Enséñame a quererte... ~YoonSeok~

~011~

HoSeok's Pov

— Jamás pensé que escucharte gemir me gustaría tanto... — murmuró después de tomar el primer bocado de su desayuno, ganándose un sonrojo de mi parte.

— Y yo no pensé que seguirías aquí después de decírtelo...

— ¿Por qué?

— Porque no creía que te lo fueses a tomar... así. Creía que pasaría lo típico de no rechazarme pero irte alejando poco a poco, hasta no querer volver a verme. Pero no, sigues aquí... — sonreí.

— Me parece una tontería monumental el alejarme de alguien sólo porque me quiera de otra manera, eso es de cobardes. Ya te lo dije, sólo contigo dejo de ser soso y seco y soy más... alegre. En mi opinión todo el mundo se merece una oportunidad, sobre todo tú, mi pequeño y precioso caballito~.

Sonreí y repartí pequeños y dulces besos por todo su rostro.

— Por eso te quiero tanto, mi pequeña y preciosa tortuguita...

— ¡Ayyy~! — rió de forma adorable cerrando los ojos ante mis besos. — Algún día me tendrás que decir por qué soy una tortuguita...

Reí leve, ¿cómo no se había dado cuenta?

— Por tu boca. — acaricié dulcemente sus labios.

— ¿Uh? — preguntó confundido y con el ceño levemente fruncido.

— No es nada malo, no me mal interpretes. Es porque cuando abres y cierras la boca sacando un poco el labio de arriba pareces una tortuga, y eres adorable. Bueno, y yo masticando parezco un caballo... — acaricié su pelo suavemente.

Su respuesta fue intentar hacerlo, sacó su labio y abrió y cerró varias veces la boca, pareciendo la tortuga más adorable del mundo entero.

Me quedé embobado mirándole, llevé las manos a mi pecho y puse una expresión de leve sorpresa.

— Ay, mi kokoro...

— ¿Q-qué pasa? — el sonrojo se volvió a instalar en sus mejillas.

— Que eres el ser más dulce y adorable del mundo.

— N-no lo soy... — cubrió su rostro. Intentó evitar mi respuesta de reproche levantándose y yendo a fregar sus platos, ya que había terminado de desayunar.

— Que sí~... — me levanté y fui tras él, abrazando suavemente su cintura desde detrás y depositando suaves besos por su cuello.

Sentí su piel erizarse bajo mis labios y su cabeza inclinándose hacia el lado opuesto para dejar más espacio para mis besos. Cortó el grifo inmediatamente y secó sus manos con un paño, y me tomé eso como que quería centrarse sólo en mis labios sobre su piel. Le agarré suavemente del hombro y le giré poco a poco mientras seguía con los besos, hasta que quedé justo frente a sus labios y junté nuestras frentes. Acaricié su rostro y le besé de la forma más dulce y tierna que me fue posible, siendo correspondido al instante.

Pasó sus brazos sobre mis hombros mientras los míos seguían rodeando su cintura. Entrelazó las manos tras mi nuca y me acarició el pelo, provocando que yo gimiese contra sus labios.

Siempre me había gustado que me tocasen el pelo, pero él lo hacía... diferente. Me provocaba sensaciones que jamás había sentido con nadie.