NINJA ROJA

RESCATE

Las palabras de Tobe resonaron por toda la habitación, haciendo un eco aterrador, aquel hombre sonrió y con aires de grandeza se posicionó frente a el, dejando a la bella pucca sobre la cama inconsiente

-es interesante verte, supongo que mis inútiles subordinados no fueron nada para ti, ¿no es asi?-hablo aquel hombre con aires de grandeza

-en realidad fue entretenido ver como acababa con ellos, ahora estas solo y a mi merced- en la voz de Tobe se podía notar la grande irá que tenia

- me temo que es mal momento, sabes estaba algo ocupado con tu novia, tiene un cuerpo demasiado deseable y me interesa saber que esconde bajo esa ropa

-el oírte es realmente desagradable, detesto a las gente que se acerca a lo que es mío y cuanto mas detesto que una basura como tu tenga el descaro de querer tocar a mi mujer, por eso no tienes derecho a seguir viviendo-la voz de Tobe sonaba atemorizante mientras veía con una sombria sonrisa el filo de su espada

En un ágil movimiento Tobe ataco a el hombre que había intentado profanar a su chica, quien con dificultad lo logró esquivar, dando inicio a una batalla, el estruendo de ambas espadas se escucho sonar.

Narra Tobe

Al entrar en aquella habitación pude ver una escena que me lleno de ira, mi amada pucca estaba ahí inmóvil indefensa ante un tipo como el, no pude controlarme, quería hacerlo sufrir, matarlo lentamente por ponerle un dedo encima a ella.

Su voz sonaba vacia, pero me era familiar, su aspecto era desconocido pero eso no evitaba que siguiera siendo un insecto que debía ser eliminado, arrogantemente me hablo y eso colmo mi ira, sentia una descarga eléctrica recorrer mi cuerpo y ataque sin miedo, con el único objetivo de matar.

Era fuerte y tenia un estilo de pelea familiar, pero para mi no era nada, el choque de nuestras espadas retumbaban por toda la habitación, sentia ligeros golpes en mi cuerpo y cara, pero no me importaba, con cada movimiento sentia como mi anterior herida se abría y sangraba, pero eso no me vencería, así que seguí atacando, aquel hombre que cuyo rostro desconozco pero que a la vez era tan familiar había recibido grandes heridas, peleamos por un largo tiempo y el ya no tenia fuerzas, lo había herido, pero aun no estaba satisfecho, quería acabarlo, verlo retorcerse de dolor y suplicar clemencia.

Narra escritora

La pelea era dura, Tobe sangraba a causa de la herida que no había podido sanar, pero quien estaba aun mas herido era aquel pelinegro, sus fuerzas se acababan y no tenia ningun hombre que atacara en su nombre, solo le quedaba una opción y sabia perfectamente que ella había logrado escapar y que no tardaría ni un segundo mas en llegar, así que optó por pelear de manera deshonesta, sabiendo a la perfección el estado de tobe, golpeó con fuerza la herida no sanada, haciendo que por un momento Tobe se doblegará y soltara un quejido

-crees que con eso lograrás vencerme, te equivocas, yo soy mil veces mas fuerte que tu y con tal de rescatar a la mujer que amo soy capaz de hacer lo que sea necesario y aguantar mil veces mas dolor

Y en ese momento Tobe tomo su espada e hirió profundamente el costado superior derecho del pelinegro, aquel hombre soltó su espada y gruñó a causa del dolor

-te lo diré una vez mas, jamás te vuelvas a acercar a lo que es mío- lo miro desafiantemente

-y.. si lo hago.. que me harás-decía entre quejidos a causa del dolor

Tobe aun tenia su espada encajada sobre el cuerpo del pelinegro, mirándolo con una sombría irá y un aire de asesinó

- te lo advertí una vez, no volverías a llamarte hombre

Tobe sacó una pequeña daga de su bolsillo trasero, una que shaman le había dado años atrás para ciertos casos y con gran fuerza la clavo en la entrepierna del pelinegro, haciendo que este gritara de dolor al sentir el filo de la daga y como un ardor le inundaba

-agh ¡¡bastardo!! , acabare contigo-grito en desespero

-te lo advertí garu, te dije que no te acercaras a mi mujer, pero lo hiciste y ahora mereces ser exterminado- la voz de Tobe tenia un tono atemorizante, haciendo que cada palabra retumbara con un sombrío eco por toda la habitación

-jajaja-rio descontroladamente- así que siempre supiste quien era en realidad- lentamente se quito la máscara dejando ver a un garu diferente, con una sonrisa burlona y egoista, con leves hilos de sangre escurriendo por sus mejillas y unos oscuros ojos vacíos por completo