Después de que Anastasia Steele, una maestra en el K&KGW, una de las mejores instituciones para infantes en todo Seattle, se enteró de la enfermedad de su padre Ray, ella se esforzó en cumplir la última voluntad de su padre quien tenía un avanzado c...
Me levanto y veo a la bella mujer que está a mi lado, no puedo creer que al fin la hice mía aunque debo aceptar que en el proceso me sentí algo culpable. No quería que pensará que lo hacia porque me voy hoy. Me voy hoy, lo había olvidado, la verdad no quiero, porque aunque se que ella también vive en Seattle no se donde vive, sólo tengo su número en mi teléfono. —Querrás decir que aún no lo sabes, Grey—dice mi conciencia. No, no lo sabré, no veré el expediente que mandó Welch.
Me levanto de la cama para ir al cuarto de baño a ducharme pero unos minutos después siento esa electricidad y unas manos, quisiera que no pero siento como quema por lo cual gentilmente tomo sus manos me doy vuelta y las beso.
-Me dejaste sola-dice haciendo un lindo puchero.
-Lo lamento, estabas durmiendo muy tranquila, no quise despertarte-digo.
Ella sonríe y me besa para dar comienzo a la ducha más placentera en la vida.
Una vez arreglados pedimos desayuno y lo comemos en una amena platica. Me encanta estar con ella, así se me hace más natural esto de flores y corazones, debo aceptar que me gusta, pero con ella. Todas esas veces que salíamos me sentía muy cómodo como si fuéramos amigos de toda la vida, ¿no se si sea el vínculo que compartimos?
Después de que terminamos el desayuno Ana se despide de mi ya que tiene que arreglar sus cosas ya que su vuelo sale a las 2 pm, igual que el mío. Esta vez decidí ir en un vuelo comercial en vez de llamar a mi jet privado, no quería estar pensando en ella todo el tiempo.
Pov Ana
Llego a mi habitación a empacar después de una maravillosa noche con Christian. En fin, tomo mis maletas y acomodo perfectamente mi ropa para que toda, incluyendo la nueva quepa junto a la cartera nueva que me compré. Pero antes de meter la ropa me visto. Me pongo una blusa color azul rey con una chaqueta color camel, jeans claros y botas del mismo color. Me hago una coleta, me coloco un suave color en los labios y mascara en las pestañas. Tomo mi bolsa café de marca que Kate me compró en uno de mis recientes cumpleaños, meto mi billetera, teléfono, cargador, una pequeña merienda y metería aquí ese libro que lastimó a Christian pero no lo encontré nunca, bueno.
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Termino de ponerme mis accesorios y salgo de la habitación para hacer el check off, cuando lo hago, salgo y estoy a punto de tomar un taxi cuando Christian llega y lo comparte conmigo, hasta me ayuda a subir las maletas. En el camino hablamos un poco más y compartimos nuestros últimos besos.
Luego de una hora de viaje bajamos para ir a hacer el chequeo de las maletas y pedir mi boleto ya que lo compré por internet. Ahora estoy con Christian en la sala de espera, tengo recostada mi cabeza en su hombro y tenemos nuestras manos unidas.
-Ana, no quiero que te vayas-me dice él de repente.
-Tu también te iras-digo dando una sonrisita.
-Pero si tu me lo pides puedo quedarme Ana, sólo un tiempo más-dice.
De repente una voz informa que mi vuelo ya va a salir, bueno eso creo ya que también anunciaban otro. Me levanto y Christian se levanta conmigo mientras refuerza su agarre.
-Ana, podemos quedarnos aquí tiempo más-dice él.
-Christian, eso sólo estaría aplazando lo inevitable. Mira me la pasé muy bien contigo, gracias por el verano más maravilloso de mi vida pero tu tienes que seguir con tu vida y yo con la mía-digo aguantando las ganas de llorar.
Le doy el que es oficial en último beso, este especial, está cargado de un mutuo sentimiento de cariño y algo de melancolía. Me coloco mis lentes de sol para que no me vea llorar y corro a la fila para entregar mi boleto y pasar al hangar para abordar el avión, volteo para verlo por última vez y me despido con una triste sonrisa y me voy con dirección al avión.
