Harry y Ginny

Leones y Serpientes

Octubre llegó pronto, no tardó en comenzar aquel frío que acaparaba gran parte del curso y encerraba en el castillo a los alumnos la mayoría de días, las cosas con Hermione ya se habían calmado, aunque Harry aún no sabía muy bien porque se había enfadado con él.

Ron tras volver a realizar las pruebas para ser el guardián de Gryffindor consiguió hacerse con el puesto después de una extraña mala racha de McLaggen que había fallado casi todas las paradas aquel día, Hermione había estado junto a Neville viendo las pruebas y no pareció sorprenderle que Ron ganara.

Por otra parte ya se había calmado todo un poco, Cho le explicó a Harry que la noche de la fiesta había bebido demasiado y que se le fue la cabeza porque acababa de dejarlo con Davies, Harry le comprendió y entendió por fin que se le lanzará aunque Hermione no pareció creerse mucho esa versión de la historia.

Por algún motivo Amy había tenido una discusión con Neville en medio de la sala común unos días antes unos días pero según Hermione era sólo una tontería. Sin embargo Harry tampoco reparó demasiado en ello, llevaba varias semanas enfrascado en su mente. ¿Le gustaba Ginny? No, no podía ser, era casi como su hermana pequeña, llevaba toda la vida con ella, desde que era una niña, aunque estaba claro que ya no era una niña, Ginny ya era toda una mujer y todos los chicos de Hogwarts se habían fijado en ello.

Harry estaba sentado en su cama, no sabía qué hacer, no podía creer que le gustará Ginny pero cuando la veía hablar con un chico el pecho le ardía y no podía soportarlo, pero eso era lógico en un hermano mayor ¿No?

Se levantó y bajó a la sala común a terminar su redacción sobre los bezoares, al bajar se encontró con Ron y Ginny discutiendo, algo que ya era muy habitual desde que había empezado el curso.

-¡No eres mi dueño Ron! ¡No puedes cabrearte cada vez que hable con un chico!

-¡Gin parece que estés ciega! ¡¿De verdad crees que a Michael Corner le interesan tanto los mocomurciélagos?!

-¡Da igual lo que quiera, yo puedo hablar con quien quiera sin que me controles!

Harry rodó los ojos y suspiró.

-¿Ya estáis otra vez igual? -Preguntó el azabache.

-Harry por favor dile tú qué Michael Corner sólo quiere volver con ella. -Dijo Ron buscando apoyo en su amigo.

A Harry le subieron un poco las pulsaciones  al pensar en esa posibilidad.

-Déjala Ron, no es una niña puede hacer lo que quiera. -Contestó Harry al instante.

Al pelirrojo no pareció gustarle esa respuesta así que Harry añadió algo más.

-Pero será mejor que te alejes de Michael Corner, ese chico siempre ha sido muy... problemático.

Ginny rodó los ojos y se rió.

-Te recuerdo que no tardaste ni medio curso en saltarte prácticamente todas las reglas del colegio en tu primer año.

La pelirroja volvió a reír después de terminar la frase y Harry sonrió con culpabilidad, Ginny cogió unos libros del sofá de al lado y se tiró la melena hacia atrás.

-Bueno me voy, he quedado con Michael.

Harry y Ron se quedaron boquiabiertos.

-¡¿Qué?! -Gritó Ron.

-Es broma me voy con Hermione a la biblioteca idiota, adiós.

Ron suspiró tranquilo pero su tensión no era comparable a la que acababa de liberar Harry en silencio.