Capitulo V

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"A tu cuidado"

Tres largos días habían pasado desde que la vio por última vez.

Cada día se sentía más hundido y más idiota. Ella no se había presentado a clases y claramente por obvias razones. Y eso solo causaba que quisiera golpearse a sí mismo, a la vez que sentía una profunda perdida.

El arrepentimiento amenazaba con desquiciarlo, y más aún aquellas ansias de verla. Hasta en ese preciso momento comenzó a dase cuenta que la necesitaba a su lado para no ahogarse en la monotonía y simple vida.

Era como su rayo de luz personal...

Uno que había extinguido por su propia estupidez.

Quería disculparse aunque no supiera como, o siquiera por dónde empezar. Pero vergonzosamente se percatado que no sabía ni en donde vivía la joven, porque supuestamente nunca le intereso ese hecho.

Era sorprendente, Bridgette siempre estuvo dispuesta a dar todo por el aun sabiendo que era un amargado insensible. Definitivamente ella era única, y el la había menos preciado. Ahora probablemente faltaba a clases para evitarlo, quizás se haya cambiado de instituto, o también regresado a su propio mundo. Había tantas posibilidades, que solo imaginárselas, producía un agrio sentimiento en su pecho tan intenso, que ya podía saborearlo.

Medito la opción de preguntarle a la mejor amiga de Bridgette, pero desde el suceso esta solo le lanzaba miradas de odio inclusive estando a mitad de la clase. Juraba que podría sentir su mirada taladrándole la espalda y culpándolo a cada segundo. Y tenía mucha razón en hacerlo, pero en ese momento le importaba más el paradero de la peli azul que el mal carácter de la rubia, así que después de finalizar las clases se acercó con paso firme a la chica que recogía rápidamente sus cosas.

Él se plantó en frente, Allegra alzo la mirada, entornando los ojos al ver de quien se trataba.

—¿Qué quieres, Agreste?—murmuro secamente.

Felix ignoro el comportamiento brusco y ácido de la chica, yendo directamente al punto—¿Qué has sabido de ella?

La rubia frunció los labios y arrugo ligeramente la nariz—¿Para qué? ¿Acaso se te olvido decirle algo más ofensivo?—pregunto claramente molesta.

El suspiro pesadamente antes de volver hablar—Solo respóndeme.

Allegra termino de recoger sus cosas con una mirada llena de rencor—No tengo porque hacerlo—dijo intentando marcharse.

Pero Felix extendió su brazo bloqueandole el paso.

Ella ahora estaba indignada—Agreste...—siseo peligrosamente en advertencia estrechando la mirada.

El rubio gruño por lo bajo antes de observarla con mucha intensidad cansado de aquella situación—Sé que no tengo ningún derecho a saberlo, pero necesito de verdad saber cómo esta.

—Con el corazón roto ¿Como si no?

—Allegra...

Ella resoplo exasperada, queriendo realmente empujarlo y marcharse finalmente. Pero la detuvo ver en sus ojos como había un brillo de soledad y dolor que antes no había notado. Apretó los labios mientras ladeaba un poco la cabeza, quizás, y solo quizás, el gran idiota pudo darse cuenta de lo que perdió.

Aunque sinceramente aún le provocaba darle su merecido por romperle el corazón a su amiga.

—Bien—murmuro de mala gana. Tragándose aquel insulto que tenía en la punta de la lengua—Pues no lo sé—dijo finalmente mientras apartaba la mirada—Ella no contesta mis mensajes y su apartamento esta desolado desde hace días... nadie la ha visto.

Mon démon, mon amourDonde viven las historias. Descúbrelo ahora