"Ironic"

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La primera semana sin Sasuke había pasado tan rápido que no se lo podía creer. Estaba acostado en su cama. Era domingo por la tarde. Sus ojos demostraban cansancio y su cuerpo le gritaba para que durmiera más; después del notición Naruto no había podido dormir, comer o pensar en otra cosa que no fuera en ese chico y la última vez que lo vio.

¿Por qué no se dio cuenta? ¿Durante cuánto tiempo lo planeó? ¿La última vez que lo vio fue acaso una despedida? ¿Qué lo orilló a eso? Por más que intentaba pensar o por más que quisiera olvidar, la cabeza le zumbaba diciéndole que había algo muy raro ahí.

Siempre supo que Sasuke no era la persona más normal del mundo, pero ¿qué sabía de él en realidad? Entre más lo meditaba, más se daba cuenta de que en verdad... no sabía nada.

Por otro lado, ese mensaje tan macabro. ¿Por qué se lo mandó a él? Eso no parecía ser ninguna coincidencia, sino un plan bien realizado.

De cualquier modo, tenía un vacío en el pecho que no lo dejaba vivir, ¿acaso así se sentía? ¿Por eso se quitó la vida? ¿Y las promesas? ¿A dónde se fueron? ¿Dónde quedaron todas esas palabras bonitas? Todavía podía sentir la calidez de su cuerpo, la frialdad de sus palabras y lo raquítico de su actitud. Le dolía mucho, pero también era como estar en otro mundo. Había sido tal el impacto, que no podía creerlo. Enserio, ¿estaba muerto? ¿Jamás volvería a escucharlo? ¿Nunca más lo vería? Por más veces que llamó a su teléfono, llegó al punto donde descubrió que la línea ya estaba dada de baja. Sus cuentas en redes sociales estaban canceladas.

Naruto aún tenía la esperanza de que tal vez se había ido del país, ¿qué tal si se hacía pasar por otra persona? Es que no podía ser cierto. Pero conforme avanzaron los días era una realidad.

El funeral salió en las noticias todo el día. Era muy extraño ver como estaban enterrando a... su amigo. Se sentía raro por no haber podido decir adiós, por no haberse... despedido. ¿Cómo se supone que iba a superarlo? Al final era el amor de su vida en ese momento. El primer y verdadero amor de su vida se había suicidado. Y no podía hacer nada al respecto.

Probablemente impotencia era lo que más sentía. Tal vez algo de coraje, dado que Sasuke optó por hacer algo que él consideraba cobarde; sin embargo ¿cómo cuestionar sus acciones si la desinformación acerca del chico lo superaba?

Cuando al fin se levantó para salir de su cuarto, lo único que hizo fue tirar el libro que más amaba en su vida... y que lo incitó a arriesgarse con Sasuke. Simplemente lo llevó al abismo. No quería volver a saber del amor, en toda su vida.

-Hola hijo –Minato estaba terminando de preparar la cena- ¿cómo te sientes? –Le dedicaba una mirada cálida. Para su hijo, debería de ser la etapa más feliz de su vida, pero lamentablemente, se estaba viendo opacada por un trauma que seguro lo acompañaría de por vida. ¿A dónde se fue su carácter vivaz y sonriente? Desde que supieron de la muerte del moreno, Minato lo sabía; algo de Naruto se fue con él.

Incluso a pesar de que no hubieran llegado a algo más serio; en verdad lo que el rubio menor sentía por el chico que ya estaba reposando en un mausoleo, era amor-

-No sé ni siquiera si soy capaz de sentir algo –Naruto arrastraba los pies, hasta se podía escuchar. Sin ganas se sentó en una de las sillas de su pequeño comedor; tenía la mirada gacha y con el celular en una de sus manos. La pantalla prendida, indicaba la última conversación que tuvieron, donde planeaban el día que Sasuke visitaría su casa-

-Hijo –El mayor no podía evitar sentirse mal. Nadie le quitaba el hecho de que era muy buen padre, siempre al pendiente de su hijo- claro que eres capaz de sentir –le decía mientras tomaba un plato para servirle el puchero clásico que le preparaba para ocasiones como esa- sino, no estarías así –una vez el platillo reposando sobre la mesa, el rubio mayor se sentó a su lado, posó una mano en sus hombros y continuó- yo sé que Sasuke es muy especial para ti –chocaba su frente con la del menor- esta noticia fue muy dura, pero Sasuke tomó su decisión. Nosotros no podemos juzgar lo que hizo, tampoco sabemos porque decidió hacerlo. De aquí en adelante no te niego que será difícil, pero la vida sigue, pequeñito. Tú tienes mucha vida por delante y razones para ser feliz. Verás que será cuestión de tiempo para que aprendas a vivir sabiendo que no está aquí –emanaba una dulce sonrisa- si te sientes tan triste, podemos pedir ayuda hijo, no quiero que vayas a enfermarte –lo miraba fijamente esperando una respuesta-

Mister catatonicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora