Keep Me Away (Henjei fanfic)

Nos volvemos a ver

Había vuelto a Estados Unidos solo para ayudar con la boda, casi en contra de mi voluntad, pues hacía años que no volvía a pisar este país

En realidad, después del accidente me había tenido que ir a Noruega, para que así me pudieran cuidar mis familiares más cercanos

Los dolores de cabeza desde entonces no habían parado en ningún momento, siendo más fuertes cuando pasaba por un determinado sitio, o cuando alguien decía determinadas cosas

Aun así, el doctor me dijo que había tenido muchísima suerte, pues, aunque algunas partes de mi cabeza se habían visto afectadas, no era nada que fuera tremendamente importante

Aunque eso, como todo en esta vida, era cuestionable

Llegué al apartamento de Tyler, donde pensaba quedarme mientras ayudaba con los preparativos de la boda y le saludé con un caluroso abrazo. Había sido uno de mis principales apoyos después del accidente, y al parecer, también antes de este

- Venga ya Henrik – dijo haciendo un pequeño puchero mientras movía mi brazo con rapidez, lo que, a su vez, hacía que todo mi cuerpo se balanceara de un lado a otro – Vente. Hazme el favor

- ¿Para qué quieres que vaya contigo si ya tienes acompañante de todas formas? – dije mirándole mal, pues me había tirado en el sillón a ver la tele rodeado de comida y, para ser sinceros, no se me ocurría un mejor plan para un viernes por la noche

- Porque me divierto más contigo, venga ya – dijo volviendo a mover mi brazo, mientras pronunciaba más el puchero que había estado haciendo durante ya, aproximadamente, cinco minutos

- No creo que a Lucas le haga mucha gracia el escuchar eso – dije elevando una ceja, mientras una pequeña sonrisa escapaba de mis labios

Él se limito a encogerse de hombros con una sonrisa traviesa en los labios

- No tiene por qué enterarse

Media hora más tarde estaba en un bar que ni conocía completa y totalmente solo.

Tan pronto como había llegado Lucas, tal y como me temía, Tyler había desaparecido, dejándome así rodeado por millones de hombres y mujeres que no paraban de mirarme con ojos hambrientos

Qué pena que no pensara darle el gusto a ninguno de ellos

Decidí encaminarme al baño para lavarme un poco la cara, consiguiendo así mantenerme despierto

Una de las consecuencias del accidente había sido el desarrollo de una intolerancia al alcohol. Podía beberme una o dos cervezas, pero, si pasaba a una tercera, o probaba cualquier otra bebida, me caía rendido al suelo

Y obviamente, con dos cervezas no me emborrachaba lo suficiente como para aguantar en ese sitio mucho tiempo, aburrido como una ostra, con un sueño que se había ido acumulando durante el largo viaje en avión que me había visto obligado a hacer solo para ayudar en una puñetera boda que ni siquiera era la mía

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Tragué saliva mientras le seguía observando a través del espejo

A mi lado se estaba lavando la cara, de manera idéntica a como yo acababa de hacer, un chico idéntico a Henrik

Solo cambiaba una cicatriz que había en su clavícula y barba; esas dos cosas fueron las que me convencieron de que aquel no era mi Henrik

Aquel no podía ser mi Henrik.

Primero, porque estaba seguro de que me hubiera dado cuenta de que tenía una cicatriz, pues no habían sido pocas las veces en las que le había visto desnudo, y segundo, porque él siempre me había dicho que jamás se dejaría barba, porque le molestaba y la odiaba