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HoSeok me enseño lo esencial para empezar mi primer día de trabajo; precios, funcionamiento de la caja entre otras cosas. Cada que alguien entraba a la tienda él los atendía con esa característica sonrisa; que hacía que sus mejillas se abultaran un poco y sus ojos se achicarán.

La verdad es que el lugar a pesar de estar situado en la parte central de Seúl, era bastante calmado y acogedor, todo iluminado con esas tenues luces amarillas y los tonos café contrastaban lo suficientemente bien, como para hacer la estadía de los clientes muy amena.

Lo que me preguntaba es en donde carajos se había metido Jimin. Desde que SeokJin se lo llevó no ha vuelto a aparecer, pero eso al parecer no le importaba mucho a HoSeok.

Mientras limpiaba las mesas, los dos híbridos bajaron. El híbrido gato miraba hacia el piso con sus orejas gachas mientras Jin avanzaba con él cogidos de la mano, como una mamá llevando a rastras a su pequeño hijo. Si, algo cursi como eso.

Suponía que Jimin no estaba en su zona de confort al no llevar sus ya característicos sacos que le cubren las manos hasta que las mangas llegan al piso. Bueno ahí exageré un poco. Pero se le veía cohibido con su uniforme; la camisa de botones blanca y el delantal negro con el logo de la  cafetería al frente, los pantalones y zapatos de ese mismo color. Y sin ningún gorro que le tapara sus puntudas orejas.

Y así dimos inicio con todos los empleados. SeokJin ayudo conmigo en las mesas mientras el azabache intentaba explicarle al híbrido cómo funciona la caja registradora.

Ya estaba yo pensando que eso no funcionaría bien.

A pesar de todo, el azabache tuvo la suficiente paciencia y delicadeza para explicarle al híbrido unas ¿cien veces? como es que la máquina funcionaba. Pero evidentemente no funcionó. Decidieron entonces mandarlo a atender mesas.

Sí, eso tampoco funcionó.

Jimin es muy torpe, a veces no llevaba las cosas completas o simplemente se le olvidaba donde había anotado el pedido de algún cliente, si tenía que llevar alguna bebida, justo cuando la iba a poner en la mesa regaba un poco, no llevaba azúcar para el café y cosas por el estilo. Al final Jin tuvo que ayudarle. Era de cierta forma lógico; Jimin jamás había trabajado en su vida.

El tiempo pasó tan rápido que cuando menos lo esperé ya estábamos cerrando la cafetería, dispuestos para hacer limpieza antes de irnos a nuestros hogares.

— Bueno...—llamó HoSeok—. Quiero a todos mis empleados en la mesa de reuniones.

— No hay mesa de reuniones— indicó el híbrido oso.

— Pues está, de ahora en adelante será nuestra mesa de reuniones—exclamó para darle un leve golpe a la mesa que estaba frente a él.

Jin volteo los ojos y todos nos acercamos a la dichosa mesa.

— Jimin... No está funcionando—acusó.

Pude notar casi al instante como la cola de Jimin dejaba de ondear en el aire y bajaba lentamente igual que sus orejas y su rostro. Tal vez era un poco duro para él las palabras del azabache.

— Por ello, nos quedaremos todos aquí. Así no abramos el día de mañana, ayudaremos hoy a Jimin a poder empeñar bien su rol como integrante de J&J Coffe. Así tengamos que estar aquí toda la noche y madrugada.

Quería rezongar porque... ¡era injusto! ¿Yo qué culpa tenía que Jimin no pudiese trabajar? Me cruce de brazos dispuesto a negarme a su petición, eso hasta que sentí que me pellizcaban el brazo.

— Todos ayudaremos a Jimin ¿cierto? —pronunció entre dientes Jin—. Porque conozco a una persona que está cursando medicina, esa persona sabe muchas cosas que hacen daño al cuerpo ¿eh? ¿cierto qué ayudaremos todos a Jiminnie?

— ¡Por supuesto!—concordé al verme intimidado por la mirada del oso—. No saldremos de aquí hasta que Jimin haya aprendido todo lo necesario. —el rubio asintió y dejo libre mi brazo, yo por acto reflejo lo sobe.

— ¡Bien, entonces empecemos~!— canturreo HoSeok.

Duramos lo que me parecieron siglos, Jimin mejoraba de a poco. Podía llevar una bebida a la mesa, limpiarla, mantener ordenadas sus notas. Descartamos el que él pudiera atender la caja, era lo mejor a decir verdad. Eran las diez de la noche cuando dimos inició a la etapa dos.

— Bien necesitamos un conejillo de indias— propuso el azabache—. Alguien que se haga pasar como cliente, para que Jimin pueda ensayar con una persona.

— Con nosotros lo haría bien—dijo Jin—, él ya se acostumbró a estar con nuestra presencia, si nos hacemos pasar por clientes él ciertamente lo haría bien.

Mientras los dos peleaban por ver con que deberíamos proseguir, yo miraba a la ventana aburrido y cansado. Hasta que una persona llamó mi atención, lo que paso por mi cabeza fue el que si accedía posiblemente acabaríamos más temprano. Ya tenía a mi conejillo de indias.

A empujones y maldiciones llevé a JungKook dentro de la cafetería.

— ¿Sabes qué hora es?—exclamó—. Las malditas once de la noche, yo debería de estar pateando traseros a inteligencias artificiales.

— ¡Kook!—reprendió Jin.

— ¡Oh! Jin-Hyung ¿qué tal? ¿cómo va el negocio? Yo solo pasaba a saludarlo ¿sabe? Ya iba a casa a dormir porque —bostezo fingidamente—, tengo que levantarme temprano a ayudar a mi... Abuela a hacer sus tartas, ya sabe, típico de las abuelas el hacer tartas a las seis de la mañana.

— A mí no me engañas. Tu abuela está en un viaje con tu abuelo en quién sabe dónde y ni siquiera sabe preparar tartas.

— No podré huir ¿cierto?— se lamentó el menor.

— Me la debes, con el día que me llamaste a las tres de la mañana a ir a la pocilga de tu amigo.

Y así JungKook sirvió como un cliente. Él entraba al establecimiento se sentaba en una de las mesas, veía que se ofrecía en el día de hoy y llamaba a Jimin para pedir su comida. Cada que Jimin se acercaba su cola se esponjaba de una manera muy graciosa, casi podía sentir como quería bufarle a mi mejor amigo, Jimin no lo quería.

— Jimin, si sigues así no podremos ver tus avances ¿entiendes? Así un cliente no te guste tú debes tener una actitud profesional y atenderlo de todas formas y siempre con una bella sonrisa en tu cara—reprendió HoSeok que miraba a la lejanía la interacción de Jimin Y JungKook.

El peli rosa asintió, esta era la décimo sexta vez que hacíamos lo mismo y yo ya estaba babeando una de las mesas. Algo frío cayó en mi cara. Me desperté de sopetón casi cayendo de la silla. Jimin portaba una taza para servir café y me sonreía como si no hubiese hecho nada malo.

— Eso fue por lo de esta mañana, Hun— me miro entrecerrando los ojos y terminó de botar el contenido en mi cara. Eso no lo esperaba.

— ¡¿Y eso a qué demonios vino?!— me quejé furioso.

— Eso fue por matar a Min Yoonie—siseo mientras dejaba la taza frente a mí y se iba.

Todos a mí alrededor contenían sus risas mientras yo estaba estupefacto viendo como Jimin se iba con mi celular en sus pequeñas manos, directo a cambiarse de ropa.

¿Qué hice para merecer esto señor?

2/3
Pd: Perdón por demorar tanto con esto 😭

Teffs~

Hairy Paws [Y.M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora