24. Esperanza.

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Tras molestar a tantas personas en el camino debido a que soy mala con las direcciones llego a mi destino; la biblioteca general de la Sociedad de Almas. El lugar simplemente parecía sacado de un sueño, enormes estantes, olor a libros antiguos, la luz del sol escondiéndose tras el horizonte indicando el atardecer, las lámparas dentro de aquel paraíso digno de recordar.

En el mundo humano jamás logré encontrar una biblioteca tan rústica como esta, pero a la vez me sentí afortunada de llegar hasta aquí tras esconderme durante toda la tarde de un sinfín de hombres del Sexto Escuadrón buscándome tal cual ladrona de joyas. Y eso que aún no he encontrado alguna.

—¿Por qué son tan persistentes?—resuena una pequeña y tenue voz junto tras un taburete y un ligero estruendo de libros cayéndose al suelo.

—Hay alguien aquí. Pensé que era la única, déjeme ayudarle.—al ubicarme en donde estaban los libros desparramados en el suelo veo a una anciana tratando de recogerlos con mucho cuidado, para la bella casualidad de la vida resultan ser libros de estudios ocultos.

Sin querer nuestras manos rozan y la pobre anciana se sobresalta. Rápidamente caigo en la cuenta que ella es ciega, su torpeza para ubicar los libros lo demostraba.

—T-tú eres..

—¿Acaso nos conocemos?—pregunto sorprendida ladeando mi cabeza como si pudiera verme.

—Qué bueno que estás aquí—dice al soltar el último libro restante y me abraza con fuerza, correspondo confundida el abrazo.—Ha pasado tanto tiempo.

—Disculpe..—la interrumpo.

—Disculpame a mí, hace tiempo que no veía a la hija de Sayuri.—responde sollozando al disculparse sinceramente.

—¿Conocía a mi madre?—sentía los ojos y mi corazón picar de la emoción.

—Tu madre fue una de las primeras personas que conocí aquí, era realmente maravillosa.. pensé que no volverías aquí.—la miré fijamente, e intentó levantarse, decidí ayudarla a sentarse guiándola al único asiento cercano.

—¿Podría hablarme más de ella?

—Claro, pero.. ¿no te acuerdas de ella?—su rostro demuestra preocupación.—Pásame tu muñeca derecha.

Lo hago con desconfianza y ella toca delicadamente en donde late el pulso.

—Oh, ya veo. Te han puesto un hechizo de protección, pero, ¿qué le sucede a tu memoria?—su mano toca mi frente.

—¿Usted también es exorcista?

—Tu madre fue mi tutora y la de mis nietos, nos ha enseñado un montón de cosas, la primera de ella fue aprender a proteger a nuestros seres queridos, por cierto te han borrado la memoria Kioko-chan, o al menos lo han intentado por lo que he visto, tienes un bloqueo mental, ese estado no te permite recordar nadie en tu pasado.. además, ¿te has encogido?

—Al fin conozco a alguien que ha sido cercano a mi familia—suspiro relajada.—Espere, eso quiere decir que yo.. ¿debería tener más edad? ¿Qué más sabe acerca de mí?

—Deberías tener la edad del Capitán del Sexto Escuadrón, es más deberías estar casada con él, él fue tu prometido desde que eran niños... y usted Señor Kuchiki no debería estar escondido parando las orejas.—advierte con una sonrisa sincera como si ella pudiera sentir la dirección en la cual está.

Me avergüenzo inmediatamente de todo lo que está sucediendo y olvido mi enojo por completo, tras unos segundos de incomodidad lo miro. No podía asimilar las palabras de la anciana, y Byakuya la miraba perplejo como si le hubiera tomado con la guardia baja.

¿Yo, casada con él? 

—Nos vamos.—Fue todo lo que dijo, con su voz neutral usual en él.

—Kuchiki, ¿acaso usted no recuerda lo que sucedió hace décadas atrás..?—él la interrumpe sin pudor alguno.

—Eso no es de su incumbencia.—A cierta velocidad del shumpo, me aleja de la anciana como si ella fuese una gran amenaza.

—Al fin tengo respuestas a algunas dudas y me haces esto.—le reclamo mientras salimos de allí, él aún sostenía mi muñeca con fuerza e indicaba a algunos miembros del escuadrón que suspendan la búsqueda, por lo tanto prosiguió ignorando mis quejas.

—Tengo un problema.—Lo miré con desgano. ¿Desde cuándo este hombre confía sus problemas en mí? Me trajo aquí contra mi voluntad.

—¿Y crees que podré ayudarte? Después de lo que me has pedido esta mañana, olvídalo.

—Solo escucha, olvida esa petición, en realidad necesito que..—y justo en ese momento no logré sentirme más feliz de lo que debería tras una interrupción.

—Disculpe la molestia Capitán Kuchiki, pero el Segundo Escuadrón posee un reporte no confirmado.—el rostro de Byakuya siguió inexpresivo, y esperó paciente la noticia.


"Se ha confirmado que algunos ryoka han ingresado en la Sociedad de Almas ayer, eran cinco. Uno de ellos era un Shinigami de cabello anaranjado con una espada alta como él."




En toda esa tarde, recordé cómo se sentía volver a sonreír. Ichigo está cerca, cerca de salvar a Rukia, aunque aún quedaba en duda mi salida de este lugar, sentí la necesidad de averiguar mis orígenes, por lo tanto eso implicaba volver a aquella biblioteca.





Byakuya no dijo absolutamente nada cuando el hombre se retiró, dirigió una mirada acusatoria a la joven, hasta que se relajó y ella se marchó rumbo a su habitación. Él consiguió lo que quería, aplazar durante más tiempo el casamiento que su familia le había impuesto, aún no conocía a la mujer con que se casaría y evadía todos los intentos que realizaba la familia por conseguir al hombre algo de tiempo para una cita con ella. Sabía que debía armarse de buenas excusas para rechazarla, pero con la amenaza de los ryoka y la joven que está bajo su cuidado era mucha la responsabilidad en sus hombros.




Si necesitaba un reemplazo no podía ser cualquiera, y justo en el momento crucial del té recordó las palabras de la anciana, esa declaración no se le quitaba de la cabeza porque alguien como ella; su bisabuela, jamás mentiría, lastimosamente no alcanzó a escuchar toda la conversación, solo ese fragmento.



Entonces, ¿por qué no podían recordarse el uno al otro? ¿por qué olvidaría algo tan importante como un compromiso establecido en sus infancias? Ella tampoco parecía recordar, algo estaba mal, tanto en ella como en él.



En otro escenario.




Cayendo el amanecer, los Shiba tenían listos a los chicos que pronto cruzarían la barrera de la Sociedad de Almas, el tiempo corría a contrarreloj, en menos de 15 días Rukia sería ejecutada, y aún sin ese dato pronto partirían rumbo a aquel lugar.


"Definitivamente salvaremos a Rukia", con ese pensamiento en mente los 5 integrantes de aquella aventura iniciaron su recorrido a través del cielo en inusuales cápsulas parecidas a una barrera que les darían acceso a la Sociedad.













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N/A: En buenas noticias para ustedes, finalmente terminé el curso que estaba estudiando!! I'm so happy 🤩

Tendré más tiempo para elaborar el side story y entrelazar correctamente la historia, tengo otra en mente desde hace años y aún ni la empecé a escribir, pero la idea es terminar esta y la de Katekyo 🤗 para Diciembre espero poder cumplir a diario con los capítulos. A todos/as quienes leen mil gracias por el apoyo de siempre ❤

La flor que nunca se marchitó. [Kuchiki Byakuya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora