Capitulo 6

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Ya se había acostumbrado a no verlo llegar, se había acostumbrado a dormir con el frío de su abandono, a estar sola la mayoría del tiempo. Aunque ahora no me sentía tan sola. Ya su bebe tenia 3 meses, 3 meses viviendo en su interior.

Su vientre paso de plano a un poco abultado. No se notaba mucho, pero algo se veía. Y aun nadie lo sabía. Solo Annie y ella. Su sobrino o sobrina estaba por nacer, todos estaban tan felices. Se preguntaba como seria cuando ella anunciara su embarazo.

En su ultima cita con el doctor había descubierto que tendría un niño. Admiraba las primeras fotos de su hijo, había pasado de ser una manchita a un pequeño cuerpecito a penas reconocible. El le había devuelto un poco de la felicidad que había perdido. ¿Cómo seria? ¿Se parecería a su papa?

Su papa pensó. ¿donde estaría en ese momento? Ya era hora que le diera la noticia del bebe. Si lo aceptaba bien y si no pues ella se haría cargo de su hijo.

Marco a su teléfono, hacia tanto tiempo que no oía su voz, solo mientras discutían. Intercambiaron palabras y en menos de 5 segundos la llamada había finalizado. El había aceptado ir a la casa, donde ella lo había citado.

Aja ya estoy aquí que querías? – Dijo con fastidio.

Bueno, yo... Te prepare de comer. – Dijo cual niña regañada. El uso los ojos en blanco.

Nunca como en casa, además – El teléfono de la casa los interrumpió. – Yo contesto

Fue a la recamara y tiro la puerta. Que extraño. Seguramente era Annie, quien más podría llamar? – pensó ella. Alzo el teléfono de la cocina, cuidando que no se oyera su respiración.

Rebecca (Eiza) te he dicho que no llames a la casa! – susurro con rabia.

Si no me contestas el ma.ldito teléfono! – Grito la mujer al otro lado de la línea– A demás no crees que ya es hora de que tu mujer se entere de que ya no la quieres? Y que me amas a mi cosito? –

Esta no es la manera – Respondió el más calmado.

Bueno amor te llamaba para lo de nuestra cita de hoy –

Claro, dame la dirección –

Estaba petrificada, cada palabra, oración, cada basura que dijo esa... mujer daba vueltas en su cabeza. Christopher la estaba engañado. Anoto la dirección, no iba a ser la idito.a del cuento. Colgó el teléfono, antes de que Christopher de diera cuenta. Limpio sus lagrimas y espero a que saliera del cuarto.

No puedo quedarme a comer, llamaron de la empresa tengo una junta. – era tan buen actor

Claro no te preocupes. Vete. – se dio la vuelta y lo dejo solo. A el no le importo.

Tomo su cartera y salió rumbo a la "junta" que tenia su marido. Llego mucho antes que ellos pero se quedo en un bar que estaba cerca del hotel donde se habían citado. Llegaron en la camioneta de Christopher, se les veía tan felices, ella era la que se había llevado su felicidad. La detallo de pies a cabeza, alta estilizada, cabello rubio. Al lado de esa mujer ella no se sentía nada.

Christopher se acerco a ella y la rodeo con sus brazos aproximo su cara a la de aquella mujer y la beso. Esa imagen se grabo en su memoria, el estaba allí besando a otra mujer siendo su esposo. Sintió como si alguien clavara una daga en su corazón.

Trato de contener su dolor y se acerco a ellos cuidando no ser vista. Ambos se acercaron a la recepción pidiendo su habitación. Cuando Dulce los perdió de vista se aproximo y le pido a la recepcionista que le indicara el numero de la habitación, de la feliz pareja. Al no obtener información soborno a la empleada y esta cedió gustosamente. Todo el mundo tenia un precio.

Mientras subía en el elevador se armo de valor y sintió una extraña sensación en su vientre. El doctor le había comentado que aquello podrían ser los movimientos de su hijo. Puso la mano sobre su vientre.

Todo saldrá bien mi amor, tu mami no es loca. No te preocupes -

Habitación 1212.

Toco desenfrenadamente la puerta de la habitación. Cuando al fin obtuvo respuesta lo vio ahí parado frente a ella sin notar que aquella persona era su esposa.

Que c...o quiere? – Su cara se torno pálida - Du...lce?... Que haces aquí? – Ni una lagrima más dijo para si misma tratando de encontrar las fuerzas para enfrentar eso.

Creíste que me ibas a engañar toda la vida? – Grito

¿Quien es mi amor? – Se oyó desde a dentro de la habitación.

Dile a Rebecca que salga. Ya es hora de poner en claro las cosas... no crees esposo? – inquirió irónicamente – ¿debería seguir llamándote así?

La sonrisa burlona de Rebecca hizo que la rabia de Dulce estallara. Se abalanzo sobre ella pero cuando Christopher la freno bruscamente sintió como las fuerzas que había tenido hace unos segundos desaparecían por completo.

Un dolor aterrador se apoderaba de su cuerpo, se aferro a Christopher con fuerzas y un grito desgarrador escapo de su garganta.

¿Dulce que te pasa? – Dijo nervioso al ver su reacción.

La puntada la atravesaba de pies a cabeza sin permitirle hablar, se doblo instintivamente llevando las manos a su bajo vientre, su vista empezó a nublarse haciendo que se desvaneciera en los brazos de Christopher.

Dulce – la llamaba con desesperación zarandeándola para que reaccionara – ¿Dulce que tienes? – dijo al borde de las lagrimas. ella trataba de reincorporarse pero el dolor no la dejaba.

Chris.. – decía entrecortadamente – Llévame a un hospital – suplicaba.

¿¡Dulce que tienes!? Mírame – le pedía - ¡Dios mío estas sangrando! - Ella volvio a perder el conocimiento

¿Que nos paso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora