Parte V

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—Justin—se quejó Maddy a su lado al escuchar el teléfono de este sonar. –Contesta—bufo dándose la vuelta y Justin se quejó encendiendo la luz de la mesita de noche. Frunció el ceño al ver que eran las tres de la mañana. ¿Quién diablos llamaba a esa hora? Mataría quien lo llamaba a esa hora. Cogió su teléfono y bufo al ver que se trataba de Chaz. De seguro se había vuelto a emborrachar y necesitaba que alguien lo buscara. Joder, odiaba ser el maldito taxi de su amigo, pero no le quedaba más remedio. Era su amigo después de todo.

—Chaz—contestó Justin saliendo de la habitación. No quería molestar a Maddy, ella debía levantarse temprano a trabajar. Él también, pero por obvias razones llamada Chaz no iba a poder dormir.

—Siento haberte despertado, pero necesito que vengas al hospital Valley—dijo y Justin frunció el ceño. ¿Hospital?

—¿Qué pasó?—preguntó confundido. —¿Estas bien? ¿Te pasó algo?—preguntó preocupado. No era normal que te llamaran a esa hora y te pidieran que fueras al hospital. Esperaba que no le haya pasado nada malo a su amigo. Era un idiota por beber y manejar borracho, pero no quería que le pasara algo.

—Sí, estoy bien, pero no es por mi porque debes venir—suspiró y Justin frunció el ceño aún más. Ahora sí que no estaba entendiendo nada. Si no era por Chaz, ¿Entonces por quién? –April está de parto—dijo y Justin abrió los ojos de golpe. ¡Mierda, April! su amiga estaba de parto. ¡Iba a tener su bebé!

—¿Desde cuándo?—preguntó corriendo a su habitación. Necesitaba llegar al hospital cuanto antes. No importaba si ella no lo quería ahí, él tenía que estar ahí. Tenía que apoyarla. Sabía que ella iba a necesitarlo allí.

—Rompió fuente desde las once, pero no ha completado la dilatación—explicó Chaz. –Debes apurarte, se lo debes cabrón—dijo y Justin asintió. Se lo debía a April y él iba a estar allí para ella.

—Voy de camino—dijo antes de colgar. Termino de vestirse y corrió al baño lavándose la cara y la boca. No podía tardarse, debía estar cuanto antes en el hospital. Mierda, el bebé venia en camino. ¡Su amiga estaba dando a luz el bebé de ambos!

—¿A dónde vas?—preguntó Maddy confundida al verlo vestido y Justin abrió el closet y sacó el peluche de elefante que ella había olvidado aquella vez en el restaurante hace dos semanas. No había tenido el valor de botarlo, tampoco de llevárselo. Es como si una parte de él quisiera quedárselo para sentirla más cerca, para hacerse la idea de que ese peluche le pertenecía al bebé que iba a tener con ella porque aunque nunca se lo haya dicho, él todos estos meses había estado pensando en ese bebé y en la posibilidad de hacerse cargo.

—April está de parto y me gustaría ir a verla—dijo y Maddy se puso de pie. –Vuelve a dormir, yo te avisaré por si ocurre algo—dijo antes de salir de la habitación. Por ningún motivo quería que Maddy lo acompañara. No es porque no quería que ella supiera que en realidad él era el papa del bebé que su mejor amiga estaba esperando, sino porque eso era algo intimo entre April y él. Un momento de ellos y no quería lastimarla con la presencia de su novia allí. Lo mejor era ir solo. Se montó en el auto y manejó al hospital. Necesitaba llegar cuanto antes. Suspiró al ver sus manos temblar. No mentía, estaba nervioso. A pesar de todo lo que había pasado entre ellos, a pesar de que él no quería ese bebé iba a estar presente en el parto. ¿Por qué? No lo sabía, solo quería estar con ella y darle todo el apoyo que necesite. Sabía que ella debe estar asustada, pero él iba a encargarse de brindarle toda la seguridad que necesitara. Incluso si eso significaba ver a su hijo nacer. Aparcó en el hospital y corrió a sala de emergencias encontrándose a Chaz y a Lauren. —¿Dónde está?—preguntó asustado. Esperaba que no sea tarde.

Don't Let Go {Justin Bieber Short Story}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora