capítulo 7: bienvenida al nuevo barrio

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Había llegado a Los Ángeles, las chicas me esperaban en el aeropuerto, en cuanto me vieron empezaron a saludarme.

-¡Bienvenida!-dijeron las tres.

-Te estábamos esperando -me dijo sonriendo Sarah- mira que cartel mas chulo hemos hecho- las tres se pusieron detrás del cartel, en el ponía: “¡Bienvenida!” los bordes del cartel estaba decorado con mil mariposas de diferentes colores y en medio de todas ellas una gran mariposa de color blanco.

-Gracias chicas, ¡me encanta! – de verdad me gustaba mucho - ¿me lo puedo llevar?- ya tenía pensado el lugar donde podía colgarlo.

-Por supuesto- dijeron las tres levantando poniendo las manos cerrando todos los dedos y levantando el pulgar. Aquello hizo que me riera y al final todas acabamos riendo.

-Clara vamos, nos esta esperando un taxi!- mi madre me cogió del brazo y me arrastró hacia el taxi.

-Lo siento chicas otro día nos vemos - grité mientras me metía en el coche.- ¿por qué has hecho eso?-le pregunté a mi madre replicando

-Porque nos están esperando para una importante reunión.- el ambiente se había vuelto tenso, inmediatamente mi madre le enseñó un papelito al taxista donde ponía la dirección y el taxi se puso en marcha. 

Ya estábamos llegando, nos adentrábamos en el  barrio más famoso en todo el mundo: Beverly hills.

En la entrada, había unas grandes verjas a través de las cuales se podía ver muchas casas, todas eran enormes y estaban situadas en fila una detrás de la otra. Un guardia nos paró en la puerta y nos pidió una tarjeta que afortunadamente nos mandaron por correo unos días antes. Mi madre se la enseño y el taxi pudo seguir adelante.

A medida que nos alejábamos de la entrada, las casas se veían mas majestuosas, algunas eran modernistas otras parecían del futuro, supuse que todas estaban hechas a medida por el comprador. Al fin llegamos, el taxi se paró en una casa enorme, situada al final de todo de una calle, aquella casa me recordaba al típico templo japonés, tenía una gran pared hecha de madera que rodeaba todo el jardín. 

Un hombre trajeado se nos acercó y nos dijo que el dueño nos estaba esperando dentro, abrió la puerta para ir dentro del jardín. Era la casa más bonita que había visto, era de una dos plantas con un balcón y la pared parecía hecha de madera, en el jardín había un camino de cerezos que conducían a la puerta principal a la izquierda había un estanque con una pequeña cascada y dentro del estanque se veían peces nadando, a la derecha había otro estanque pero este era más grande, había nenúfares y un pequeño puente que lo atravesaba. 

Entramos dentro de la casa, todas las paredes eran blancas, enfrente de nosotros había unas escaleras, y tanto a la izquierda como a la derecha había pasillos con un motón de habitaciones. Nos dirigimos por un pasillo muy largo situado a la izquierda, hacia una de sus habitaciones, aquel tipo abrió la puerta corredera y sentado en el suelo había un hombre de mediana edad junto a la que parecía ser su esposa, nos hicieron sentarnos frente a ellos, desde aquella perspectiva la habitación se veía bastante grande, todo por dentro estaba decorado como si fuera una casa tradicional japonesa. Las paredes eran blancas y justo al final había decorados de madera que enlazaban la pared con las vigas del techo y el suelo era de parquet, todo parecía tener una harmonía que nadie deseaba romper.

  Y entonces empezaron con la explicación:

-Buenas tardes, yo soy Smith y esta es mi esposa, nos alegra saber que han podido llegar bien. Como han podido notar esta no es la típica casa que se ve por la calle y es por eso que necesita un cuidado diario, así que su tarea en este hogar será encargarse de la limpieza de las instalaciones, los tres edificios serán limpiados diariamente, ¿ Alguna pregunta?-Aquel hombre no se había andado con rodeos, tenía una mirada fría y despiadada que me hacía desconfiar.

-Si, en primer lugar, quiero darle las gracias por acogernos en su casa, en cuanto a mi pregunta, ¿después nos podrían enseñar un poco la casa para situarnos mejor?

-Por supuesto, mi esposa estará encantada de enseñarles la casa, en cuanto al personal de limpieza solo será usted, si quiere puede pedir ayuda a algun empleado pero estamos intentando reducir el personal.- Cada vez que aquel hombre hablaba su voz resonaba por la habitación haciendo que su voz pareciera más profunda y dando importancia a su persona.

En cuanto el hombre acabó de hablar, su esposa se levantó y abrió una puerta que daba hacía otro jardín. 

-síganme por favor.- me sorprendía la facilidad con la que hablaban español. Salimos al jardín, se podía ver claramente la separación de los tres edificios, inmediatamente nos empezó a explicar:

-De donde acabamos de venir, es el edificio de reuniones, solo hay salas para invitados importantes y el despacho de mi marido, a la derecha está el edificio de los dormitorios, ahí esta el comedor, la cocina, los dormitorios, etc. es donde vivimos yo, mi marido y mi hijo.- señalo una casa de color blanco, mas o menos del mismo tamaño que la anterior pero esta con otro estilo muy diferente. Parecía la típica casa de las películas con sus balcones y sus paredes blancas y en la entrada había una puerta de madera.- Y a la izquierda está la casa de invitados, donde dormiréis vosotros. Ah, otra cosa mas, mañana sus dos hijos empezarán el colegio y usted a limpiar, el resto del día lo tiene libre para acostumbrase a la casa.    

Nos dirigimos hacia lo que era la casa de invitados, era de madera con el techo de pizarra, dentro había cuatro habitaciones, una pequeña cocina y un lavabo, la verdad es que era más de lo que me había imaginado, la casa de invitados era pequeña comparada con lo demás pero estaba contenta, era mucho más grande que nuestro anterior piso. Cogí la primera habitación y me quedé dormida sin ni siquiera cenar ni deshacer mi maleta. Estaba muy cansada.

la mariposa de alas blancasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora