Capítulo 15

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- Yo soy Marcus. -dijo sonriendo mientras movía su cabeza para colocar el flequillo de su largo pelo.

- Te pega -dije entre pequeñas risas. Aquel chico desbordaba alegría por los cuatro costados y hacía que se contagiase.- Yo soy Belladonna, puedes llamarme Dona.

- Bien, así se empieza mejor. ¿A que ya estás más tranquila y no tiemblas? -Y en verdad, así era, no me había dado cuenta de que ya no temblaba y me sentía más relajada.- Aún así seguirás teniendo tus dudas y antes o después tendrás que saberlo. ¿Por cuál quieres empezar?

-¿ En serio me tengo que decidir por una? No... No sé. ¿No me puedes explicar todo de una vez?

- Si te lo explico todo de golpe seguirás teniendo las mismas dudas y más, a parte de que te costará asimilarlo todo de golpe.

- Pues... ¿Dónde estamos?

- Esto que ves aquí es la sala de entrada y salida de Skycross. -dijo con los brazos alzados mientras daba vueltas sobre él. ¿Skycross? ¿Sala de entrada y salida? No entendía nada.

- ¿Y por qué estoy aquí? ¿Cómo he llegado? ¿Qué es esto? No entiendo nada.

- El por qué, no te lo puedo explicar, eso solo lo saben los Grandes. Ni lo sabe el director, así que ya te puedes imaginar. Recibimos hoy mismo la noticia de que un ángel dormido había despertado, y mírate, aquí estás. -justo cuando iba a protestar alegando que los ángeles no existían y que todo esto era un simple sueño, me cortó, parecía que me había leído la mente.- Sí, eres un angel dormido. Esto no es un sueño, es otra realidad. Te costará adaptarte y te parecerá que te estoy tomando el pelo, pero créeme. Eres un ángel, Belladona. Yo lo soy. Soy como tú. Tengo mi vida en la Tierra y mi vida en el Cielo, en Skycross. Cuando es de noche en la Tierra, venímos aquí, a este instituto. Aquí aprendemos todo lo que necesitamos saber, ya sea sobre la historia de los Cielos, sobre los Grandes o sobre nosotros mismos. Incluso sobre armas y lucha. Claro que tú eres un ángel dormido y no tienes ni el nivel de mi hermano pequeño. -terminó diciendo entre más risas.

De repente, sentí como se me nublaba la vista y, sin saber como, caí al suelo.

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- El ángel dormido ha despertado.

- Lo sé, padre.

- Zero, sabes perfectamente cual es el plan a partir de ahora. -asentí con la cabeza.

Sí, lo sabía perfectamente. La profecía no podía llegar a cumplirse, el ángel dormido no tenía que alzarse, ni ahora ni nunca. La pofrecía decía que el día en que las tres lunas lucieran a la vez, El Ángel despertaría para impartir su justicia de nuevo. Para terminar con todo en lo que creíamos en Darkcross y en el Submundo. Pero la profecía no solo hablaba de El Ángel. También hablaba de un demonio, de un vampiro, de un ser del Submundo. 

- Has sido entrenado toda tu vida para esto. Lo has sido tú y no tu hermano. Tú eres el Elegido, Zero. Solo tú puedes acabar con esto. -contestó mi padre apoyando su mano en mi hombro. 

- No te defraudaré, padre.

Un Zero en mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora