Keep Me Away (Henjei fanfic)

Bocazas

Le di las gracias a Holm y salí pitando de allí lo más rápido que pude. Metí la tirita en el otro bolsillo trasero del pantalón y bajé las escaleras de su edificio lo más rápidamente que pude

Intente buscar alguna explicación posible. Quizás en una de las clases particulares Tarjei se había hecho daño con un folio, tal como me había dicho antes, y como a mí me acababa de pasar. Sin embargo, eso de Tarjei yendo a clases particulares no se lo creía nadie

Pensé también en que quizás después o durante alguna de sus clases se había hecho daño y Holm había tenido alguna tirita en su maletín y se la había dejado. Sin embargo, eso tampoco era posible, pues Tarjei siempre salía de clase conmigo y nunca se había hecho daño; lo recordaría si ese fuera el caso

Quizás Tarjei se había hecho daño en algún entrenamiento de fútbol, y Holm, que casualmente pasaba por la cancha, le había dejado una. Vale, esa era muy poco probable, y, además, no tendría sentido el que Tarjei me hubiera mentido con lo de que se lo hizo con un folio

Aun si se había hecho daño una de esas veces que se había tenido que quedar después de alguna clase con él, por su mal comportamiento, no debería seguir llevándola puesta, pues las tiritas como mucho aguantan dos días, y hacía cuatro que no teníamos clase con Holm, ya ni te digo la de días que hacía que no le echaba de clase

Además, estaba la pulsera. Era completa y totalmente improbable que Holm tuviera una así, además de que jamás se la había visto puesta. Para colmo, no me la había encontrado junto a sus relojes o en su habitación, sino tirada en el salón, como si a alguien se le hubiera caído por hacer vete tú a saber qué cosas

Miré el reloj viendo que tan solo eran las cuatro y media. Me dirigí velozmente a la cancha de fútbol que estaba a las afueras del campus. En realidad, había sido muy inteligente por parte del arquitecto el ponerla en esa zona, pues, si por casualidad alguien le daba demasiado fuerte al balón y este se iba fuera del campo, no le daría a ninguna ventana, pues los edificios estaban bastante lejos de esta

Sin importarme lo más mínimo la mirada envenenada que me envió el entrenador por entrar en la cancha sin siquiera saludarle e interrumpir el entrenamiento, me metí en medio del campo y fui directamente hacia donde Tarjei estaba jugueteando con un balón, dándole toques con una sola pierna y haciendo algunos trucos que todavía no comprendía como podía hacer

- Tenemos que hablar – me limité a decir cuando llegué a su altura

Como él estaba de espaldas a mí, y demasiado concentrado dándole toques al balón, cuando escuchó mi voz se sobresaltó dejándolo escapar. Luego, se giró y me miró con los ojos desorbitados pues, en primer lugar, yo jamás había interrumpido uno de sus entrenamientos por ningún motivo, segundo, mi cara de mala leche le estaría dando una pista de mi enfado, y tercero, le había hablado de manera muy brusca

Supongo que fueron esos los motivos que le llevaron a recoger la pelota y disculparse con el entrenador, yendo conmigo hacia el pasillo que había debajo de las gradas. Se trataba de un estrecho pasillo que tenía una salida enfrente y unas escaleras a mano derecha que te conducían a la parte baja, donde se encontraban los vestuarios. Tarjei me echó una rápida mirada para saber dónde prefería hablar, ante lo que yo le señalé con la cabeza hacia la puerta que daba hacia el exterior; no quería que, cualquier persona que estuviera en los vestuarios y no hubiera visto, se enterara de lo que iba a decirle a mi amigo

- ¿Qué pasa? – dijo una vez que salimos del pasillo, apoyándose en la pared que estaban por la parte trasera de las gradas, mientras cruzaba los brazos y elevaba una ceja, dándome así paso a que comenzara a hablar