Capítulo 2

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Luego de esa decepcionante vista del chico nerd, todo siguió normal con la clase.

Al toque de timbre todos se arreglaron rápidamente para irse a sus casas.
Yo siempre me demoro bastante tiempo en arreglar mis cosas, ya que si no, se me queda literalmente todo lo necesario.

Justo después de terminar mi mochila y salir de la sala, aparece salvajemente una de mis amigas.

-Hola Rayita -dijo Cata al encontrarnos en la salida de la escuela.

-Hola Cata, ¿De a dónde apareciste? -dije mientras la miraba extrañada.

-La pregunta es de donde no salí -dijo de una forma bastante graciosa.

Bueno, todos saben que ella es así, y así la queremos.

-Hey -dijo Cata- ¿Puedo colarme a tu casa?, es que ahí me alimentan y la comida es muy rica.

-Okay, pero no te comas todas mis galletas -dije haciendo un puchero.

Ella siempre pasa por mi casa, ya que mi mamá cuando está de buen humor, no como en las mañanas, hace comidas deliciosas, otra razón por la cual le gusta visitar mi casa es porque siempre hay dulces, y a ella le fascinan los dulces, pero yo como estoy acostumbrados a ellos no me tiento, bueno a veces sí, pero no viene al caso.

Mi casa queda en una zona en donde solo llegan 2 buses, por lo que estuvimos esperando un buen rato a que llegara, aparte que también tuvimos la mala suerte de que a esa hora solo pasaban aquellos buses que no nos servían así que cuando llegó el bus que nos era útil estuvimos muy contentas.

Al subirnos el conductor nos miró con una cara de simpatía, cosa bastante extraña, ya que no es algo muy normal en un conductor. Nosotras solo sonreímos de vuelta y le pagamos los pasajes.

Mientras íbamos conversando, practicamente sobre cualquier cosa que se nos ocurriera, me di cuenta de algo.

Oh mi dios.

¡Nos habíamos pasado de estación!

Tuvimos que caminar unos 15 minutos hasta que por fin logramos llegar y por alguna razón mi mamá no abría la puerta y yo no podía encontrar las llaves de la puerta principal.    

Cuando por fin logramos entrar lo primero que hace Cata es ir a sacar dulces del recipiente que hay en el centro de la sala de estar.

Al subir hicimos lo mismo que hacemos casi todos los días, conversamos, bajamos a robar mucha comida, aunque nunca sobra ya que Cata siempre se come todos los restos. Después de pasar un rato en la cocina subimos a mi cuarto a estudiar o hacer tareas, o bueno eso es lo que teóricamente deberíamos hacer.
Hasta ahí todo era lo que habitualmente hacemos pero hoy pasó algo distinto.

Después de terminar de estudiar matemáticas yo me tiré en la cama y Cata se puso a husmear a través de la ventana.

Luego de más o menos 20 minutos Cata empieza a hacer un gran escándalo dando gritos y diciendo cosas sin sentido.

-¡Mario salta por el champiñón! -dijo ella como si fuera algo de todos los días.

Tal vez si alguien nos escuchara no entendería mucho mucho, ya que está todo fuera de contexto y no es muy entendible sin una explicación previa, pero yo le entendí perfectamente cada palabra que pronunció.

-¡No puede ser! -grité emocionada al escuchar esa pequeña, pero muy significante frase.

Les explicaré un poco lo que acaba de ocurrir.

"El champiñón" es como nos referimos la casa que se encuentra exactamente a un lado de mi ventana y le decimos así ya que es de color blanco y tiene un llamativo techo color rojo, entonces se asemeja mucho a un champiñón típico de los juegos de Mario, que siempre solía jugar con mis amigos.

Y bueno después esta Mario.

Mi guapo vecino.

I'll Be There - Rocky (Astro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora