"Iki's Hospital"
Ese era el lugar que Sora estaba buscando. Le sonaba el nombre y más o menos sabía el lugar donde se encontraba, pero su mala orientación no le dejaba situarse.
Por suerte llegó sana y salva a aquel hospital gigante y moderno en tan solo media hora. En aquel instante se encontraba en frente de la puerta del hospital pensando si debería entrar o no. Se sentía nerviosa y sus manos le temblaban exageradamente.
Tomó aire y lo soltó un par de veces para calmarse y funcionó. Estaba decidida, iba a enfrentarse a su destino, iba a conocer a su madre y toda la verdad de una vez por todas.Entró al hospital. El sonido de las puertas abriéndose le causó un escalofrío que le recorrió toda la espalda. Ya estaba dentro. Olía al típico olor de hospital y eso hacía que se mareara. Había una joven en la mesa de recepción y decidió acercarse rápidamente.
—Bu... Buenas noches— tartamudeó—. Venía a hacer una visita.
La joven de ojos azules y pelo negro como el carbón la miró fijamente. Llevaba puesto una bata y se notaba que estaba cansada.
—Lo siento, pero es muy tarde para hacer visitas. — dijo en tono neutro.
Sora se quedó impresionada. Sacó el móvil, miró la hora y se quedó aún más impresionada al ver que eran más de las 12 de la noche. Estaba tan concentrada en llegar al hospital que había perdido la noción del tiempo. Se mordió el labio impaciente y se apoyó en el escritorio con gesto amenazador y desesperado.
—U... Usted no lo entiende, necesito ver a esa persona urgentemente— sin darse cuenta estaba gritando.
Estaba armando un jaleo e ignorando a la mujer que le decía que bajase el tono de voz. Estaba a punto de llorar. Estaba demasiado desesperada por conocer la verdad.
—Señorita. Señorita, por favor. — se oyó una voz masculina por detrás.
Aquel hombre le tocó el hombro y se volvió hacia él bruscamente. Era un hombre castaño, alto y apuesto, vestido de bata blanca también.
El hombre se sobresaltó al ver sus ojos llorosos e intentó tranquilizarla.—Yo te dejaría pasar, pero las normas son las normas— le dijo el hombre con voz suave—. Puedes venir en la tarde, pero ahora no puedo dejarte pasar.
Sora se aguantó las ganas de quemar o congelar todo lo que tenía a su alcance y se rio al ver que eso sería justo lo que Bakugou haría.
Respiró profundo y se calmó. Aquellas personas no tenían la culpa de sus problemas ni de que ella fuera tan tonta como para ir por la calle a medianoche.Con un "lo siento" se despidió de aquellos enfermeros y se fue a casa rogando no perderse y por suerte no lo hizo. Llegó a casa sana y salva. Nada más entrar a su habitación se cambió de ropa y se acostó a dormir. Mañana tenía clase y no quería desvelarse más de lo que se había desvelado.
En la mañana, le costó un mundo levantarse. No había podido conciliar el sueño de lo nerviosa que se había puesto. En su cabeza las imágenes de las fotos de aquella mujer misteriosa no dejaban de rondarle. ¿Estaba realmente preparada para saber toda la verdad? ¿Qué iba a pasar si aquella mujer no resultara ser su madre? Había tantas preguntas en su cabeza y cada vez se hacían más nudos.
Sintió que alguien le tocó el hombro e instantáneamente se apartó y se puso en modo de ataque. Era Uraraka. Se había quedado con una expresión rara tras aquella reacción suya.
—¿Buenos días? — preguntó con voz dulce.
—Uraraka, no me asustes así— le respondió Sora suspirando.
Algunos estudiantes que pasaron por su lado se rieron de ella y se puso roja. Uraraka se rio y le agarró del brazo. Siempre se había preguntado cómo hacía su mejor amiga para tener tantas energías a primera hora de la mañana y con mucho frío.
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Separados Al Nacer! {Boku No Hero Academia} #1 (EDITANDO)
Hayran KurguTras la reciente muerte de su madre adoptiva y el descubrimiento de su familia biológica, Sora, nuestra protagonista, se adentrará al Mundo de Héroes para cumplir el deseo de su madre, pero no descansará hasta reencontrarse con su familia real. Con...