YoonGi's Pov
Después de sentarnos pedimos un par de cervezas, pero cuando la camarera las trajo nos dejó también un par de chupitos de licor de manzana. Tenían buena pinta, así que no dudamos en beberlos también.
— ¡Pivón! — se escuchó una voz grave, proveniente de la barra que había frente a nuestra mesa.
Dirigí mi mirada hacia allí, curioso por saber a quién se dirigían. Me encontré con dos hombres mayores que nosotros que parecían haber bebido media bodega de vinos. Resultó que esos piropos se dirigían a mí, pero Hobi no se dio cuenta de ellos mientras estos seguían soltando cosas por el estilo.
— ¿Vas sólo? — preguntó el más alto mirándome, pero decidí ignorarlo.
— ¡Podemos darte buena compañía! — espetó el moreno de estatura menor.
De repente Hobi se giró hacia ellos, notando que se estaban dirigiendo a mí. Sabía que iba a decirles algo, pues no quería que me hicieran daño de ninguna forma.
— ¿¡De qué coño vais!?
El más alto se limpió el culo con sus palabras y se acercó a mí. Me agarró del pelo tirando hacia atrás para verme la cara y juntó nuestras frentes.
Sentí mi estómago encogerse con una desagradable sensación. Lo peor era que sabía que había sentido eso alguna vez, pero no sabía exactamente por qué.
Agarré su muñeca intentando apartarle, pero los nervios se habían llevado mis fuerzas.
Hobi se levantó apretando los puños con fuerza.
— Dejadle en paz.
— Venga, chico, sólo queremos pasar un buen rato... — dijo el más alto, ignorando de nuevo las palabras de HoSeok, subiendo una mano a mi mejilla y acariciándola. — Súbete con nosotros a una de las habitaciones, anda...
Sentí arcadas al notar su aliento con un fuerte olor a alcohol.
— H-Hobi, t-tranquilo... — saqué fuerzas de no sé dónde y le aparté la mano bruscamente. — Dejadme, estoy acompañado.
— Mírale cómo trata de resistirse... — rió el más bajo. — Venga, no seas tonto, te gustará...
— ¡HE DICHO QUE LE DEJÉIS EN PAZ! — gritó Hobi antes de estampar su puño en la mejilla del más alto, haciendo que se apartase de mí en menos de un segundo.
— ¡Tío, pero ¿qué coño te pasa?! ¡Sólo queremos pasar un buen rato! — se agachó a la altura de su compañero que estaba tirado en el suelo tocándose la zona golpeada y le susurró algo al oído, a lo que el otro asintió.
— Vámonos, tío... — contestó.
Se levantó del suelo tirando del brazo del más bajito sin dejar de mirar a Hobi con asco mientras volvían a donde estaban antes.
— Yoonie... — Susurró Hobi agachándose frente a mí y tomando mi rostro entre sus manos. — No dejaré que nadie te ponga un dedo encima, vale?
— N-No te preocupes, no ha s-sido nada... — sonreí levemente forzado para intentar quitar peso a la situación.
— Siento no haber reaccionado antes... — suspiró volviendo a sentarse a mi lado.
— No ha sido tu culpa, yo tampoco reaccioné cuando debí. — le miré y sonreí de forma dulce. — Eres mi príncipe, me has salvado de los orcos.
— Y te salvaré mil y una veces más si es necesario... — besó mi mejilla.
Después de unos minutos ambos nos habíamos bebido las cervezas. Llamamos a la camarera para pedir otra ronda y decidimos ir a bailar a la pista de baile que había en el centro del establecimiento. En esta, las luces no eran sólo rojas, sino de distintos colores. Focos con luces de colores giraban alumbrando desde el techo, láseres rojos y verdes también hacían del entorno algo embaucador.
Sólo daban ganas de bailar.
Pasé los brazos por el cuello de mi pareja y sonreí al notar como él abrazaba mi cintura y bailaba conmigo. Nos fuimos apegando más el uno al otro conforme pasaba el tiempo de la canción.
Hobi se separó de mí tras unos minutos y señaló a la mesa.
— Las bebidas ya están ahí, ¿vamos?
— Quiero seguir bailando, si quieres ve tú y ahora vuelves... — deposité un dulce beso en sus labios y le vi alejarse hacia la mesa.
Cerré los ojos y seguí bailando a mi bola, sintiendo el ritmo de la música poseyendo mi cuerpo. Noté unas manos agarrándome de las caderas y apegándome hacia esa persona. Sonreí, creyendo que era Hobi, pero cuando abrí los ojos y le vi levantándose de la mesa, viniendo hacia mí con el ceño fruncido y pasos algo torpes... me sentí la persona más sucia del mundo. De repente escuché una voz grave, ya conocida, susurrándome al oído.
— Venga... súbete con nosotros...
Acto seguido dio un golpe de caderas contra las mías, provocando que mil escalofríos y sensaciones horrorosas recorrieran mi cuerpo.
— Lo pasaremos genial... — dijo el otro, poniéndose frente a mí mientras el más alto seguía simulando embestidas contra mis nalgas.
De un momento a otro, HoSeok estaba enganchado al cuello del más bajo, tirándose al suelo con él y ahorrándole con todas sus fuerzas.
— H-Ho-Hobi, p-pa-ara... — callé al sentir los labios del borracho contra mi cuello, haciendo chupetones, succionando entre los que ya había hecho. Sólo pude quedarme quieto, sintiendo asco de mí mismo por gustarme todo lo que me estaba haciendo.
Hobi acabó soltando al otro cuando ya estaba morado, ese le dio un codazo en las costillas y Hobi se levantó y le dio una patada en el costado antes de acercarse a mí y propinar un fuerte puñetazo en la cabeza del más alto. Éste se volvió a apartar, mareado. Se apoyó en la barra y Hobi le dio una fuerte patada en el culo. Un fuerte grito de dolor se escuchó de su parte al sentir su erección estampada contra los ladrillos de la barra para acto seguido caerse al suelo, retorciéndose y llorando. Cuando Hobi me estrechó entre sus brazos, sólo pude corresponderle.
A los pocos segundos los dos alcohólicos se levantaron y se fueron. Hobi se separó de mí y fue directo a la barra, caminando tambaleándose. Alcancé a ver cómo la camarera le daba las llaves de una habitación antes de que volviera y me cargara sobre su hombro como un saco de patatas.
— Hobi, ¿qué haces? — me aferré a él para no caerme, pues seguía tambaleándose.
Y justo antes de que empezase a subir las escaleras alcancé a ver los vasos de nuestras mesas completamente vacíos.
Mierda...
¡Hey! Aquí Esty.
Bienvenidos al infierno :)
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Enséñame a quererte... ~YoonSeok~
FanfictionHoSeok se encapricha por alguien de nuevo, pero esta vez lo que recibe no es un simple rechazo, sino una sorpresa que le cambiará la vida para siempre. Acompáñale en este vaivén de sentimientos donde teme por haber perdido al amor de su vida para si...