pregunto... ¿En verdad te comentó que él fue quién me dejó esos golpes en el rostro? Sí, de esos que hasta tú te horrorizaste. Si te lo dijo, ¿no? si te platicó que fue él, quién me dejó así, ¿verdad? -esperando en el silencio confuso de Orochimaru, prefirió continuar- por lo que veo entonces, supongo que también te platicó que es uno de mis profesores en la facultad –ante eso, el mayor lucía verdaderamente sorprendido, a lo que el menor Uchiha sonrió con un deje de tristeza en el rostro- y así como es mi profesor, siempre me pide que vaya a tomar asesorías extras, sabes a lo que me refiero –se cruzaba de brazos ya de pie frente a él en una pose retadora- seguro te habló acerca de las cosas tan despiadadas... -por un momento el joven vacilaba; no podía evitar sentir la garganta quebrarse cuando tocaba el tema de su mamá- cuando me atormenta con Mikoto... o que apenas hace dos días realmente me violó –en ese instante bajó la voz; estaba apagada, en realidad si le afectaba, ¿a quién no?- quiero pensar que te platicó con lujo de detalle, todas las porquerías que me obliga a hacer... y que desde que vio mi cara en el burdel no ha hecho más que chantajearme para que haga todo lo que él quiera.... Y la única razón por lo que lo aceptaba –desviaba levemente la mirada. Lo siguiente que diría aunque no fuera del todo cierto, tenía que sonar lo suficientemente melodramático, no sólo para que Orochimaru sintiera culpa y los demás lástima, no sólo para que se dieran cuenta de lo víctima que era dentro de toda esa situación, no sólo para recordarles quiénes eran y el lugar de cada quién. No. No solo era para aprovecharse y tomar ventaja de la situación. Todos sabemos para qué- era por ti –dijo en un susurro casi inaudible. En el fondo, por primera vez en años por fin sentía algo de adrenalina, pedía que le hubieran creído, que su actuación hubiera sido perfecta, que Orochimaru se lo tragara. Caminó firmemente para salir de la habitación, para que cuando pasó a su lado y recibió un nuevo tirón en el brazo del ya anonadado adulto, en el momento que Sasuke se giró levemente a mirarlo, el mayor pudo darse cuenta de cómo una lágrima recorría su mejilla derecha para luego esconderse por su mentón en una milésima de segundo. Su agarre se hizo más fuerte, pero el menor decidió soltarse como diera lugar- agradécele a Minato por darte esta clase de espectáculos baratos. De cualquier modo ahora sé que no importa todo lo que haga o soporte; para ti, no soy nada –sentenció, no sin antes tomar las llaves de su auto y una sudadera que estaba en la entrada. Azotó la puerta conforme Orochimaru iba tras él gritándole que regresara.
Bajó por el elevador hasta llegar al estacionamiento, todo estaba tan oscuro a pesar de las luces que alumbraban los pasillos, que le costaba reconocer a lo lejos su automóvil. El sentimiento abrumante que cargaba consigo le producía ganas de vomitar. Ese ambiente le hacía recordar la primera vez que participó en una sesión de watchers. El ultraje a su persona de aquella vez, terminó apagándolo por completo. No era para menos, especialmente si antes de los quince fue abusado por cuatro sujetos al mismo tiempo mientras los demás miraban.
La bruma, la difícil visibilidad; le hacía acordarse de la sensación de ese día. De cómo era drogado y amarrado al techo por los brazos, cuando le colocaban un separador de piernas en los tobillos y con otro montón de cuerdas lo amarraban por la cadera para que se inclinara. Las manos ásperas de todos rodeando su cuerpo con lujuria vulgar, sus risas morbosas y sus miradas deseosas que lo miraban en su completa desnudez.
Tenía miedo. El frío del suelo subía por las puntas de los pies que eran cortadas por su porosidad. Su cuerpo temblaba, intentaba mover su rostro de un lado para otro, sólo podía ver seres parados frente a él masturbándose para poder penetrarlo por turnos. Todo era tan borroso, el ambiente tenía niebla, bruma, ¿o acaso era el efecto de las drogas? Sentía el sudor escurrir por su frente y de repente sintió un golpe tras otro en sus nalgas. Seguramente era una fusta, pero el inquisidor lo azotaba tan fuerte que apretaba los ojos en un intento de no llorar; gritaba, era inevitable, le dolía y mucho; para él, al golpe seis seguramente ya estaría sangrando; pero para los demás era un deleite. Podía sentir como otros más se acercaban y con sus palmas lo nalgueaban o apretaban su trasero entre sus manos. Después, algún otro abría la zona de su entrada y sin más lo perforaba. Aunque lo recuerda, a estas alturas del partido ya no le duele; probablemente la costumbre, pero cuando pasó la primera vez de ese modo, las lágrimas rodeaban su rostro; a pesar de ello, solo lo jalaron del cabello para que uno a uno fuera metiendo su miembro en la boca del menor para que les practicara el mejor sexo oral que pudiera hacer. Golpes en el rostro, penetraciones profundas, azotes... todo bajo la atenta mirada detrás del cristal, detrás de ese cubo de cristal. Orochimaru siempre estaba observándolo todo, siempre en primera fila, siempre excitándose con su dolor.
Era capaz de diferenciar cada vez que los hombres se rolaban, sus penes venían en tantas formas y tamaños que con algunos dolía menos y con otros más. En su mente, una vez que se cansó de llorar, Sasuke trataba de desconectarse del mundo, intentando ser fuerte, soportando, ignorando... pero no fue hasta que uno de esos psicópatas decidió orinarle mientras aún estaba en su boca, que el menor al saber de lo que se trataba, intentó echar su cabeza para atrás y sacar el pene de su boca y escupir la orina, pero entre todos lo sujetaron para que no lo hiciera en un intento forzado para que se la tragara.
De ahí en más, había un hueco en la historia, un Orochimaru vuelto loco y él en una especie de celda, desnudo, sucio, sin acceso a comida, agua o baño. The damage is already done.
Un verdadero flashback de su propia historia por tan solo ver la nebulosidad en el estacionamiento. Ya estaba lo suficiente trastornado como para que con pequeños gatillos, los recuerdos se dispararan atravesándolo por completo.
Con las manos temblorosas abrió la puerta de su coche, a la par que el elevador lejos de él se abría con un Orochimaru confundido, intentando a marchas forzadas arreglar la situación, otra vez. Rápidamente arrancó el auto y desapareció entre las calles. No tenía idea de a dónde ir, solo sabía que necesitaba estar muy lejos.
-¿En qué piensas? –Le decía con curiosidad- has estado un poco extraño hoy, ¿todo bien?
-¿Qué podrías saber tú? –Le respondía de forma burlona- sinceramente –suspiraba- me he sentido un poco mal, eso es todo
-¿Seguro? ¿No puedo ayudarte en algo? –Hablaba con preocupación mientras observaba al moreno como prendía un cigarro que sacó de una cajetilla nueva que llevaba consigo en la bolsa del pantalón-
-Nadie puede –murmuró. Y una vez que absorbió ese calor venenoso, continuó- En estos momentos no puedes ayudarme –le dedicaba una mirada neutral, que de hecho, ya era un gran avance en su estrellada relación- es complicado –miraba hacia la nada- pero tal vez después...
-¿Cómo? –Ante la pregunta que resultaba un poco boba, Sasuke sonrió de verdad-
-Te darás cuenta... cuando el momento llegue –tirando la ceniza al suelo, se quedó pensando otra vez. Su mente se sumergía en el abismo; para esas alturas lo único que le importaba era su plan y que todo se diera como él lo había diseñado. Cualquier error, podría echar a perderlo todo. Y ciertamente era inevitable no sentir algo... probablemente preocupación o nerviosismo-
-A veces eres muy raro Sasuke –el rubio por fin se sentaba a su lado. A pesar de que ya llevaban un tiempo intentando conocerse; en ocasiones, no podía evitar sentirse... asustado. Sí, Sasuke le provocaba miedo, con la misma intensidad con la que se sentía atraído a él. Por alguna extraña razón, no podía alejarse, aunque en el fondo sabía, que no se trataba de un buen chico. Aunque fuera hijo del primer ministro, Naruto estaba seguro de que Sasuke, mantenía secretos que no todos podrían digerir. Tal vez el morbo, o la atracción sexual o el amor que podría llegar a sentir lo mantenía ahí. Pero no podía omitir ese sentimiento de querer huir y olvidar al moreno con mirada infinita para siempre-
-Lo sé –de nuevo su mirada vacía se hacía presente- la mayoría del mundo me lo ha dicho –otra vez cambió de personalidad a una mezcla extraña entre cálida y mentirosa- pero quiero que sepas que a pesar de todo, me siento muy bien con tu compañía
-¿Enserio? –La impresión de Naruto ya era una rutina para Sasuke; definitivamente el chico aun no tenía mucha experiencia. Pero estaba bien-
-Te lo juro –nueva personalidad seductora apareciendo en una milésima de segundo- me gustaría compartir más contigo, yo...
-¿Sabes Sasuke? –El rubio colocaba una mano en el hombro del chico, interrumpiéndolo, ya que éste de manera sutil, acercó su cuerpo peligrosamente al de Naruto, algo que lo ponía muy nervioso por el simple hecho de que le daban unas ganas tremendas de besarlo- un día de estos, ¿no quieres ir a comer a mi casa? Te prometo que no te arrepentirás
-¿De verdad me estás invitando? –Fingía estar sorprendido; si a ese tonto le gustaban esas cosas, entonces se lo daría- Te lo agradezco mucho pero, no quiero ser una molestia
-¡Por Dios Sasuke¡ pero que burradas dices –exclamaba con fuerza. En verdad que el chico lo confundía y entre más lo hacía, más se perdía en él. Era como un poema en hebreo que estaba dispuesto a descifrar- jamás serías una molestia. Me encantaría que fueras. Así también te presentaría a mi padre oficialmente
-"Sí claro" –se dijo así mismo con sarcasmo y después volvió a su actuación principal- si lo pones de ese modo... entonces me gustaría mucho a mí también –sonrisa falsa que emana de los labios pintados por el diablo. Peligrosos gestos inocentemente infantiles que marcan un plan maestro para dejar la semilla necesaria que sea regada por un incauto. Que la verdad sea revelada y las vendas de los ciegos caigan ante el cuerpo inerte de la víctima vacía que yace frente a ellos- tú solo dime cuando, y podría llevar algún complemento
-¿Cómo un pastel? –Inocencia delicada de aquellos que no ven más allá de su banal y patético sufrimiento. Ojalá la vida solo estuviera marcada por esa tonta escala de grises-
-Como un pastel –sentenció. Palabras educadas que esconden los verdaderos sentimientos del pecador a punto de escupirle a Dios en su pedestal- ¿Naruto? –espetaba como si se tratara de algo importante-
-¿Dime? –De nuevo sentía la curiosidad recorrer sus venas
-¿Está bien, hacer locuras por amor? –Murmuraba. Por lo que el otro, de nuevo perdió el piso por la confusión; pero de cualquier modo, contestó casi en automático-
-Ahora que has cambiando el tema tan abruptamente como siempre –se permitía una ligera pausa para saber qué contestar- lo que puedo decirte es que nadie puede juzgar las cosas que hace otra persona. Al final tienen sus razones pero, en ese sentido... todos hemos hecho o haremos locuras definitivamente. Pero no considero ni que esté bien, ni mal. Todo depende de las circunstancias –decía el de cabellos rubios con un atisbo de sabiduría disfrazada de inmadurez-
-Comprendo –dejaba unos segundos al aire para formular después la siguiente pregunta- ¿aunque sea amor, por sí mismo?
-¿Por sí mismo? –El joven se quedó meditando unos momentos la pregunta- creo que si es para uno mismo, con mayor razón. Para poder amar a alguien, primero tienes que amarte tú, y si no puedes... supongo que hasta cierto punto, es correcto hacerlo
-Entiendo –el de pelo negro le dedicaba su mirada al cielo- me gusta tu forma de pensar
-Gracias, supongo –decía en un tono extrañado. Finalmente, eran un dolor de cabeza esas montañas rusas que Sasuke construía en su cerebrito en razón de segundos. Por más que intentara seguirle el ritmo, para Naruto no dejaba de ser desgastante; y aunque insistiera en verse "cool" para él, hablando de cosas que ni siquiera le han pasado, era notoria una inconformidad educada de su parte -
-¿Naruto? –Su voz se escuchaba más grave-
-¿Qué pasa ahora, Sasuke?
-Tú... si yo me voy –de nuevo unos segundos silenciados en el aire para después acercarse casi a rozar los labios del de ojos azules- ¿tú me extrañarías?
-¿Por qué dices esas cosas? –Arqueaba la ceja en un intento desesperado por parecer neutral; de lo contrario sería una vergüenza que el moreno se diera cuenta de lo fácil que llega a ser el rubio- no es como si te fueras a ir de viaje o a mudar, ¿o sí?
-Si te pediría un último favor, ¿lo harías por mí?
-¿A qué te refieres con último favor?- El tono de Naruto pasó de confuso a enojado y preocupado al mismo tiempo porque no entendía a qué quería llegar; y sin embargo sus palabras timbraban fuertemente en su interior. Un escalofrío lo recorrió. El otro chico simplemente lo besó-
-Por favor, contesta. Es importante –la mano izquierda de Sasuke delineaba suavemente el rostro del rubio, como si nada pasara. O como si sus acciones fueran de lo más comunes, corrientes y normales- ¿Lo harías?
-Tú... -el chico se dejaba hacer, era un mar de emociones, se sentía flotar, como si su corazón se fuera a salir. A duras penas podía hablar de la emoción; así que en un gesto débil, asintió- yo lo haría
-Bien –Sasuke desvió el rostro- "agradezco, tenerte a mi lado" –susurró-
-¿Qué dijiste Sasuke?
-No es nada, solo que... -de nuevo su sonrisa no tan falsa inundó su boca- la vida es más sencilla... cuando estás conmigo
-¿Sasuke? –El tono de voz resultaba ridículamente cálido y romántico- Tú y yo, ¿qué somos?
-El chico se pausó unos momentos, tenía que estar seguro de que decir- creo que es de conocimiento público, que hemos estado en la friendzone por mucho tiempo; así que, puedo ser... lo que tú quieras que sea –mirada profunda, perfecta cuando sale de cacería. Para cuando se disfraza de cordero cuando en realidad el león está debajo de tanta tela-
Todo eso no fue más que el simple embrollo que Sasuke se formó por puro capricho. Después de haber manejado toda la mañana por la zona centro de la ciudad, sin rumbo fijo, decidió aparcar en el estacionamiento de una de la plazas de por ahí. No estaba seguro de qué hacer. Tal vez se sentía... molesto, iracundo, enojado y muy probablemente traicionado. Hace apenas una semana Orochimaru estuvo a punto de decirle que lo amaba y ahora, un poco más y lo mataba... solo por ese idiota de Minato. Pero ¿por qué le importaba tanto? Aunque nunca o mejor dicho, jamás lo reconocería abiertamente, lo más cercano a un vínculo, estaba con Orochimaru y sus guardaespaldas que más bien fungieron de sus niñeros toda la vida... pero por otro lado, estaban las palabras de ese malnacido que dentro de todo lo desilusionó hasta cierto punto, dado que nunca pensó que se dejara manipular así tan solo por el desgraciado de Minato. Y también estaba la bofetada que lo tiró al piso. Sí, la gota que derramó el vaso; y es que le pegó tan duro, que enserio, de verdad le dolió. Incluso ahora lo veía con un poco de humor, pero no podía engañarse, estaba decepcionado.
Antes de salir de su automóvil, jugó un poco con el volante entre sus dedos, entrecerró los ojos y puede que haya sentido algo de remordimiento consigo mismo por no haberle dicho antes al mayor acerca del antifaz de Mister catatonic. Si tan solo le hubiera dicho, tal vez... eso no estaría pasando ahora.
Pero, ¿a quién quería engañar? Igual le hubiera tocado regañiza y seguro que al menos un golpe; aunque probablemente se hubiera evitado el intento de asfixia gratis. Como sea, ese pequeño acto le servía para amortiguar lo que vendría después. Mientras tanto, lo que se le antojaba hacer ahora, era verlos arder aunque fuera... un poquito a todos.
Después de desaparecer todo el día y haber dejado a Naruto como un caliente adolescente de su edad, se perdió por ahí y por allá buscando, algo. Inicialmente no quería ir al burdel pero una vez meditado el asunto, supuso que sería más divertido si fuera.
Llegó cerca de las once y media; el lugar estaba a reventar. Entró por la puerta de atrás, cruzando una especie de sótano que no era más que para despistar a curiosos, como una especie de filtro. Cinco minutos después, se encontraba frente a la herrería y un largo pasillo que lo llevaba a la entrada principal del negocio; antes de encaminarse más allá, sacó de su mochila ese precioso antifaz que tantos problemas le había traído; ni siquiera en su trabajo tenían idea de quién era.
Pasando esa puerta, las luces y música se apropiaban del lugar, no podía escucharse otra cosa que no fuera eso; siguió de filo por la extensa gama de características del Foxy hasta llegar a su habitación. Cerró la puerta tras de sí, y mientras veía por un televisor la lista de clientes de esa noche, fue interrumpido por aquella persona iracunda que no tenía muchas ganas de ver-
-Sabes que hoy puedes tomarte la noche libre –intentaba mantener la voz calmada; como si nada hubiera pasado. Tratando de alcanzar de la manera más incorrecta, lo inalcanzable-
-Ojalá todas las noches fueran libres –espetaba con soltura- ojalá nunca hubiera tenido que llegar aquí –su mirada seguía fija en el televisor y su mano derecha en la palanca que subía y bajaba de cliente en cliente- si así fuera, créeme que hoy sería un chico común y corriente
-Sé que estás enojado –el hombre se colocaba detrás de él, como queriendo llamar su atención. Cruzó sus brazos y continuó- pero siempre haces que pierda la cabeza de una u otra forma –suspiraba con franqueza- de cualquier manera, solo Minato ha visto tu cara, ¿no?
-Espero que te haya quedado claro –respondía sin ganas-
-Aquel día en cuanto llegaste a casa –de nuevo el mayor se pausaba- ¿por qué no me dijiste quién te había hecho eso?
-Incluso si te lo hubiera dicho, ¿de verdad podrías haberle hecho algo a Minato? –El joven ladeaba el rostro para verlo de reojo- hoy me demostraste que todos... sea quien sea, tienen primero la palabra y los votos de confianza. Yo voy hasta el final, así que no sé cuál pudiera ser la diferencia entre decírtelo o no
-Sasuke... -le respondía con un tono de regaño-
-Orochimaru... -le contestaba de la misma forma, por lo que el otro decidió romper las barreras físicas y sujetándolo de los hombros, lo giró sobre la silla donde estaba sentado- Mírame –le ordenó. Sasuke obviamente hizo caso omiso, por lo que el mayor tomó su mentón, alzándolo para entrar al fin en contacto- De verdad que no entiendo que fue lo que pasó. No sé si fueron las palabras transformadas de Minato o... -se quedó pensando, antes de proseguir con lo que iba a decir, lo suficiente como para que el menor tomara la palabra-
-¿No me vas a decir que sentiste celos? –el chico se lo dijo en un tono soberbio y burlón. Definitivamente lo quería hacer enojar esa noche, que sintiera culpa, que sufriera si es que de verdad podía- ¿de verdad te molesta que me acueste con él? Que me haga cosas que tú jamás podrás... -en ese momento Orochimaru lo interrumpía-
-Ya basta Sasuke –trataba de sonar determinado, soltándolo en el acto-
-Vamos, solo dime que te dieron celos –sonreía de medio lado- que sentimental saliste Orochimaru, ojalá hubieras sido así cuando me vendías con todos tus otros amigos, o cuando veías todo lo que me hacían. Con ellos no te daban celos, ¿por qué con Minato sí? ¿A caso hay más cosas que debería de saber? Debe de existir una muy buena razón para ello...
-No sigas Sasuke –lo observaba desde arriba, su mirada se volvía turbia, como si hubiera dado en el clavo- será mejor que te vayas a casa. No estás bien para trabajar hoy
-¿Y qué harás? ¿Me echarás como basura de aquí? –Parecía que Sasuke estaba arrastrando las palabras- ¿vas a golpearme hasta dejarme inconsciente? ¿Vas a castigarme como hace cuatro años? O mejor aún, ¿vas a matarme porque ya no te sirvo para nada?
-No digas esas cosas... -el adulto se veía nuevamente interrumpido de forma abrupta-
-Ya te has cansado de mí. En la mañana me di cuenta de ello, ¿regresamos a la relación que teníamos antes, o es que acaso nunca se fue? –la voz del menor se crispaba- ¿cómo esperas que me sienta? Hace apenas unos días me diste a entender prácticamente cosas con las cuales yo pensaba desde hace algún tiempo –una mentira a medias- y hoy pude jurar que me matabas... -inconscientemente consciente empezó a llorar. Si, drama quería hacer brotar- ¡estoy harto de que solo juegues conmigo¡ -gritaba- trato de hacer lo mejor que puedo. ¿Qué más quieres que haga en una situación como esta? ¿A caso crees que es divertido despertar sabiendo que puede ser el último día de mi vida? ¿Crees que puedo estar tranquilo en la escuela sabiendo que Minato me asecha como una bestia? Que haga de mí lo que quiera, y que yo... no pueda siquiera defenderme o negarme... -hablaba suavemente al recitar lo último y echando ambas manos a la cara siguió llorando un poco más. ¿Qué era verdad y qué era mentira? Bueno, cada quién lo sabe- Y sin embargo, lo único que tengo, es a ti
-De nuevo el abismo se acrecentaba, definitivamente el chico tenía una habilidad para manipular y herir a los demás cuando se lo proponía. Utilizar la culpa y el remordimiento de alguien más roto que él... era digno de admirarse. Un gran actor, un perfecto mentiroso. Lo suficiente bueno, como para que alguien como Orochimaru le creyera a tal punto, que no tenía idea de que decir.
Cuando pensaba que la oscuridad lo terminaría de devorar por completo, un rayo de luz gris inundó su pecho. Fue como si una pequeña piedra se moviera donde hace mucho estuvo su corazón.
Al menos la primera parte ya estaba. Ganarse a Orochimaru done-
-Es que yo, a pesar de todo... tengo fobia a estar solo –no podía con su cara de inocencia interrumpida, tan violable y masoquista, que tenía que hacer sentir al mayor, más mierda de lo que ya era- de cualquier modo –regresaba a un estado más de letargo o neutralidad, como si nada hubiera pasado- ¿qué debería hacer hoy? Hace mucho que no traigo suficiente dinero. Minato me ha echado a perder muchas citas por lo mismo. ¿Watchers estaría bien? Los clientes de hoy no son muy buenos –hablaba más para él mismo, como si Orochimaru no estuviera ahí. Seguro que con eso, tendría el efecto deseado- O podría hacer bukkake o gangbang –Sasuke se daba la vuelta y caminó hacia una cajonera de dónde sacó una máscara de látex; de ser necesario se tendría que cambiar para evitar errores como los cometidos con Minato. Estando a punto de salir de su habitación y dirigirse a los salones donde se practicaban esas cosas, como era costumbre, Orochimaru lo detuvo-
-¿Por qué haces esto? –Su voz sonaba apagada-
-¿Hacer qué? –Lo miraba fijamente- Me lo has enseñado todo, hasta el punto donde ahora me causa placer –la voz fría y penetrante del chico, hizo trastabillar un poco al mayor, en ocasiones como esa, no lo podía reconocer-
-Sasuke...
-Si tanto te molesta –se colocaba frente a él, en el marco de la puerta ya para salir- deberías de irme a ver. Al final, siempre te ha gustado estar detrás del cristal mientras abusan de mí –hablaba de forma burlona- estoy seguro que después de esta noche, querrás llegar a casa para acostarte conmigo como en los viejos tiempos. Ya sabes, a mí, me encanta complacerte... -después de dedicarle una mirada sin expresión, sonrió con malicia. Definitivamente tramando algo.
No fue hasta que cerró la puerta tras de sí, que se dio cuenta de la nueva locura que Sasuke iba a cometer. Tuvo que ir detrás de él-
-"De ahora en adelante, más vale pedir perdón, que pedir permiso"
-¿Acaso Orochimaru se disculpó con su fallida explicación acerca de cómo perdió el control? ¿Desde cuándo los patos le tiran a las escopetas? Es solo que cuando estás con Sasuke, no sabes si estás arriba o abajo, dormido o despierto, vivo o...muerto-
Mister catatonic, fierecilla dura de domesticar, de hecho indomable. Sencillamente inocente hasta deleitar. Mister catatonic, un misterio fundado de normalidad. Ser y divinidad carente de misterio sencillo. Mirada digna de recordar, labios necesitados por besar. Mister catatonic, tóxico manjar.
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Mister catatonic
Fanfiction¿Qué es Mister catatonic? ¿Quién puede ser capaz de convertirse en Mister catatonic? Belleza y destrucción lascivamente vulgar. Por Mister catatonic el mundo arderá. Siempre habrá un roto para un descosido. ¿Qué pasará al mezclar a Mister catatonic...