Harry y Ginny

Expreso de Hogwarts

Harry caminaba hacia el expreso por King Cross junto a Ron y Ginny, apenas hacía quince minutos que habían abandonado el oasis de paz que era la madriguera en verano y ya notaba las miradas de exclamación de la mitad de los presentes, estaba acostumbrado a eso pero era la primera vez que se le veía fuera de los dominios de los Weasley desde la muerte de Dumbledore y Voldemort, todo el mundo parecía más asombrado aún, por suerte todo había terminado y pronto ya no tendría que sentirse tan acosado.

Arthur y Molly se despedían a lo lejos con una sonrisa que rebosaba tranquilidad y alegría.

-¡Adiós chicos, tened cuidado y divertíos! - Gritó Molly.

-¡Si y... Harry no te olvides de contarme qué tal te va con ese aparato, es algo realmente increíble!

-¡Tranquilo señor Weasley le escribiré sobre el estado de mi... aparato! -Respondió Harry.

A Harry aún le extrañaba que el señor Weasley le hubiera dado una peonza pero le hacía gracia la importancia que le daba a juguetes y cosas simples que el ya conocía del mundo muggle.

Todos se despidieron una última vez de Arthur y Molly y comenzaron a subir al tren.

Nada más entrar vieron  a muchísimos alumnos con bolsas de Sortilegios Weasley que sin duda iban a darle muchos muchos problemas a Hermione.

-¿Donde nos sentamos? -Preguntó Ron.

-Harry y yo no sé pero tú supongo que ya te sentarás en Hogwarts porque seguramente Hermione te este buscando para ayudarle como "prefecto" que eres. -Replicó Ginny en tono vacilante.

Ron miró hacia arriba dejando los ojos casi en blanco con expresión de cansancio.

-¡Ya ni me acordaba de mi estupendo cargo, me esperan varias horas de enseñar normas a niños de primer año y escuchar a "Dolores Granger" regañarme, es el mejor día de mi vida!
-Contestó Ron sarcástico.

Harry y Ginny soltaron una pequeña risa y acto seguido Ron se marchó.

En ese momento Ginny se dió cuenta, volvían a estar solos, y como cada vez que se habían quedado solos aquel verano, no sabía si salir corriendo con alguna excusa para evitar esa tensión o quedarse quieta contemplando el rostro de Harry durante horas.

-Oye Gin tengo que ir a hablar con Cho un momento. ¿Luego busco el vagón en el que estés, vale?

A Ginny le dieron ganas de ponerse a gritar. Hacía tiempo que Harry y Cho no tenían nada y solo eran amigos, de hecho Cho había estado saliendo con Davies el año anterior pero aún así le seguía molestando muchísimo que siguiera hablando con él y mandándole lechuzas tan a menudo...

-¡Claro! ¡Tranquilo¡ ¡Luego nos vemos, saluda a Cho de mi parte! -Respondió la pelirroja entusiasmada.

Harry se fué algo extrañado y Ginny se percató de que había alzado de más su tono de voz.

Ginny fue mirando de vagón en vagón para ver en cual sentarse, sin embargo solo encontraba chicas de Gryffindor cotilleando o a algún que otro chico de séptimo con actitud vacilante que no paraba de mirar a todas las chicas como si fuesen a derretirse para él.

Por suerte para la pelirroja apareció su mejor amiga girando la esquina antes de que tuviera que pasarse todo el viaje decidiendo el vagón.

-¡¡Gin, por fin nos vemos!! -exclamó Hermione.

A Ginny se le olvidó de golpe la preocupación por lo de Cho, hacía más de un mes que no veía a su mejor amiga porque estaba de vacaciones con sus padres y tenían mucho mucho de lo que hablar...