capitulo 7

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Por un momento desaparecieron todos a mi alrededor, dejandome a solas conmigo mismo...

   El tiempo se volvió a detener, dejando a todos a mi alrededor congelados, los relojes no avanzaban y el viento no soplaba.

    Escuchaba una voz, que venía de todos lados y de ninguno a la vez, no tardé mucho en entender que la voz estaba dentro de mi cabeza. Susurraba, pero no podía entender lo que decía.

    Caminé por los pasillos de la escuela, y la voz no se iba, me seguía a todos lados, no se entendía lo que decía, pero sentía que me estaba guiando hacia algún lugar.

    Seguí caminando hasta el patio trasero de la escuela. Ahí había una figura, de pie, una persona vestida totalmente de blanco, sólo que a diferencia de los demás, si se estaba moviendo.

    Me acerqué a él.

    Al notar mi presencia se dió la vuelta, quedando cara a cara conmigo.

    Era idéntico a mi...

    La voz era suya, pero cuando hablaba, no se movía su boca, como si estuviera dentro de mi o se estuviera comunicando por telepatía.

    Cuando lo ví, los susurros empezaron a tener forma, al fin podía entenderlos.

    Hablaba sobre descubrir mi verdadera identidad, que tenía un propósito, la razón por la que vine a la tierra.

      Debía pelear...

    Defender la ciudad, porque si la ciudad caía, todo iba a caer...

    Que dentro de mi había más de lo que creía, que yo estaba aún dormido, esperando a que sea el momento para abrir los ojos.

    En ese momento, sólo me confundió, no tenía ni la menor idea de que estaba diciendo, que yo no era yo aún, no sabía que quería decir, pareciera que solo estuviera intentándolo todo.

    Pero de algo estaba seguro, debía pelear, aunque no tengo una razón, ni siquiera quiero pelear, siento que es una obligación o algo así, pero yo no quiero hacerlo, hasta el momento sólo peleaba por mi vida, para sobrevivir, no porque tenga razones heroicas como si fuera el protagonista de una historia, no lo soy, punto.

     De pronto el tiempo empezó a fluir de nuevo.

    Todo el día pasó con normalidad, aunque mi mente estaba en otro lugar.

    La verdad, ni siquiera yo sé donde tengo la cabeza, o si algún la tengo siquiera. Todo esto me estaba causando un gran dolor de cabeza y no dejaba de preguntarme en que momento empecé a probar drogas...

    Siento como si me estuviera volviendo loco, tengo que contarle esto a alguien, pero no tengo a quien, siento que si lo hiciera, yo no sería el único que piensa te estoy loco, y aparte no es como si tuviera muchos amigos.

   Tengo que contarle a alguien antes de que me interne en un manicomio, si no es que muero de una intoxicación antes...

   Llegó la hora de la salida, y como siempre esperé a que se vaciaran un poco los pasillos, derrepente puedes perder hasta la virginidad en unos pasillos tan llenos y ni siquiera te darías cuenta...

  ~~~

     Caminé hasta la salida, y ahí estaba Meghan, recargada en uun poste con su mirada fija en su teléfono.

    Bueno es ahora o nunca...

    Me le acerqué y logré entablar una conversación, fue más fácil de lo que pensé, solo me concentraba en decir una estípites que termine conmigo tachado de drogadicto.

    Ella me dió la sensación de ser una persona cálida,  tranquila, tímida y sencilla, justo el concepto que tenía de ella. Pero parecía estar un poco distraída, pero al mismo tiempo poniendo atención a la plática. Aun así todo salió bien, y decidí acompañarla a su casa.

    Resultó que su casa estava cerca de la mía, tomamos el bus y caminamos hasta el punto donde nuestros nos caminos se separaban.

    Cuando nos dimos la espalda, sentí un gran temblor, seguramente superior a los 10 grados en la escala de Ritcher, pero nadie a mi alrededor pareció notarlo, en cambio, yo perdí el equilibrio.

    Seguido de eso, un extraño sentimiento me invadió, igual, parecía nadie más lo sentía.

    Mire hacia atrás, para asegurarme de que Meghan estuviera bien, pero ella ya no estaba ahí, solo estaba si mochila tirada en el suelo.

    Busqué por los alrededores con su mochila, temiendome de que le hubiera pasado algo, incluso fui a donde me dijo que estaba su casa, pero tampoco estaba ahí...

   Al final dio el atardecer y no la encontraba, decidí llevar la mochila a casa y entregársela mañana, tengo la esperanza de verla mañana, que no le haya pasado nada malo,  tenía la esperanza de ello...

El Juego De Los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora