capitulo 5

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Empecé a ver todo de un color distinto, un tanto azulado, pero sin dejar de distinguir las cosas. Sentí que me moví, pero yo no cause ese movimiento, al menos no concientemente.

Podía sentir como una extraña energía recorría mi cuerpo y me dominaba por completo. No me podía mover por mi cuenta, pero podía sentir como si pudiera dar una vuelta entera al mundo sin siquiera cansarme.

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Saltamos casi al mismo tiempo, dando inicio a la pelea.
Ataque justo después del salto, pero el lo bloqueó solo con su brazo y me golpeó en el estómago, lanzandome por los Aires, pero esta vez caí de pie.

Una vez más nos lanzamos al ataque. Esta vez el intercambio de golpes fue un poco más largo.

Ni siquiera podía seguir con la vista a los ataques que ambos lanzabamos, eran demasiado rápidos, y sin hablar del Gran ruido que los choques causaban.

Llegó un punto en el que él lanzo una patada al pecho, pero logré bloquarlo usando la espalda y uno de mis brazos como apoyo, pero aún así logró empujarme a una distancia considerable, pero no caí...

    Con la vista borrosa lo miraba a unos 10 metros de distancia,  pero en lugar de correr en línea recta,  empezó a zigzagear, tan rápido que no pude ver ni reaccionar ante la ráfaga de patadas que le siguió a su carrera, y mucho menos evitar que me tomara de la cara, y con una gran cantidad de fuerza, me lanzara a un más lejos.

    Cuando logré ponerme de pie,  note que la estada se estaba encogiendo en cuanto grosor, pero en su lugar apareció otra espada en la mano izquierda,  ahora eran dos espadas. En lugar de una espada algo larga y gruesa,  ahora eran dos, de menos grosor,  pero igual de largas, ahora tenía una katana en cada mano. Podía sentir como estas eran mucho más ligeras y podía abanicar más fácil y fluidamente. Entendí que ahora la pelea se había convertido en algo de velocidad.

    Se lanzó hacia mi con una ráfaga de patadas y golpes,  tan rápidos que hasta creaban ráfagas de viento y sonaban como su fueran balas. Todos los logré bloquear.

    Esto me recordó un poco a mi infancia, cuando jugaba a las luchitas con mi amigo de la infancia, siento como si todo simplemente acabará en esto. Pero ese amigo mío cambió, al punto en el que ya no se podrían decir que era mi amigo.

    Llegó un punto en la pelea en el que logré cambiar los papeles, y fue mi turno de estar en el ataque, pero no logré presionar demasiado, y eso que no sentía que era yo el que estaba peleando, si no esa energía que por hacia por mi,  si fuese yo,  probablemente ya estuviera muerto.

   Una vez más tiró una patada al pecho a la que no pude bloquear, pero no logró derribarme, solo me empujó medio metro,  pero al parecer era lo que quería.

    Dió media vuelta y corrió hacia un callejón cercano.

   Yo me decidí seguirlo, pero mi cuerpo si.

   Por mi mismo,  no corro muy rápido, pero con esto me podía sentir aun más rápido,  aunque no lo suficiente para alcanzarlo.

    Corrimos por unas cuadras más y él empezó a bajar la velocidad poco a poco.

    Cuando estaba por alcanzarlo,  lanzó un ataque a la cabeza, que solo pude evitar esquivandolo hacia atras.

    Quedamos de pie frente a frente.

    Duramos unos momentos así, y curiosamente, mi cuerpo ya no tuvo impulsos para atacar.

    Todo a mi alrededor empezó a volver a la normalidad, incluyendo a mi cuerpo.

    Caí de rodillas, mi cuerpo estaba demasiado cansado como para mantenerse de pie.

    Aun asi, sabiendo que probablemente ya todo acabó, quería saber que fue lo que pasó, y la respuesta estaba justo frente a mi.

De pie, aquel hombre que pronto se convertiría en mi maestro...

El Juego De Los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora