Confesión

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A la mañana siguiente, Kumiko y Reina se despertaron al sonido de la alarma de uno de los celulares. Con desgano y aún mucho sueño, la mayor de ambas, Reina, tomó el artefacto y con algo de molestia lo apagó. Un gruñido se escuchó a su lado, y cuando se volteó vio a una Kumiko intentando despertar. Aquella vista la hizo sonreír y olvidar los celos del día anterior, pero su inseguridad permanecía atormentando su mente.

- Despierta, Kumiko... - presionó con sus dedos una de las suaves mejillas de la castaña.

- Mmm... Zzzz...

- Hey, Kumiko, ya es de día...

- ... - con sus ojos aún cerrados, se sentó e intentó reconocer el lugar donde estaba a medida que los abría.

Cuando divisó el rostro de Reina, se sonrojó un poco y aclaró su garganta.

- B-Buenos días... Reina... - suspiró intentando calmarse.

- Buenos días, Kumiko... - sonrió levemente la peli negra.

- ¿Hace cuánto despertaste? - preguntó la castaña.

- Un par de minutos... tu celular no dejaba de sonar... - suspiró.

- ¿Mi celular? Qué raro... juré haberlo dejado en silencio...

Cuando Kumiko recupera su celular se da cuenta de algo inusual, al parecer le había llegado un mensaje, pero ya había sido abierto... raro, ya que no recuerda haberlo hecho ella. Examinó los contenidos de este, y se sorprendió al notar que era de parte de Asuka. Cuando terminó de leerlo, una sonrisa se asomó en su rostro, sobre todo después de recordar lo que ambas hablaron el día anterior. Lo que Kumiko no sabía era el tipo de pensamientos que Reina estaba teniendo en ese preciso momento, unos celos indescriptibles, una sensación nueva... realmente debe gustarle Kumiko como para sentirse de esa manera... ¿o era simple egoísmo de no querer compartir a su persona más cercana?

- Kumiko... - decidió romper el silencio. - lamento haberlo hecho pero... - decidió ser honesta. - yo leí ese mensaje antes que tú...

- ¿Eh? - sin saber cómo procesar la nueva información, se quedó en silencio durante unos minutos. - espera, ¿lo leíste?

- ... Sí... - suspiró. - sobre eso... quería preguntarte algo... - la miró seriamente.

- D-Dime...

- ¿Cómo es eso de que Tsukamoto está aquí?

- ... - no contestó, ¿cómo iba a hacerlo? Si ni ella misma sabía el por qué. - no lo sé...

- ¿Enserio no sabes? ¿O me estás ocultando algo... de nuevo...?

- ¿Reina? - extrañada del comportamiento de su acompañante, decidió acercarse. - ¿qué sucede contigo? ¿por qué últimamente no confías en mí?

- Porque... me siento insegura... - dijo, cabizbaja.

- ¿Insegura? ¿Insegura de qué? - la abrazó con fuerza, colocando el rostro de la peli negra sobre su pecho. - no tendrías por qué sentirte así...

- ¿Enserio?

- Por supuesto... - suspiró. - mira, si estás así por lo de Asuka...

- ¿Asuka? ¿Ahora la llamas Asuka?

- ¡Reina basta! - la mayor se descolocó por el grito.

- Lo lamento... - se separó levemente de la castaña. - no sé qué me pasa...

- Háblame...

- Tengo miedo...

- ¿De qué? - la tomó de las manos.

¿Cómo lidiar con estos sentimientos? (Kumiko x Reina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora