Hairy Paws [Y.M]

002

La bruma en la que me hallaba se hizo más clara. Intente abrir mis ojos pero casi enseguida los cerré, ya que la luz me molestaba en demasía. Se me hizo bastante extraño que la luz pasara por mi habitación, ya que normalmente cerraba las cortinas antes de dormir.

Cuando intente levantarme, mi cabeza punzo, fue tan agudo el dolor que volví a mi posición inicial. Todo el cuerpo me dolía, y mi cama se sentía muy, extremadamente dura.

Talle mis ojos y los abrí lentamente, mientras que parpadeaba intermitentemente.

Cuando mi vista logró enfocar el techo, me asuste. Claramente este no era el techo de mi habitación. Palmee a mi alrededor y solo sentí algo frío y muy duro. Estaba en el suelo.

Mi cabeza lentamente recapituló los acontecimientos de ayer en la noche. Yo saliendo con Kook de fiesta, ambos haciendo muecas de mal gusto por las personas de aquel lugar, nosotros bebiendo mucho del líquido de unos vasos de plástico de color negro, él vomitando detrás de unos arbustos y luego alguien haciendo un ruido con sus uñas al estarlas pasando por una pared.

Dios. Ojalá no hayan vendido mis órganos.

«Estarías en una tina cubierta con hielo, imbécil» mi mente me regaño.

Escuche un gruñido provenir desde la parte de abajo de mi cuerpo.

Con cautela apoye mis codos en el piso y me impulse hacia adelante, pose mi mirada en dónde provenía aquel ruido. Alguien de cabello rosa dormía plácidamente con su cabeza apoyada en mi pierna izquierda, más específicamente en mi tibia.

Un grito se instaló en mi garganta y con toda la fuerza que no poseía en aquellos momentos, lo solté. De inmediato el chico que reposaba en mi pierna despertó y con temor se fue corriendo para esconderse detrás del brazo del desgastado sofá.

Mi corazón latía desbocado mientras no despegaba mis ojos en el lugar en el que se encontraba aquella persona.

Poco después note sus manos y como asomaba lentamente su rostro solo hasta que pudiese ver sus ojos, cuando hicimos contacto de inmediato se volvió a esconder.

Pensé que la rata emo había echado algún tipo de droga extraña en algún momento de la noche en mi vaso, porque podía jurar que alcanzaba a notar unas orejas puntudas detrás del sofá; estas poseían un color rosa pastel y se notaban algunos pelos blancos salir dentro de estas. Frote mis manos sobre mis ojos.

Con lentitud me pare de mi lugar y me dirigí al que en verdad parecía ser un híbrido. Rodee el sofá hasta llegar en frente de un chico con cabello rosa pastel que cubría su rostro con sus dos regordetas y pequeñas manos.

—Hey—. Le llame en un susurro.

Sus orejas tuvieron un pequeño tic y aparto lentamente sus dedos índice y corazón, cuando me vio los unió rápidamente.

Suspire en frustración al ver la poca colaboración del muchacho a decir algo y debo decir que yo no era el mejor en aquello de entablar conversaciones. Estuvimos un rato así hasta que descubrió su rostro y me permití analizarlo más detalladamente.

Poseía un cabello rosa junto a unas orejas puntiagudas, tenía unos ojos pequeños y rasgados color café, una nariz fina y unos labios gruesos, pero sin llegar a ser exagerados, mejillas regordetas con un leve sonrojo y su piel era levemente blanca, sin llegar a ser como la mía.

—Hambre —. Formuló después de que ambas nos escaneáramos con la mirada.

— ¿Dónde está tu dueño? —. Indague mientras lo miraba.

—Hambre... —. Repitió mientras abría su boca, dejando ver unos pequeños colmillos. Suspire.

— ¿Si te doy comida me dirás dónde está tu dueño?