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HoSeok's Pov

Cuando escuché sus tripas rugir, aún acariciando su pelo, le piqué un moflete con el dedo.

—Hyung, ¿quieres que vayamos ya a comer?

—Vale. ¿Me haces espaguetis?— hizo un tierno puchero al que yo correspondí haciendo como que me desmayaba.

— ¡Me muero de amooor~! — al darme cuenta de lo que dije empecé a reírme para disimular un poco, ganándome un sonrojo de su parte.

Se levantó y cogió un montón de hojas del suelo. Lo lanzó a mi cara y vi cómo su sonrojo desaparecía lentamente. Me sacudí como un perro mojado para quitarme las hojas del pelo y me levanté también.

— Ya, no te enfades, Yoonie~. Vale, te hago espaguetis. —Respondí revolviendo mi pelo una vez más.

— ¿Con salsa a la carbonara?

— Con salsa a la carbonara. —Respondí sonriendo.

Sonrió también y se subió de nuevo a mi espalda.

— Entonces, ¡a casa, caballito! — me dio una cachetada.

No se como, en aquel momento, no gemí. Supongo que será porque a mi subconsciente le daba vergüenza hacerlo en público, pero mucho no faltó.

Emprendí el camino hacia casa a paso rápido y dando saltitos de vez en cuando para imitar al caballo con el que me comparaba siempre.

Al llegar y entrar en casa, le llevé directamente a la cocina y le dejé sentado sobre la encimera.

Comencé a preparar los espaguetis y la salsa por otro lado. Me encantaba verle cerrar los ojos y respirar hondo cuando freía el bacon. Era la cosa más adorable que jamás había visto.

Al cabo de un rato acabé de cocinar.

— ¿Me ayudas a poner la mesa? — pregunté sirviendo los platos.

— ¡Sí! — dio un salto de la encimera y puso el mantel rápidamente sobre la mesa.

Coloqué los platos y entre los dos pusimos lo que faltaba. Los chicos no estaban en casa, así que pudimos cenar sin tener que soportar sus gritos, quejas y peleas.

— ¡Mghhm~! — cerró los ojos y saboreó la comida tranquilamente.

Me dieron escalofríos.

— ¿Tanto te gustan? — comí intentando no ponerme nervioso.

Asintió enérgicamente.

— ¡Me encantan~! — siguió comiendo, rápidamente, como si sintiese que se lo iban a quitar de las manos.

Sonreí. Terminamos de comer y me levanté para fregar los platos.

Seguía con su canción, pero nunca pronunciaba palabra, sólo tarareaba.

Terminé y me giré para mirarle. Estaba concentrado mirando a un punto fijo, tratando de centrarse al máximo en esa canción que se ve que le gustaba mucho.

— ¿Qué vamos a hacer esta tarde, Hobi? No hay nadie en casa...

— ¿Quieres que juguemos a la play? Así se pasa el tiempo volando... — dije después de pensarlo unos instantes.

Habíamos comprado unos videojuegos nuevos hace bastante poco tiempo y teníamos muchísimas ganas de probarlas, pero como no estaban los demás y no daban signos de vida, pues nos tocaría a nosotros estrenarlos.

Aceptó mi propuesta y, tras toda la tarde jugando, hice unos sandwiches simples. Nos los comimos y él quería seguir jugando, pero mis ojos se cerraban solos.

— Yoongi, voy a dormir ya... sube cuando quieras... — bostecé y me levanté.

— No tardo, caballito. Termino de matar a este boss y subo a acostarme, te lo prometo.

Asentí y me dirigí a nuestra habitación. Al acabar de subir las escaleras le escuché celebrando, eufórico, su victoria ante uno de los jefes más difíciles del videojuego. No pude evitar sonreír.

Llegué a la habitación y me tumbé bocabajo en el colchón. No sabía el por qué, pero tenía demasiado sueño. Por eso ni siquiera me cambié de ropa, ya lo haría al día siguiente.

Cuando estaba a punto de dormirme, la puerta se abrió y un sonriente Yoongi entró por ella. Noté un peso sobre mis caderas...

Se había sentado encima de mi culo.

Reprimiendo un gemido contra mis labios intenté girarme para verle y preguntarle.

— ¿Q-qué haces?

— ¡He ganado, Hobi! — saltaba sobre mí.

Me sonrojé y me quedé quieto como una piedra, esperando que dejase de moverse, pero no lo hizo.

— Y-Yoongi, quieto, p-por favor... — no sabía cómo quitarle de encima sin que notase mi creciente erección.

— ¿T-te he hecho daño? — se quedó quieto por fin, pero no se bajó de encima mía.

— N-no, pero... no me gusta que estés ahí...— mentira. Me gustaba demasiado.

— Ay, perdona... — el arrepentimiento se notaba en su voz, y el sonrojo de hizo presente en sus mejillas. Parece que se dio cuenta de lo que estaba haciendo.

Su inocencia es algo adorable, siempre me ha gustado, pero hay momentos que es muy difícil controlarla.

— No pasa nada...— suspiré.— Deberías dormir, mañana vamos a salir todos, ¿recuerdas?

Asintió con la cabeza gacha y un nudo se formó en mi garganta.

— Lo siento, Yoonie~... no quería sonar borde, pero tengo mucho sueño...— estiré un brazo para agarrar y acariciar su mano.

— ¿Seguro que no te he hecho daño? — me miró sin cambiar de expresión y asentí.

— Te prometo que no me has hecho daño. — Le sonreí de la forma más tierna que me fue posible.

— ¿Me dejas dormir contigo? — un leve puchero se formó en sus labios y no pude negarme. — Hace frío esta noche, ¿te importa si te abrazo?

Negué con la cabeza y sonreí. Por supuesto que no me importaba, lo único que quería era sentir sus brazos rodeándome y su cuerpo dándome ese calor que sólo podía darme él. Claro que quería más que eso, pero tendría que conformarme con eso por el momento.

No me dio tiempo a reaccionar. Justo después de responderle sentí sus brazos rodeándome por debajo de los hombros.

— Buenas noches, caballito~... — susurró de forma dulce y ambos sonreímos.

— Buenas noches, tortuguita~... — susurré de la misma forma.

A los dos minutos ambos habíamos caído en un profundo sueño del que no despertaríamos aunque sonasen las campanas del campanario junto a nuestras cabezas, y eso me alegra. Saber que aquella noche no se iba a mover de mi lado ni iba a dejar de abrazarme llenaba mi corazón de un calor que hacía que me sintiese mejor que nunca.









¡Hey! Aquí Esty. Un placer traeros otro capítulo, espero que no haya ninguna falta y que os esté gustando la historia ^^

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Enséñame a quererte... ~YoonSeok~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora