Capítulo 35

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Jamás en toda mi vida había tenido tantas ganas de faltar a la escuela. En la mañana le había dicho a mamá que no quería venir, pero ella me obligó a venir y ahora estaba haciendo un berrinche como si fuera una pequeña niña de diez años.

Me encontraba sentada en una banca que se encontraba en el pasillo, veía a todos los chicos y chicas llegar, pareciera que no había visto a ninguno de esos chicos en el baile ya que todos estaban irreconocibles.

Un día después del baile, West había notado mi nerviosismo y que estaba más distraída de lo normal, me rogó y me rogó para que le dijera en que pensaba, obviamente no le dije. No le dije a nadie que Charlie y yo estuvimos a punto se besarnos, ni a mis amigas, y si Charlie no le dijo a nadie tampoco, entonces esto era como nuestro "Secreto".

La escena de Charlie y yo demasiado cerca, su mano en mi cintura, sus ojos tan cerca, su voz diciendo que yo era perfecta venía a mi mente una y otra vez como si fuese un disco rallado, y entre más veces lo recordaba, más confundida me encontraba yo.

Y fue ahí entonces cuando lo vi a él entrando, venía bien arreglado como siempre, me miré a mi misma. Venía con mi pans gris, mis tenis blancos y un peinado que podía apostar a que no contaba como peinado siquiera. Y recordé por milésima vez lo que pasó en el baile, lo que hizo que inmediatamente tomara mis cosas y fuera corriendo al salón.

Genial, no podía verme más estúpida. Cuando llegué al salón, ahí se encontraba April, me dedicó una mirada de pocos amigos, pero para no crear problemas yo le sonreí como si verla me fuera la cosa más importante del mundo. Tomé asiento hasta atrás, en la esquina, nunca tomaba ese asiento, siempre me hacía sentir que estaba alejada de la sociedad, pero justo ahora quería estar así. Tiempo después, pasó Alice y atrás de ella pasó Charlie, en cuanto lo vi me sonroje ¿Por qué me sonrojaba? Me puse el gorro de la sudadera, no quería que Charlie me viera.

En cuanto Alice me vio fue hacia conmigo.

-¿Por qué te fuiste tan pronto? - Preguntó refiriéndose al baile de primavera, noté que Charlie miró en dirección a Alice, lo cual hizo que me mirara a mí, solo fue una fija mirada de aproximadamente cinco segundos y volvió a voltearse.

-Comenzaba a sentirme mal - Dije inventando una excusa que fuera creíble.

Mi amiga no hizo más preguntas, cosa que agradecí internamente. Coraline no había llegado, tiempo después la clase comenzó.

No pude dejar de mirar a Charlie, tenía unas inmensas ganas de ir a saludarlo, de ir y terminar el momento que dejamos a medias, de tomar su mano de nuevo, pero no podía, si es que quería seguir con vida tenía que actuar como si nada hubiese pasado, pero ¿Cómo hacer eso? Era imposible fingir que no había pasado nada. Notaba que Charlie también me daba pequeñas miradas de vez en cuando, pero ninguno de los dos se atrevió a hablar, el día pasaba con normalidad, a la hora del almuerzo, Ethan se nos unió.

El chico venía muy animado, tanto que me había traído un regalo.

-Espero que te guste - Dijo mientras me daba una caja, yo me quedé confundida ¿En serio Ethan me estaba dando un regalo? ¿A mí?

-Bueno, aún no sé que es pero... Gracias - Dije de una manera muy educada, Ethan sonrió y me miró como si me quisiera decir "Dejemos los agradecimientos atrás, tu solo abre el regalo".

Abrí la caja poco a poco, se trataba de un retrato. En la foto salíamos Ethan y yo el día del baile, al parecer era la foto que nos tomaron los chicos de fotografía, lo curioso es que la habían editado para que tuviera un fondo diferente, levanté las cejas sorprendida, el fondo se veía demasiado real, apuesto a que en un futuro cuando tenga sesenta años veré esta foto y pensaré que la tomaron en este lugar, sin recordar que en realidad la tomaron en el gimnasio de la preparatoria.

ImbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora