Vestuarios

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Ser el capitán del equipo de Quidditch tenía muchas ventajas, podías elegir tu equipo y posicionarlo en campo como quisieras, podías faltar a algunas clases por temas de organización y la gente intentaba caerte mejor para tener oportunidades de entrar en el equipo. Obviamente entre los Gryffindor te hacía ser la persona más importante de toda la casa y de cara a las otras te hacía ser mucho más popular aunque eso era algo que a Harry nunca le había hecho nada de falta teniendo en cuenta su historial de famosas desgracias. 

Sin embargo, ser capitán también conllevaba desventajas, al nombrarte te conviertes en el máximo responsable de todos los miembros del equipo, era algo que a Harry le parecía muy ligero hasta que se dio cuenta de las estupideces que podían llegar a ocurrir. Material roto, sanciones por violencia en el campo o directamente un mal uso del campo de Quidditch, en una de las pruebas para golpeadores apareció Neville Longbottom aparentemente forzado por Seamus y Dean para que lo intentara y acabó rompiéndole el brazo a Colin Creevey que solo estaba haciendo algunas fotos. Por otro lado también tenía que recoger todo y dejar el campo impoluto para que la casa que viniera al día siguiente pudiera entrenar sin ningún problema, parecía una tarea fácil pero más de una vez Slytherin había acusado a Gryffindor de tratar mal las instalaciones de Hogwarts por haber dejado una bludger fuera de la caja y cosas similares.

Harry depositó su escoba en el vestuario junto a su capa y se dispuso a colocar minuciosamente cada bludger en su hueco correspondiente. Una vez terminó todo esto, se fue a la parte de las duchas con su toalla, algunos habían terminado ya de ducharse como Dean que salía vestido completamente cuando Harry llegaba.

-Emm Harry acuérdate de eso que hemos hablado. -Dijo Dean al pasar al lado del azabache mientras salía.

Harry asintió ligeramente y continuó su camino, en las duchas se escuchaba como Ritchie, Jimmy y Ron hacían bromas mientras terminaban de ducharse, Harry estaba pensativo sobre que sería lo que tenía que hablar con Demelza y sobre aquel pensamiento repetitivo, aquella melena pelirroja que se colaba en su cabeza cada vez que tenía la mente en blanco, así que se mantuvo callado todo el rato.

No pasó mucho tiempo cuando se dejaron de oír voces y Harry comprendió que como pasaba normalmente, era el último que quedaba en el vestuario así que se duchó con tranquilidad, salió de la ducha y se sentó en un banco cuando escuchó una voz familiar que se hacía eco por la entrada del vestuario de los chicos.

-¿¡Harry, estás ahí!? -Preguntó Ginny mientras entraba al vestuario.

Al entrar Ginny vio por un segundo a Harry sin camiseta con tan solo una toalla tapando la parte inferior de su cuerpo por lo que se giró rápidamente.

-¡Pe...perdona Harry no había pensado que estarías aún... así! -Exclamó la pelirroja que tenía las mejillas tan ruborizadas que casi se asemejaban al color de su pelo.

Harry bajó la mirada viendo que no tenía nada cerca para ponerse. La vergüenza de la situación le hizo abandonar la búsqueda para contestar a Ginny.

-Emm... no te preocupes Gin, no pasa nada, puedes girarte ya, hemos estado en verano viviendo juntos seguro que más de una vez nos hemos cruzado así ¿Que querías? -Preguntó Harry algo acelerado intentando quitarle peso a la situación.

Al girarse Ginny no pudo evitar fijarse en el cuerpo de Harry, después de entrenar todos sus músculos estaban congestionados y sobrecargados, algunas gotas de agua corrían por su rostro y terminaban chocando contra su trabajado torso, desde luego el "niño que vivió" ya no era tan niño...

La chica apartó la mirada rápidamente y la clavó en los ojos verdes de Harry haciendo un esfuerzo para que no descendiera como aquellas gotas de agua.

Harry y GinnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora