"Capítulo 22"

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WENO WENO, aquí teneis vuestro capítulo. Disfrutad por que siento deciros que no hay más. Ahora a disculparme y a deciros también que a lo mejor este cap no es lo que esperabais, pero ya está hecho. A lo mejor lo veis como un capítulo medio apresurado o algo así, pero la inspiración se me acabó y me quise morir :D

Os quiero. Gracias por esperar tanto por esta shit, pero aún así disfrútenlo :v





Justo después de abrazar a Sora sintió un fuerte golpe y una luz cegadora le nubló la vista seguida de una buena sacudida. Al abrir los ojos la misma luz blanca le cegaba, fue entonces cuando pensó:

"Estoy muerto"

No era así. Tras unos segundos su vista comenzó a reconocer los colores y se dio cuenta de que la luz blanca y cegadora que por un momento creyó ser el cielo se había convertido en el reflejo del sol al traspasar el hielo semi-cristalino. El hielo crecía desde el suelo y formaba una cúpula encerrándolo a él dentro. Todas sus dudas y preguntas se esfumaron al ver lo obvio; su hermana lo había apartado de un golpe y había creado aquella cúpula de hielo reforzado para protegerlo de su autodestrucción.

Su corazón se encogió y comenzó a alterarse. Resbaló al intentar ponerse de pie, pero al instante lo volvió a intentar, y esta vez con éxito. Con prisa, puso su mano sobre el hielo y tardó más de lo normal en derretirlo, estaba reforzado después de todo. El molesto sol volvió a cegarle y cuando poco a poco su vista mejoró su boca comenzó a abrirse al igual que sus ojos.

El campo de entrenamiento estaba destrozado, hecho añicos. Había fragmentos de suelo por todas partes, sus amigos estaban refugiados y mirando atónitos detrás de él. Se giró y su cara cambió de una de asombro a otra de horror total, pues ver a su hermana tirada a unos cuantos pasos de él, toda herida y sangrando no era bueno para él ni para nadie.

Su respiración se agitó y salió corriendo como loco hacia ella. No era posible, no podía serlo. Lo único que le venía a la cabeza era que ya era demasiado tarde, la había perdido para siempre. Se tiró junto a ella nada más llegar y observó que las heridas que tenía eran mucho más graves de lo que imaginaba. Había sangre por todas partes y más sangre salía aún de ella. Se acercó a su rostro.

- ¡Sora! Sora despierta... ¡Sora! - su voz estaba impregnada de una desesperación inmensa, y, aunque rogaba con todas sus fuerzas no había respuesta por parte de su hermana.

Sus manos comenzaron a temblar del terror que sentía en aquel momento. No sabía que hacer, estaba paralizado. Inmediatamente se acercó a su pecho para oír, aunque sea un pequeño signo de que seguía viva y que solo estaba inconsciente. No hubo ningún signo que le causara un suspiro de alivio, solo escuchó el silencio y ese silencio lo llenó de tristeza, impotencia y muchas más emociones.

Se alejó para mirarla mejor. Su rostro estaba lleno de heridas con sangre medio coagulada, pero lo que más le sorprendió fue la expresión que tenía, tristeza. Pudo ver los caminos de las lágrimas a punto de secarse del todo.

En cuestión de segundos, sus lágrimas también empezaron a trazar pequeños caminos irregulares en su mejilla que desaparecían al chocar contra la mejilla de Sora. Pasó un brazo por debajo de su nuca y otro por su cintura para acercársela a él. La cogió como si de un bebé se tratara y la abrazo con fuerza mientras lloraba amargamente y le pedía perdón una y otra vez sin parar.

-Lo siento... lo siento mucho, Sora - gritó con muchas dosis de dolor en su voz. – Todo esto ha pasado por mi culpa. Yo...

Pasó su mano por su pelo y sintió algo húmedo. Apartó la mano y vio que estaba manchada de sangre. Se quedó mirando su mano ensangrentada. Aquello ya lo había vivido. Sus memorias pasadas comenzaron un bombardeo sanguinario en su cabeza. Se recordó a él de pequeño, una de las muchas veces que había ido a visitar a Sora al orfanato con toda su familia —excepto con su padre.

Separados Al Nacer! {Boku No Hero Academia} #1 (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora