capitulo 1

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    "Estoy muerto" era lo único en lo que podía pensar.
    No podía apartar la mirada de lo que estaba frente a mi.
Una bestia de mas de dos metros de altura, aún estando en cuatro patas, jorobada, con garras en lugar de patas, cabeza de lobo.
   Solo gruñia.
   De su boca caían chorros de saliva.
    Mi corazón palpitaba agitado, yo temblaba, estaba paralizado del miedo.
    Trato de buscar una ruta de escape, pero todo es en vano. La única escapatoria que podria tener en este callejon sin salida es por donde entró aquel demomio.

"Estoy muerto"
    Trataba de gritar, pero mi garganta no emitía ningún sonido.
    Quería correr, peri mi cuerpo no me respondía
    Pude ver como se preparaba para lanzarse contra mi, solo cerré los ojos, esperando mi fin

    Me desperté exaltado, sudado, el corazón me paltipaba a mil por minuto, sentía como si se fuera a escapar de mi pecho.
    Afortunadamente, solo fue un sueño.
    Estiré mi brazo para tomar el celular y ver la hora.
    El sol ya empezaba a asomarse entre mis cortinas.
    Eran las 6:30.
    Entre semana
    ¡Se me hizo tarde para la escuela!
    Salté de mi cama, tomé lo primero que encontré y me lo puse.
     Me miré al espejo para asegurarme de que no me haya puesto algo ridículo.

     Traía puesta una sudadera negra, una camiseta roja, unos pantalones de mezclilla y unos tenis deportivos blancos.

    Intenté arreglar mi cabello, para que pareciera como si me bañé, pero me quedé paralizado al ver el reflejo de un hombre que me observaba desde la ventana.
    Era una figura sombría, de casi dos metros de altura, con un saco y sombrero, jorobado, no se le podía ver la cara.
    Me lavé la cara, para terminar de despertarme, ya hasta estoy alucinando.

    Abrí la nevera, tomé un sándwich y salí corriendo de mi casa, aún teniendo 20 minutos para llegar a la escuela, que está a media hora.
    Tomé un atajo, esperando ahorrar tiempo, aún cuando me han advertido que no tome ese camino, pues pasa por uno de los barrios mas peligrosos de la ciudad.

     Derrepente un extraño sentimiento me paralizó el cuerpo.
    Era como si algo me tomara del brazo, pero no había nada.
    La calle estaba totalmente desierta.
    De la nada, apareció alguien atras de mi, pero no podía mover mi cuerpo.
    Sentía su respiración en mi nuca.
    Pero derrepente, desapareció cuando la puerta de una de las casas cercanas se abrió.
    Hasta entonces pude continuar corriendo.
    Ya había perdido 15 minutos mas, me quedaban 5 minutos para llegar a tiempo.
    Nunca había corrido tanto en mi vida.

Llegué a la escuela, justo cuando sonó la campana que anunciaba el inicio de clases. Corrí atreves de los pasillos, tan rápido que no noté que el pasillo estaba mojado y resbalé, justo frente a mi salón.
    Me cerraron la puerta en mi cara, dejandome fuera.
    Corrí tanto para nada...

~~~
    Me senté en una de las bancas del patio trasero a descansar un poco después de semejante carrera.

    --¿Qué haces tú aquí?-- me preguntó una voz ronca.
    Era Frank, mi mejor amigo desde que tengo memoria.
    Él desde pequeño siempre ha sido un pequeño titan, alto y robusto para su edad.
    Era del tipo musculoso, pero tampoco como fisiculturista o esos que levantan pesas en las Olimpiadas, simplimente tenía cuerpo de atlera.
     Media como 15 centímetros mas que yo, midiendo cerca de 1.90.
    Su presencia siempre fue bastante imponente, parece del tipo que te devuelve a la era del hielo de un solo golpe.

--Me dejaron afuera-- respondí, él solo respondió con una burla --¿Y tú? También te dejaron afuera?--.

    --Nah solo me estoy saltando la clase-- dijo para después darle una mordida a mi sándwich, ¿Cuándo me lo quitó?

El Juego De Los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora