4. Aniversario.

1.6K 119 7
                                    


Antes de llegar a casa habíamos pasado por una construcción. Ichigo encontró un peluche y después de hablarlo con Rukia hicieron un experimento.

Pusieron la píldora en la boca de éste y segundos después recobró vida, ¡inclusive hablaba!. A pesar de sus peleas con Ichigo se quedó con nosotros. Y así aquel peluche sin nombre pasó a llamarse "Kon".


×Jueves, 16 de Junio, 7:30 am.

Salí de la habitación de huéspedes al que entré para buscar mi mochila y fui a la habitación del pelinaranja, entré sin tocar y como no se había  percatado de mi presencia, lo saludé.

—Buenos días Ichigo—dije sonriendo.

Pero él se veía absorto observando su reloj, y en unos segundos al cortarse el trance volteó a mirarme.

—Buenos días Kioko, ya has desayunado?—me sonrió de una manera extraña, como si estuviese reteniendo algo doloroso.

Recuerdo haber visto ese tipo de sonrisa una y
mil veces en algunas personas pero más no en él.

Sin coraje para preguntar acerca del tema, lo evite.—¿Y Rukia?

—Ella bajó, recogeré mis cosas y luego voy junto a ustedes—afirmó. Keigo y Mizuiro se encontraban frente a la casa esperando por él. Eso indicaba que Rukia y yo debíamos salir un poco más tarde o tomar otro camino.

Ichigo, quien parecía "animado" saludó a los chicos de la clase, pero no había visto a las chicas.

—Buenos días Kurosaki-kun—saludó animada Orihime.

—Buenos días Inoue—saludó él con una sonrisa.

Tatsuki y Orihime lo miraban consternadas.

—¿Y eso? ¿Qué pasó? Kurosaki está de muy buen ánimo.

Aparentemente era raro para todos que él sonría de esa manera.

—Buenos días chicas—saludé levantando mi mano hacia ellas, distrayéndolas y dejar mis cosas en el asiento para unirme a la conversación.

—Buenos días Kioko-chan—me saludó Orihime.

—Buenos días—saludaron Tatsuki y una compañera más.

—Michiru, ¿qué día es hoy?

—Es jueves 16 de Junio.

—Ya veo. No es que esté de buen humor. Él solo pone esa cara cuando está totalmente tenso—dijo Tatsuki—No hay de qué preocuparse. Mañana es el día en que no viene a la escuela.

Llegada la noche estábamos Rukia y yo jugando cartas en la habitación del pelinaranja.

—Eso parecía divertido—afirmó Rukia y yo asentí concordando con ella.

—Se refiere a la reunión familiar, Ichigo—afirmé ordenando las cartas para luego guardarlas.

—Mañana no irás a la escuela para ir a un picnic, ¿verdad?—murmuró Rukia, se veía feliz y emocionada, tanto que saltaba.

—¿Un picnic?—interrogó Kon abriendo el armario de la habitación. Lo miré atentamente mientras reía por su aparición.

—Hey Rukia, sobre el trabajo de Shinigami, ¿es posible que me tome un día libre?

El ambiente se sentía pesado.

Salí lentamente, pasando desapercibido, parecía ser un asunto en el cual yo no debía interferir, y no era acerca del trabajo de Shinigami, sino la verdadera razón por la cual Ichigo hacía tal pedido.


× Viernes por la mañana ×

Rukia me forzó a venir. Era obvio que se negaría a la petición de Ichigo, a pesar de las circunstancias, era su trabajo.

Estábamos de pie a cercanías del cementerio fingiendo rezar frente a una lápida del que ni teníamos idea, y casualmente el pelinaranja estaba allí junto con Karin y Yuzu, algo lejos de nosotras.

Rukia levantaba la mano simulando verse feliz por la "coincidencia", mientras que yo, bueno, me he acostumbrado a los cementerios y fingí despedirme de la lápida.

—¡Hola!—gritó a lo lejos Yuzu.

Ichigo corrió junto a nosotras y nos arrastró como alma que lleva al diablo.

—Ichigo, per—Rukia me puso un dedo sobre los labios—.

—Lo siento, no fue a propósito—ella se disculpó, sonaba decaída, pero su rostro parecía arrugado como si estuviera molesta.

—Hey, ¿por qué estás enojada?

—No estoy enojada.

—No importa si Kioko escucha esto, ¿no?

—Escuchar.. ¿qué?—pregunté, ella prosiguió.

—Tú dijiste que asesinaron a tu madre..

—No dije eso—respondió él, cortante.

—¿Quién la mató?—insistió la ojivioleta.

—No tengo ganas de hablar, déjame en paz.

La única manera de detener esta discusión era...

Haciendo ruidos que sonaran como pedos.

Y lo había conseguido, les sonreí ampliamente a ambos que me miraban con los ojos abiertos.

—Rukia, ¿por qué no aprovechamos y nos alejamos de aquí para buscar un buen lugar para almorzar?—la tomé de la mano sacándola de allí sin darle oportunidad para protestar—¡Nos vemos luego, Ichigo!

Por alguna razón me sentía nerviosa, como si estuviéramos siendo observados por alguien.

—Kioko, ¿por qué?—se veía claramente confundida.

—Rukia.. pensabas culpar a los Hollow de la muerte de su madre, ¿no?—supuse sonriendo triste—eso les llevaría a discutir más y él solo se sentirá más culpable..

Ella chasqueó la lengua en respuesta, se había dado cuenta de su error.—Si él fue testigo de su asesinato, solo él sabrá qué pasó.. yo.. solo quería saber el origen de todo.

—Entiendo.. Pero no creo que forzarlo a recordar aquel momento doloroso sea bueno para él.

Al disponer para sacar las cosas, Kon salió de la mochila de Rukia armando lío de nuevo.

—Te dije que no salieras sin mi permiso—espetó ella.

—Pero, ¡tengo calor!—respondió resoplando con sus patas de peluche.

—Es importante estar cerca para tomar precauciones por si aparece un Hollow.

Allí va de nuevo pensando en pelear..

Si sigues pensando tanto en trabajo, perderás a tus amigos—wow, Kon realmente había dicho lo que pensaba.

—Rukia.. me temo que alguien nos ha estado siguiendo—afirmé asustada de esa sensación que se había hecho realidad.



Cerca de un árbol cercano yacía un hombre sentado con ropas de Shinigami y una katana a punto de desenvainar sonriendo de manera ridícula.




*******










N/A: en la historia original, Ichigo y Rukia realmente alargaron su discusión, mientras que aquí les corté ese mal momento :/

Pd: ¡nos leemos el próximo viernes!

La flor que nunca se marchitó. [Kuchiki Byakuya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora